Suecia es conocida por sus bosques y archipiélagos, que se extienden desde el continente europeo hasta el Ártico. La conexión con la naturaleza por parte de cada ciudadano en Suecia ha contribuido a que cada uno, desde pequeño hasta mayor, se comprometa con el cuidado y la protección de este entorno natural. Pero esta visión va mucho más allá de un enfoque romántico del medioambiente. Se trata de un compromiso con el desarrollo sostenible, que integra perspectivas sociales, ambientales y económicas que promovemos desde todos los sectores.
Suecia fue el primer país del mundo en aprobar una ley de protección ambiental en 1967 y hace medio siglo fuimos sede de la primera conferencia de la ONU sobre el medioambiente global. Desde entonces, Suecia no ha mirado atrás, logrando hacer crecer su economía mientras protege el medioambiente, a través de una visión que promueve la obtención de los mejores resultados en cualquier actividad, empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos.
Actualmente, alrededor del 60 % del suministro nacional de energía de Suecia proviene de energías renovables, un resultado que ha sido posible gracias a una legislación exhaustiva que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto nos ha llevado a que hoy en día el 98 % de la producción de electricidad de Suecia es libre de combustibles fósiles. Al igual que Colombia, la mayor parte de la electricidad renovable de Suecia proviene de la energía hidroeléctrica (45 %), pero también cuenta con energía nuclear (30 %), eólica (17 %) y cogeneración (8 %); además, el uso de biocombustibles se ha triplicado en las últimas cuatro décadas. Esto ha representado una oportunidad también para las empresas suecas, las cuales están invirtiendo en Colombia en el sector de energía renovable. Contribuir a esa sostenibilidad es rentable.
Por otro lado, este camino nos ha llevado a entender que los residuos no son basura, son recursos. Suecia tiene amplios y eficientes sistemas de gestión de residuos que han permitido que los rellenos municipales sean casi inexistentes. Aproximadamente el 99,5 % de todos los residuos domésticos se reciclan y se aprovechan como energía para calefacción urbana, electricidad, biogás, biofertilizantes y más.
Suecia asumió la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea en enero de este año. Nuestra nación será la encargada de iniciar el debate sobre una nueva propuesta de reforma del mercado eléctrico en la UE y acelerar los planes para lograr la independencia de los combustibles fósiles. En esta transición verde, que estamos compartiendo con Colombia, “Europa debe liderar con el ejemplo cumpliendo con ambiciosos objetivos climáticos que impulsen el crecimiento y la competitividad”.
En esta apuesta, vale la pena mencionar que casi 40 proyectos de hidrógeno verde están listos para ponerse en marcha en la región nórdica antes de 2030. Con esta tecnología, Suecia ya está avanzando en la producción de acero verde, completamente libre de combustibles fósiles. Este material se fabrica con hidrógeno verde en lugar de carbón, lo que podría contribuir con una reducción del 10 % de las emisiones de CO2 en Suecia.
Cuando un país se pone como meta la sostenibilidad, debe recorrer este camino de manera coordinada con todos los sectores. Empresas, ciudadanos, universidades, colegios, organizaciones y entidades gubernamentales deben trabajar en equipo por resultados que favorezcan al país.
Es fundamental saber que cada país recorre su propio camino. Como país, estamos listos para seguir compartiendo nuestra experiencia para sumar, como socios que somos de Colombia, al desarrollo sostenible del país y a su liderazgo en estos temas en la región.
* Embajadora de Suecia en Colombia.