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Ese, el panorama del despegue de la Feria de Cali, con la Cañaveralejo izada hasta media asta y una noche fresca, sin mucho aire, mientras la banda tocaba a los compases de la variedad.
José Fernando, nacido en Bogotá pero hecho en Cali, se llevó todo lo que estaba puesto sobre la mesa. Construyó dos faenas con cimientos de ganas y entrega. Al segundo de la novillada, muy mal presentado pero alegre y repetidor, lo entendió en una tanda en que bajó la mano. Después se puso muy cerca y trajo la emoción. Buen espadazo. Oreja.
En el quinto, que nunca quiso parar hasta hacerse muy incómodo, supo resolver hasta hacerse al mando. Estocada que sacó hemorragia. Oreja.
El mexicano Montoyita merecía más que el desgarro de su taleguilla. Lo sufrió en el arrimón que se pegó en la lidia del cuarto, un ejemplar que tuvo el mérito de quedarse a pelear en los medios. El manito mostró oficio y fundamentos, pero no pudo redondear. Tampoco lo logró en el primero. Palmas en ambos.
A Sergio Blanco hay que volverlo a ver. Si los trazos de un par de muletazos al manso sexto son una muestra de lo que confecciona, ahí puede haber algo interesante. El tercero no tenía más que pobreza en su alforja de bravura. Palmas en el de su inicio y silencio tras aviso en el que cerró el festejo.
Ficha de la novillada
25 de diciembre de 2008
Novillos toros de Paispamba
Desiguales de presentación y comportamiento.
420, 378, 376, 422, 382 y 418 kgrs
Montoyita
Salmón y azabache
Palmas y palmas
José Fdo Alzate
Esmeralda y oro
Oreja y oreja
Sergio Blanco
Blanco y oro
Palmas y silencio tras aviso