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La rebelión americana de 1810

La invasión de Napoleón a España precipitó la creación de juntas de gobierno, que fueron el principio de las repúblicas americanas. Un repaso a la memoria.

Redacción Política
19 de julio de 2010 - 01:59 a. m.

Hay años que parecen destinados. 1810 es uno de ellos, porque marca la historia de América Latina. Pero todo acontecimiento es producto de un proceso y 1810 no fue la excepción. Si bien el sueño de la Independencia fue un objetivo que cobró forma en el siglo XVIII con la Ilustración, los Derechos del Hombre, la Revolución Francesa o la República de Estados Unidos, el momento para concretarla tuvo como detonante un hecho inesperado: el apresamiento del rey de España y la invasión francesa de Napoleón Bonaparte a la Península Ibérica en 1808.

La reacción española se expresó básicamente en dos formas: la resistencia militar y la creación de juntas de gobierno en las distintas provincias, invocando la soberanía del rey Fernando VII y en oposición al ideario francés. Como era de esperarse, esta última postura política no demoró en trasladarse a las colonias. El primer movimiento se presentó en septiembre del mismo 1808, con la convocatoria a un cabildo abierto en Montevideo (Uruguay). Y rápidamente, en el alto Perú, con cierto sabor independentista, se dio la revolución de Chuquisaca en mayo de 1809.

Esta población, hoy llamada Sucre (Bolivia), era sede de la Real Audiencia y los criollos, en parte para neutralizar los rumores de que la infanta Carlota —hermana del rey Fernando VII— se tomara el poder a nombre de la junta de Sevilla (España) y también en radical oposición a Napoleón y los franceses, formaron una junta para gobernar a nombre del monarca español. Hacia julio, producto de un nuevo cabildo, en La Paz (Bolivia), se consolidó otra junta autónoma. Cuando España recobró su imperio, las tropas virreinales ahogaron en sangre este intento soberano.

Sin embargo, el frenesí independentista ya se había tomado América. El 10 de agosto de 1809, el turno le correspondió a Quito (Ecuador). La aristocracia criolla se reveló contra el gobierno colonial y declaró su junta soberana de gobierno. Ocho meses después, el 19 de abril de 1810, en Caracas (Venezuela), los patriotas destituyeron al jefe militar de la capitanía y crearon su junta suprema. Y el 25 de mayo del mismo año, la hora le llegó a Buenos Aires, donde el virrey tuvo que entregar el mando a una junta autónoma. Con más o menos distancia frente a Fernando VII, la idea era alejarse de Francia y acariciar la libertad.

Obviamente, esta oleada social y política no demoró en asomarse al virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia) y le cabe a la ciudad de Cali el privilegio de ser la primera ciudad que dio su grito de independencia. Ocurrió el 3 de julio de 1810, 17 días antes de Santafé de Bogotá. El cabildo caleño aprobó el Acta de Emancipación del Consejo de Regencia de España y se organizó como junta suprema. Y después vino la junta provincial del Socorro (Santander), el 11 de julio. Su idea fue respirar un nuevo aire de libertad frente al corregidor, sin tomar distancia total del virrey. Así quedó consignado en el acta.

 Con estos antecedentes, en Santafé de Bogotá, ocurrieron los hechos del 20 de julio de 1810. Primero, el pretexto del Florero de Llorente, después el cabildo extraordinario y luego la junta suprema de gobierno que reemplazó el virreinato, se declaró independiente del Consejo de Regencia y dio el primer paso hacia la distancia absoluta frente a Fernando VII. A los tres días se creó el primer batallón patriota, antes de un mes el virrey Amar y Borbón iba camino a España y, antes de concluir 1810, ya sesionaba el primer congreso de las provincias del Nuevo Reino de Granada que le abrió el camino al Colegio Constituyente y a la primera Carta Política.

La fiebre de las juntas se amplió con entusiasmo. El 6 de agosto de 1810, Mompox declaró su independencia de España. El 10 de agosto, el cabildo de Santa Marta sesionó de forma extraordinaria. Un día antes lo hizo Cartagena, pero hasta el 11 de noviembre de 1811 se declaró independiente. Acciones semejantes vinieron luego en Cauca, Cundinamarca y Antioquia. Simultáneamente, en México, el 16 de septiembre, el cura Miguel de Hidalgo emprendió una revolución popular con indios y mestizos, y dos días después, en Santiago de Chile, hubo junta suprema. La libertad de América cobró forma en las primeras repúblicas.

Por Redacción Política

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