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Las nuevas letras de un nombre de oro

Manzanares, un nombre para el que la historia del toreo le ha dedicado letras de oro. Un nombre que se ha mantenido desde la década del 70 y que es sinónimo de pureza, profundidad, y estética.

Rodrigo Urrego / Especial de Colprensa para El Espectador
08 de febrero de 2009 - 03:00 a. m.

Un nombre que ha perdurado, aunque ahora con otra generación. Quizás esa sea la doble responsabilidad de José María Dolls Samper, o Manzanares como dicen los carteles. Mantener el caché de su nombre, el cual heredó de su padre, José María Dolls Abellán, o el primer Manzanares.

Hace cinco años, cuando el segundo José Mari decidió seguir el camino de su padre y empezó a recorrer los ruedos españoles, las comparaciones con quien es considerado “el torero de los toreros” no fueron gratuitas. Hoy, José Mari hijo supo demostrar que habrá cualidades parecidas, pero un sello propio e intransferible, el del nuevo Manzanares.

En Bogotá el nombre de Manzanares se sigue escribiendo con letras de oro, pero ahora con una nueva generación…

La Santamaría ha sido una de las plazas preferidas de mi padre. No sólo de las de Colombia sino de todo el mundo. Va a ser mi tercera actuación y la verdad que ya tenía ganas de volver. El año pasado no pude venir por el tema de la enfermedad, fue una pena porque en mi última actuación aquí salí muy contento, cuando triunfé junto a ‘El Juli’ y Luis Bolívar.

¿Cómo define la evolución en estos dos años en los que no había vuelto a Colombia?

Se ha evolucionado técnicamente para intentar torear un mayor número de toros. En el de la concepción del toreo, uno va evolucionando según van pasando los años, en cuanto a profundidad y en hacer las cosas más despacio. Eso lo he conseguido.


¿Ha podido imprimirle al toreo su sello, su propia personalidad, o cree que su toreo sigue marcado por las comparaciones con el de su padre?

Tengo el mismo concepto de mi padre, pero con mi propia personalidad. Intento siempre, delante del toro, exteriorizar o transmitir al aficionado lo que yo siento. Lejos de cualquier imitación.

Muchos dicen que pertenece a una generación de hijos de toreros donde usted está a la cabeza porque ha creado su propio modelo, ¿es así?

Siendo hijo de una figura del toreo, a lo mejor tienes facilidades a la hora de ponerte en un comienzo. Pero lo que está claro es que uno se lo gana todo en el ruedo. Si no vales en el ruedo, o no tienes la fuerza de voluntad o el espíritu de sacrificio para seguir gustándole a la gente, pues te quedas atrás así seas hijo de quien sea.

Por Rodrigo Urrego / Especial de Colprensa para El Espectador

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