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Para la Gobernación de Cundinamarca, tanto el mejoramiento de las vías como su rehabilitación, juegan un rol importante para unir el departamento y aumentar su competitividad a nivel nacional. Por eso, es uno de los pilares de su plan de desarrollo.
Para este punto es fundamental el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca o ICCU. Esta institución trabaja en proyectos de gran impacto en sectores estratégicos como el Plan 500, una iniciativa que hoy es referente en Colombia en términos de estructuración de crédito.
En diálogo con El Espectador, Nancy Valbuena, gerente del instituto, habló sobre el objetivo del Plan 500, explicó por qué se trata de un modelo único a nivel nacional, así como sus principales objetivos e inversiones a destacar.
Sigue a El Espectador en WhatsApp¿Qué es el Plan 500?
Es un proyecto del plan de desarrollo Cundinamarca Región que Progresa. Está en la ordenanza 11 que aprobó el plan de desarrollo y consiste en mejorar, mantener y rehabilitar más de 500 kilómetros de vía en el departamento. Son cinco estrategias, una de ellas es la operación de crédito, con estructuración financiera y operamos cinco casetas de peaje en todo el departamento en vías no concesionadas.
Con el recaudo de los cinco peajes hicimos una estructuración financiera y pedimos un crédito de $400.000 millones de pesos, con el que estamos construyendo el Plan 500, haciendo vías, estudios, diseños de más de 500 km de vías e iniciamos con la intervención. Buscamos más fuentes de financiación e invertimos casi $700.000 millones de pesos en 30 proyectos en todo el departamento en vías del segundo orden.
¿Cuándo se inició y cuáles proyectos resalta?
La estructuración financiera inició en el 2020 y en el 2021 empezamos a operar tres casetas de peaje, una en la vía de Zipaquirá-Pacho-La Palma, otra en la vía Ubate-Lenguazaque y una más, en la vía al Guavio, una zona importante donde se extraen materiales que son usados para la infraestructura de Bogotá.
Todas estas vías son importantes, por ejemplo, en la de Zipaquirá-Pacho- La Palma, estamos invirtiendo cerca de $90.000 millones de pesos y en la del Guavio, que es la de Guasca-Gachetá-Ubalá, estamos invirtiendo $75.000 millones de pesos, $51.000 incluida la interventoría de más $24.000 millones que nos dio el Invias a través de un convenio.
Las vías donde están los peajes Ubaté-Lenguazaque-Guachetá, estamos invirtiendo $37.000 millones de pesos, tenemos la Troncal del Tequendama, que comunica al Salto del Tequendama, Soacha, con San Antonio del Tequendama, Viotá, Anapoima y llega a un sitio que se llama el Portillo, en Tocaima; allí hemos invertido $21.000 millones de pesos.
También tenemos proyectos estratégicos, como La Mesa-San Joaquín y San Javier que también son importantes; allí estamos invirtiendo $13.000 millones de pesos. Estos son algunos de los proyectos del Plan 500 que son relevantes y que están sobre nuestras vías de segundo orden.
¿Beneficia a todas las provincias del departamento?
Sí, a la mayoría. Esta en las provincias estratégicas, en los corredores que tienen cada uno una vocación diferente, pero también estratégica, por ejemplo, la del Sumapaz, que es un corredor agropecuario, pues de allí salen productos. La de San Bernardo, que es la mayor productora de fruta. Entonces son corredores que permiten aumentar la competitividad y productividad de nuestros territorios. Hay corredores con vocación minera; está el corredor energético, que es el del Guavio. Tenemos un proyecto importante, de $75.000 millones de pesos, que es un viaducto que comunica en la provincia del Magdalena Centro y la lleva hasta el alto Magdalena.
¿Por qué Cundinamarca es pionero en modelos de intervención estructural a partir de casetas de pago?
Tenemos la primera entidad, dicho por el Ministerio de Hacienda, que es una estructuración con esa fuente de pago. Porque podríamos hacer créditos, pero este no, este es con fuente de pago del recaudo del peaje y somos la única entidad que hace esto en el país. Hay otras que lo están intentando, como el Instituto Nacional de Vías, y eso nos ha permitido hacer una gran intervención del territorio.
¿En qué otras áreas sobresalen el ICCU?
Nos reconocen por nuestras buenas prácticas de contratación, es decir, por hacerlo de forma transparente. En estos proyectos, en 51 procesos de selección entre obra e interventoría, hemos tenido 3.642 proponentes con 55 procesos que son transparentes, por eso hemos sido referentes, igual que el Invias y el IDU.
¿Cuándo concluirá el Plan 500?
Algunos de los proyectos más estratégicos del plan irán más o menos hasta finales del año 2024. Y los demás, los pequeños, los que tienen inversiones de entre $30.000 o $50.000. Nuestro propósito es que al 31 de diciembre de 2023 o antes de que termine este gobierno, queden terminados o con porcentajes de más del 80 %.