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Remando con norte seremos sostenibles

Ventajas y desafíos marcan el futuro ambiental de Cartagena de Indias.

Rafael Vergara*
25 de julio de 2009 - 08:11 a. m.

Ventajas y desafíos marcan el futuro ambiental de Cartagena de Indias.  

Con calentamiento global y el aumento del nivel del mar en las orillas, ser una ciudad en expansión que se desarrolla sobre un frágil ecosistema de litoral eleva los riesgos, la responsabilidad social, empresarial y gubernamental, y los retos para los múltiples liderazgos que deben actuar para minimizar los impactos y daños en los cuerpos de agua, el capital natural protegido y la salud de la población.

Vivir y producir con sostenibilidad implica inversión financiera y humana que posibilite derrotar la incultura multiestrato y que, con ritmo sostenido, mute la conducta ciudadana del egocentrismo al ecocentrismo, del individualismo a la solidaridad; el compromiso colectivo que supere conformismos egoístas y tolerancias cómplices.

Asumir los riesgos naturales, desbordes depredadores, incultura ambiental, la impunidad frente a los delitos ecológicos y afrontarlos con eficiencia, requiere de una férrea y unificada conducción que demuestre lo estratégico de centralizar recursos, concertar soluciones, que obligue a cumplir lineamientos nacionales, las metas del Plan de Desarrollo y el Plan de Ordenamiento Territorial, POT. Difundiéndolos, quienes vivimos y producimos en la ciudad, sin exclusión, tenemos ese deber.

El primer reto es lograr armonizar, con el liderazgo de la Alcaldía , las políticas públicas y sus acciones, atacando la dispersión dada la multiplicidad de entes nacionales y regionales con competencia ambiental. Nadie puede actuar como isla.

Urge crear a la luz del artículo 65 de la Ley 99 del 93 un consejo operativo o Ecobloque, donde cada quien comprometa recursos y rinda cuentas de sus acciones. Implementarlo permitirá romper el círculo de incompetencia que impide detener las conductas criminales o abusivas contra el medio ambiente y revertir esos procesos. Fortalecer la voluntad del Estado determina revisar tolerancia e impunidad, procederes amañados para poder detener el ritmo depredador y la desobediencia que merece sanción, la que hoy no existe.

Está demostrado: sólo diques sólidos protegen con eficiencia los derechos colectivos y agua, aire, suelo: el Patrimonio Natural de la Nación.

Ante la necesidad de cuidar los soportes ambientales del futuro y la capacidad de carga del ecosistema, el esfuerzo público privado es vital y en especial el de las fuerzas armadas, obligadas a defender la integridad del territorio, el medio ambiente y los recursos naturales.

No más inercias sembradoras de conformismo que estimula a infractores y sus “abogansters”. Y menos, seguir desperdiciando los recaudos de la sobretasa del predial —$30.680 millones en 2007-08— entregados a Cardique, la corporación ambiental, para la cual el Plan de Desarrollo del Distrito no es su hoja de ruta. Su inversión la fija el Consejo Directivo y la ciudad, sin asiento en él, debe negociar cómo invertir, si es que lo hacen, del 50% que le corresponde, según la interpretación dada a la ley.


Mientras, el Establecimiento Público Ambiental (EPA) afronta con las uñas solicitudes y problemas crecientes con ausencia o carencia de instrumentos o recursos para medir calidad del aire, vehículos para el control de ruido, vertimientos de las Pymes, protección de la fauna y flora, control de escombros, educación ambiental y demás funciones.

Esta inercia a remover no es justa con un Patrimonio de la Humanidad, de Colombia y del millón de habitantes que la habitamos. Urgida de educación, lo destinado por Cardique no llega a $1,00 por habitante día.

Para prevenir y manejar los riesgos del aumento del nivel del mar requerimos poner en marcha la política para la zona costera, los planes y acciones nacionales de defensa del patrimonio natural y de lo construido, incluidas las murallas. Se ha trabajado, lo sé, y el director de planeación es un experto en el tema.

Inundaciones, licuación de suelos y nivel freático, zona fótica, temperatura y vida de las especies y, en especial, los corales, exigen respuestas de adaptación autónoma o planeada, el qué se visualiza y con qué recursos.

¿Cuáles ecosistemas dejamos libres en su adaptación al cambio? ¿Qué obras de infraestructura se requieren para mitigar la vulnerabilidad? Es tiempo de aguantar las presiones urbanizadoras y consolidar las opciones de conservación del POT: zonas de reserva, protección, recuperación y uso sostenible.

El emisario submarino en 2010 funcionará en Punta Canoa y previo un pretratamiento se diluirán a 20 metros de profundidad y 2,8 kilómetros en el interior del mar las aguas residuales. La solución permitirá un mejoramiento de la salud pública y la recuperación ambiental de la Ciénaga de la Virgen y la bahía de Cartagena, reconocida como una de las más hermosas del mundo. La licencia ambiental exige una valoración permanente del impacto en las aguas próximas y orillas y la bahía liberada del impacto de esas aguas exige hacer realidad el control a los sedimentos del Canal del Dique y del tránsito de motonaves y los generados por las pymes que aun se encuentran fuera de control. Con liderazgo y templanza, superando dificultades y diferencias, alcanzaremos la sostenibilidad.

 *Abogado ambientalista, ex director del Establecimiento Público Ambiental de Cartagena.

Por Rafael Vergara*

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