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Salud mental en el trabajo: un pilar estratégico para el desempeño organizacional

Hay medidas efectivas que pueden prevenir los riesgos de salud mental en el trabajo mientras se promueve una cultura del cuidado y se impulsa la productividad laboral.

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30 de abril de 2025 - 02:51 p. m.
Todos los trabajadores tienen derecho a un entorno laboral seguro y sano. /
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Foto: EFE - José Méndez
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En un mundo laboral cada vez más exigente y acelerado, la salud mental ha dejado de ser un tema secundario para convertirse en un eje central de la productividad y la retención de talento. Según expertos en gestión humana, las empresas que integran estrategias genuinas de bienestar emocional no solo mejoran el clima organizacional, sino que también potencian su competitividad.

Y es que en la actualidad, existen diferentes condiciones asociadas a factores organizacionales, relacionales, ambientales, condiciones físicas que pueden desencadenar problemas de salud mental en los empleados.

La sobrecarga laboral que puede generar agotamiento o, la poca carga que puede provocar desmotivación y falta de propósito o sentido del trabajo. Los climas laborales hostiles, el acoso, bullying o microagresiones. Los estilos de liderazgo autoritario o negligente que generan miedo, desconfianza o sensación de abandono. O los espacios ruidosos, mal iluminados, o con mala ergonomía, falta de pausas activas o de desconexión que aumenta el riesgo de fatiga mental y física, son algunos de los factores que pueden afectar las labores y la salud del empleado.

Tanto así que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los entornos laborales deficientes que, por ejemplo, dan cabida a la discriminación y la desigualdad, las cargas de trabajo excesivas, el control insuficiente del trabajo y la inseguridad laboral, representan un riesgo para la salud mental. Sobre todo cuando se conoce que, a nivel mundial, la OMS estima que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, a un costo de US$ 1 billón por año en pérdida de productividad.

No obstante, y, en parte, gracias a la pandemia, el trabajo de innovación en áreas de Talento Humano ha tenido un avance positivo en este sentido. Sin embargo, como lo asegura Isabel Nieto, Manager de Michael Page, todavía persiste un desfase entre el discurso y la ejecución.

“Muchas compañías ofrecen programas de bienestar, pero lo hacen sin una estrategia definida ni indicadores que permitan medir su impacto real. Al revisar ofertas laborales, observamos que aún hay organizaciones que no incluyen beneficios concretos como días libres por salud mental, acceso a terapias psicológicas o políticas claras de desconexión digital”.

Y es que, como lo asegura la experta, las prácticas más efectivas no siempre deben ser complejas. Algunas empresas han logrado generar grandes impactos simplemente capacitando a sus líderes para identificar señales de agotamiento y crear espacios seguros de conversación.

“Asimismo, se han observado excelentes resultados cuando las organizaciones adoptan horarios flexibles, implementan programas de escucha activa o establecen jornadas cortas e híbridas bien gestionadas”, revela Isabel Nieto.

Por su parte, Carolina Díaz, directora de Gente y Cultura en ManpowerGroup Colombia, destaca que para que las empresas sean un referente de cómo el bienestar emocional puede integrarse de manera genuina y estratégica a la cultura y direccionamiento corporativo no hacen falta acciones muy elaboradas o de grandes inversiones, sino más bien de demostrar en todas las acciones y decisiones un interés genuino, consiente y consistente por el cuidado de su gente.

“La práctica más poderosa es el enfoque integral, donde se combina una cultura empática con estructuras de apoyo reales, lo que incluye además de un enfoque en la formación y desarrollo de la gente; programas de bienestar preventivos y continuos con acciones cotidianas como pausas activas, espacios de conversación emocional o talleres de autocuidado, el fomento de una cultura organizacional coherente que promueva el sentido de propósito y pertenencia a la empresa, que construye el bienestar como una misión compartida por todos los que hacen parte de la empresa, líderes formados en empatía, carga laboral equilibrada, respeto por el tiempo personal, canales seguros de comunicación y decisiones que consideran y respetan el bienestar emocional generando confianza y lealtad de los empleados”, añade Carolina Díaz.

Y a esta misión cada vez se suman más compañías, que no solo buscan poner en práctica acciones que mejoren el bienestar de los empleados, sino que también se están impulsando nuevos cargos y roles especializados en bienestar laboral

“Roles como Especialistas en Bienestar, Coordinadores de Salud Mental, People Experience Managers o incluso Chief Wellbeing Officers combinan conocimientos en psicología, recursos humanos, salud pública y diseño organizacional para promover el bienestar integral y fortalecer la cultura emocional de la empresa apoyados con la externalización de servicios de salud mental como plataformas de terapia en línea, programas de Employee Assistance Programs (EAP), mindfulness corporativo, talleres vivenciales o redes de psicólogos y coaches especializados en el entorno laboral”, explica Carolina Díaz.

Asimismo, muchas empresas están optando por externalizar estos servicios a través de plataformas digitales de salud mental, que ofrecen acceso a psicólogos, mindfulness y asesorías personalizadas. En palabras de Isabel Nieto, plataformas como Momentu o Betterfly han ganado terreno en Colombia, y empresas de diferentes tamaños están explorando estas soluciones para el bienestar de sus equipos.

Ahora bien, también es importante reconocer que hoy en día los candidatos a una oferta -principalmente centennial y millennials- piensan y exigen más en garantías de bienestar emocional, pues como lo confirman las expertas, la retribución económica ya no es el factor más importante para definir una decisión laboral. Razón por la cual algunas empresas han optado por incluir días libres adicionales, programas de bienestar y políticas claras de desconexión.

“Los candidatos están mucho más atentos a las condiciones de bienestar mental y emocional que ofrece una empresa antes de aceptar una oferta de trabajo. Ya no basta con un buen salario, buscan organizaciones donde se promueva la salud integral, se respeten los tiempos personales y exista una cultura de apoyo y propósito. Muchas personas preguntan directamente por temas como la carga laboral, las políticas de desconexión, los beneficios relacionados con salud emocional, el ambiente de trabajo, o si hay flexibilidad para atender asuntos personales. Para responder a esto, las empresas están fortaleciendo su propuesta de valor al empleado con beneficios específicos de bienestar, salario emocional, y modelos de liderazgo emocionalmente inteligente y lo visibilizan como una fortaleza en atracción de talento”, asegura Carolina Díaz.

Así las cosas, la salud mental ha dejado de ser un beneficio opcional para convertirse en un requisito estratégico. Como lo demuestran las expertas, las empresas que integran políticas genuinas de bienestar —desde liderazgo empático hasta modelos flexibles y beneficios concretos— no solo reducen riesgos psicosociales, sino que atraen y retienen al mejor talento.

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