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En menos de tres meses entregará su cargo a quien sea electo en las próximas elecciones. ¿Qué balance tiene de su gestión?
Fuimos una buena administración. Realizamos más de 5.000 acciones de gobierno entre las cuales incluimos obras que benefician sustancialmente la movilidad como la compra y derrumbe de una casa en el barrio El Satélite, lo que nos descongestionó la comuna 1.
Pero también hicimos grandes obras como el polideportivo, la intervención del Campo de los Locos y dejamos la nueva sede del hospital en proceso de licitación. Hemos hecho más de 50 kilómetros de alcantarillado en Cazucá y más de 150 cuadras adoquinadas, le estamos cumpliendo a los soachunos.
Usted menciona más de 5.000 intervenciones en su administración. ¿Cuál fue la inversión?
Fue superior a un billón de pesos y todos los recursos son de la ciudad. Logramos esta cifra con el nuevo catastro y el nuevo Estatuto Tributario, sumado a la modernización de la Secretaría de Hacienda para que los impuestos lleguen a la ciudad, se queden en la ciudad y se vean plasmados en obras.
Menciona el Catastro Multipropósito y usted tiene sus propias diferencias con el actual. ¿Qué le ajustaría?
Es una herramienta que permite que los territorios se desarrollen, de eso no hay duda; pero en los tres años que llevamos implementándolo en nuestra ciudad encontramos algunas falencias que hay que corregir dentro de la misma ley: hay personas de la tercera edad abandonadas; pero con casa.
La norma no nos permite exonerar del pago del impuesto predial a esos cerca de 7.000 soachunos que se encuentran en estas condiciones, a pesar de que su vivienda les da lo justo para comer y pagar los servicios en algunos casos. Por ello es necesario tener una política del gobierno nacional que nos permita librarlos del pago, porque nuestros abuelos abandonados no se pueden comer los ladrillos, las casas no se comen y hay que exonerarlos del predial por las condiciones que afrontan.
Viendo el histórico de inversión del municipio. Esta cifra es de las más altas en comparación con administraciones anteriores…
Es la más alta en la historia de la ciudad. Si sumamos los últimos 20 años, no nos alcanza para reunir el monto que logramos. Eso nos llena de orgullo, porque Soacha necesitaba un liderazgo que priorizara las finanzas y la inversión.
Hablaba inicialmente de la descongestión vial. ¿Cómo se avanzó en el tema de la pavimentación?
En algunos sectores de Soacha la movilidad estaba totalmente perdida, si nos íbamos para el barrio Olivares y la María no había cómo llegar por una vía que fuera diferente a la Autopista Sur, que mantiene totalmente congestionada. Por eso, hicimos obras de pavimentación en la transversal 14 de abril y la Avenida de las Torres, la 15 la entregamos pavimentada en el segundo año de gobierno.
Hemos hecho más de 100 km de pavimentación en nuestra ciudad, en comunas como la 1, 2 y 3 mientras recuperamos la malla vial, destinando -solo por mencionar un caso- 40.000 millones de pesos a la comuna 1.
Y queremos más: avanza el proceso de construcción de la vía paralela para que los soachunos tengamos más opciones que la Autopista Sur para ir a Bogotá, queremos que se pueda llegar a la capital por la Avenida las Torres y la Avenida Perimetral que conectará con los barrios Perdomo y Balcanes.
La libre movilidad incluye también al peatón. ¿Cuántos kilómetros de adoquines intervinieron y cuál fue la inversión?
A hoy hemos terminado más de 150 cuadras, al finalizar nuestro gobierno consideramos que estaremos entregando unas 200 solo en el ejercicio de adoquín, aparte de los de más de 100 km de vía recuperados en la ciudad.
Pero esto lo hicimos de la mano de la gente, interviniendo además el tema del alcantarillado y avanzando en la instalación de tubería. La comunidad puso la mano de obra para quitar el problema de las aguas residuales por la mitad de la calle. Una vez terminado ese proceso empezamos con el adoquinamiento.
Uno de los hitos de su paso en la Alcaldía de Soacha fue la universalidad del Plan de Alimentación Escolar. ¿Cómo lo lograron?
Poniéndole plata. Inicialmente comenzamos con la comuna cuatro, que es una en las que más tenemos problemas de violencia; pero posteriormente decidimos hacer una mega inversión en comida, la mitad de la plata que recaudamos con el impuesto predial la invertimos en alimento para los niños y los abuelos. A la fecha destinamos más de 40.000 millones de pesos para garantizar el acceso a una alimentación sana.
En Bogotá se ha adelantado una campaña para reconocer el valor y cuidado de las personas de la tercera edad; pero Soacha no se queda atrás en esta materia. ¿Qué hicieron desde su administración para los abuelos y abuelas soachunos?
Tenemos un programa integral muy grande, por ello implementamos lo que en el mundo se conoce como “Las Zonas Azules”, pues nosotros no solo les damos un bono alimenticio. Les brindamos acompañamiento psicológico y de nutricionistas en los Centros de Vida y les ofrecemos cursos e integración en el Instituto de Deportes.
Queremos dignificarles, como dicen por ahí: “No se trata de cuántos años queremos vivir, sino de cuántos años con calidad podemos vivir”. Eso es lo que les estamos devolviendo: calidad de vida.
El conteo regresivo para que deje el cargo ya empezó. Usted tuvo que enfrentar la pandemia que modificó su Plan de Gobierno, ¿cómo se avanzó en salubridad?
Gracias por esa pregunta porque hoy por hoy se olvida que el Covid hizo parte del mandato y del ejercicio de gobernar en este cuatrenio. En ese sentido fuimos una de las ciudades de Colombia con la menor tasa de contagio y mortalidad.
En alguna ocasión dije que “en Soacha estamos más propensos a morir de hambre que de Covid” y lo mantengo; porque la mayoría de nuestros habitantes son de estratos 0, 1, 2 y 3. Por eso, diseñamos la estrategia de trapo rojo, que nos permitió llevar mucha comida y que la gente se quedara en sus casas.
Algo que nos enorgullece es que Soacha tuvo Unidades de Cuidados Intensivos -UCI- para prestarle a todo el país, entre ellos a ciudades y zonas como Barranquilla, la Amazonía y Villavicencio. Fuimos abanderados del autocuidado, de las medidas de distanciamiento y los toques de queda para priorizar la vida.