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Preparar arroz con pollo parece sencillo, pero a veces el resultado no es el esperado: un arroz masacotudo, lejos de ser ese plato delicioso que imaginabas. Si te ha pasado, no te preocupes, tiene solución. En Gastronomía y recetas de El Espectador reunimos cinco trucos prácticos para rescatar tu preparación y lograr un arroz con pollo suelto, lleno de sabor y con la textura perfecta.
¿Por qué el arroz con pollo queda masacotudo? Errores comunes
El arroz con pollo suele quedar masacotudo cuando se cometen ciertos errores en la preparación. Estos son los más comunes:
Exceso de agua: si se agrega más agua o caldo del necesario, el arroz pierde su punto y termina apelmazado.
Mover demasiado el arroz: revolver constantemente durante la cocción, rompe los granos y genera esa textura pegajosa.
Usar el arroz equivocado: algunos tipos de arroz no son ideales para este plato, ya que tienden a soltar más almidón.
No controlar el fuego: cocinar a temperatura muy alta o muy baja afecta la absorción del líquido y compacta el arroz.
Agregar los ingredientes en el momento incorrecto: cuando el pollo, las verduras o las salsas se suman demasiado pronto, el arroz recibe humedad extra que lo vuelve masacotudo.
¿Cómo arreglar el arroz con pollo masacotudo?
Usa un tenedor en lugar de una cuchara: después de la cocción, en lugar de revolver el arroz con cuchara (lo que rompe los granos y libera más almidón), utiliza un tenedor para “esponjarlo”. Esto ayuda a separar los granos sin apelmazarlos.
Añade unas gotas de limón: incorporar un toque ácido mientras lo estás recuperando ayuda a cortar el exceso de almidón y facilita que los granos se suelten. Además, realza el sabor del arroz con pollo.
Enjuague rápido: si tu arroz quedó masacotudo al terminar la cocción, pásalo de inmediato por un colador y enjuágalo con agua fría. Esto ayudará a retirar el exceso de almidón. Luego llévalo a una sartén durante unos 5 minutos para que se evapore la humedad restante.
Dejar que respire: otra alternativa es esparcir el arroz aún caliente en una bandeja o plato amplio. Al enfriarse y airearse, los granos se irán soltando poco a poco y perderán esa textura pegajosa.
Un toque de aceite: añadir unas gotas de aceite vegetal y mezclar suavemente también puede marcar la diferencia, ya que recubre los granos y evita que se sigan pegando.
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Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) o al de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica.😊🥦🥩🥧