Publicidad

Justicia estadística para personas trans y no binarias (Opinión)

En el marco del Día Mundial de la Estadística, Juli Salamanca y Sebastián León-Giraldo, integrantes de la Liga de la Salud Trans e investigadores de la Universidad de los Andes, y Nayib Chalela, abogado de derechos humanos, abordan en esta columna de opinión la justicia estadística y la necesidad de que las personas trans y no binarias estén representadas en los sistemas de información en Colombia.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Juli Salamanca Cortés, Sebastián León-Giraldo y Nayib Chalela Ambrad
20 de octubre de 2025 - 05:22 p. m.
Voces expertas hablan de justicia estadística y la baja representación de las personas trans y no binarias en los sistemas de datos.
Voces expertas hablan de justicia estadística y la baja representación de las personas trans y no binarias en los sistemas de datos.
Foto: Pixabay
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

En el primer Día Mundial de la Estadística desde la COVID-19, Colombia aún desconoce cuántas personas trans y no binarias murieron por el virus. Los datos de salud necesarios para saberlo simplemente no existen. Esto ocurre porque los países, en general, no cuentan con la capacidad de generar estadísticas vitales que registren la identidad de género. Como resultado, las personas responsables de políticas públicas y las comunidades no pueden saber con precisión cuándo mueren las personas trans y no binarias, ni por qué causas, lo que impide diseñar políticas públicas efectivas que podrían prevenir esas muertes. La justicia estadística, entendida como —el derecho a ser reconocidos en los sistemas de información y a que los datos reflejen la diversidad real de las sociedades— ofrece un marco para promover el cambio.

Más allá de los datos

El tema del Día Mundial de la Estadística de este año es impulsar el cambio con estadísticas de calidad y datos para todos. Nuestro trabajo promoviendo la justicia estadística y enfrentando la invisibilidad, apunta precisamente a eso. Aunque la idea de «ser visible» en los sistemas de datos puede sonar abstracta, las estadísticas determinan de manera concreta quiénes son considerados en las decisiones públicas.

Sin datos sobre las causas de muerte, ni siquiera podemos responder las preguntas más básicas: ¿mueren las personas trans a una edad más temprana que la población general? Casi con certeza, sobre todo, considerando las altas tasas de violencia, discriminación y las barreras de acceso a la salud. Pero ¿en qué medida? ¿Qué condiciones afectan de forma desproporcionada su bienestar? ¿Y qué intervenciones podrían transformar esa realidad?

La justicia estadística nos exige generar los datos necesarios para responder a estas preguntas. Y su alcance va mucho más allá de una comunidad específica. Por ejemplo, las activistas de derechos de las mujeres en la región han luchado por décadas para producir y acceder a datos sobre feminicidios —buscando entender sus causas y prevenirlos— bajo el poderoso grito: «lo que no se cuenta, no existe». El principio de que toda persona merece ser reconocida en los datos que moldean nuestro futuro colectivo puede servir de base para cualquier grupo que haya sido invisibilizado.

Las estadísticas vitales, que provienen del registro de nacimientos, defunciones y causas de muerte, constituyen las estadísticas poblacionales más precisas y actualizadas. Existen alternativas, como los censos, pero estos se realizan en intervalos periódicos —cada cinco o diez años—, por lo que rápidamente quedan desactualizados. Las personas trans podrían ser registradas como tales en las estadísticas vitales cuando actualizan sus documentos de identidad para que reflejen su identidad de género.

La brecha entre la ley y la realidad

El reconocimiento legal, es decir, el proceso mediante el cual la ley permite que una persona cambie su nombre y su información de género en documentos oficiales y registro civil, constituye una vía potencial para capturar la identidad de género en las estadísticas vitales.

En su informe de 2024, Outright International destacó a siete países de América —entre ellos Colombia— están entre las mejores prácticas globales de reconocimiento legal de género. Las sentencias de la Corte Constitucional, que incorporan estándares internacionales, consolidan esta naciente tradición regional.

Gracias a estos avances, cualquier persona trans o no binaria puede acudir a una notaría y solicitar el cambio de su marcador de sexo en documentos oficiales, sin requisitos abusivos, como intervenciones médicas obligatorias. Los documentos ahora pueden mostrar las categorías F (femenino), M (masculino), NB (no binario) o T (trans/travesti).

Sin embargo, los avances legales no se traducen automáticamente en una transformación estructural del sistema estadístico, y la visibilidad estadística requiere acción y coordinación gubernamental. En Colombia, los sistemas de información de las distintas agencias del Estado siguen estando desarticulados. Cuando una persona actualiza su marcador de género, ese cambio no se refleja automáticamente en otras bases de datos oficiales, como los registros de salud.

Las consecuencias de esa falta de integración son reales. En controles rutinarios de tránsito, por ejemplo, personas trans han sido acusadas de portar documentos falsos porque la información sobre género en la base de datos policial no coincidía con la que aparecía en su identificación.

Construir sistemas que visibilicen a todas las personas

Colombia está empezando a responder a estos desafíos y a abordar la invisibilidad. El Ministerio de Justicia está finalizando un decreto que aclarará cómo puede modificarse el marcador de sexo en los documentos oficiales para incluir categorías más allá de «hombre» y «mujer». Este decreto indica que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) debe regular las estadísticas pertinentes.

Al mismo tiempo, el DANE está elaborando una guía para la inclusión de la identidad de género en las estadísticas nacionales, un reconocimiento formal de la necesidad de integrar esta variable en los sistemas estadísticos del país, garantizando que las vidas, muertes y —crucialmente— las causas de muerte de las personas trans y no binarias sean correctamente contabilizadas.

En este Día Mundial de la Estadística, hacemos un llamado a las entidades gubernamentales de Colombia, así como a sus contrapartes en la región y el mundo, para que cumplan su compromiso con el lema de este año: datos para todos.

En el caso colombiano, esto implica emitir el decreto y publicar la guía. Con elecciones nacionales en 2026, el tiempo apremia. Es la oportunidad de responder, al fin, una pregunta esencial: ¿de qué mueren las personas trans? La justicia estadística exige que demos una respuesta.

🟣📰 Para conocer más noticias y análisis, visite la sección de Género y Diversidad de El Espectador.

✉️ Si tiene interés en los temas de género o información que considere oportuna compartirnos, por favor, escríbanos a cualquiera de estos correos: lasigualadasoficial@gmail.com o ladisidenciaee@gmail.com.

Por Juli Salamanca Cortés

Por Sebastián León-Giraldo

Por Nayib Chalela Ambrad

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.