Brisa Ángulo, la colombiana que logró una sentencia histórica en Corte IDH

Veintidós años después de presentar el caso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó este año al Estado de Bolivia por no garantizarle a Brisa el acceso a la justicia cuando denunció violencia sexual.

Daniela Villamarín Solorza
10 de diciembre de 2023 - 12:00 a. m.
La colombiana Brisa de Ángulo denunció a su primo por violación en Bolivia. Crédito: Cortesía
La colombiana Brisa de Ángulo denunció a su primo por violación en Bolivia. Crédito: Cortesía
Foto: Archivo Particular
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Brisa Ángulo creía que no iba a vivir más de veinte años. Según su testimonio, cuando tenía 16 y vivía con su familia en Cochabamba (Bolivia), su primo de 26 años (también colombiano) la violó casi que a diario durante ocho meses. Mientras era víctima de violencia sexual, se juró no contarle a nadie para no causarle dolor a su familia.

Durante un viaje a Estados Unidos intentó acabar con su vida, pero allí las instituciones especializadas intervinieron y la ayudaron a relatar lo que le había sucedido y a confrontar la violencia que había normalizado. Cuando sus papás, a quienes considera sus mejores amigos, se enteraron, le propusieron no volver a Bolivia para que pudiera empezar de cero.

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“Les dije que iba a volver. Él me había quitado mi inocencia, mi niñez. No iba a permitir que me siguiera quitando más”. Brisa regresó al país, denunció a su agresor y empezó a llevar su lucha a la televisión, los periódicos, las organizaciones, fundaciones y universidades.

“Me volví la imagen pública de la violencia sexual en una época en la que eso significaba la muerte social. Pero me protegió ese pensamiento adolescente de ‘no me importa nada’ y me motivaron las miles de niñas que quería proteger”, recuerda con una sonrisa valiente, sentada frente a la ventana de su estudio, por donde se cuela el sol del mediodía.

A los 17 años, ya tenía su primera fundación en Bolivia para ayudar a niños y niñas víctimas de violencia sexual. Estudió Psicología y una maestría en Neuropsicología, con la intención de que ese conocimiento le sirviera para acompañar mejor este tipo de casos. Lastimosamente, mientras ella alzaba la voz para proteger a otros, los procesos penales contra su agresor terminaron en nada.

Brisa no iba a rendirse. Soñaba con llevar su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Se lo pidió a muchas instituciones, tocó cientos de puertas, pero la respuesta siempre fue la misma: era muy caro y tomaba mucho tiempo. “Por eso, mi mejor amigo, que ahora es mi esposo, y yo, estudiamos Derecho, nos convertimos en abogados y llevamos, nosotros mismos, el caso hasta la Corte”, dice con orgullo, mientras uno de sus hijos camina detrás de ella y agarra un arcoíris de un estante con juguetes.

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Más de veinte años después, la Corte IDH falló a su favor este año y condenó al Estado de Bolivia por no protegerla; porque su sistema judicial la revictimizó y discriminó por ser una mujer; porque no investigó al denunciado y porque esa persona volvió a Colombia, donde ha vivido siempre en libertad. La Corte determinó que el Estado había sido un segundo agresor en el caso de Brisa y le ordenó, entre otras cosas, reconocer su responsabilidad internacional y adoptar protocolos que le permitan proteger a otros niños y niñas en el futuro.

Esta sentencia histórica hizo que Bolivia avanzara en protocolos de prevención y acompañamiento a víctimas de violencia sexual, impulsó cambios en las leyes de varios países latinoamericanos y sentó las bases para que muchos Estados adoptaran los estándares internacionales con el fin de responder a este tipo de violencia sin volverse, como ocurrió con Brisa, en segundos agresores.

“Yo no gano nada con todo esto. El daño ya está hecho y no se puede revertir. Lo único que quiero es saber que dejé este mundo un poquito mejor de lo que estaba y que pude utilizar eso que usaron para destruirme para ayudar a que ninguna niña pase por lo que tuve que pasar”, asegura Brisa, antes de concluir: “Yo no creo que haya personas que fracasen. Solo hay gente que se da por vencida”.

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Brisa sigue trabajando con su fundación para llevarles apoyo, acompañamiento, asesoría legal y educación a niños, niñas y jóvenes que han sido víctimas de violencia sexual. Trabaja en la implementación de los nuevos estándares para su prevención en varios países y continúa buscando justicia para que su agresor sea extraditado y condenado en Bolivia. “Este trabajo recién está empezando y si tengo que esperar otros veinte años lo haré”.

Daniela Villamarín Solorza

Por Daniela Villamarín Solorza

Comunicadora Social con énfasis en periodismo y producción audiovisual de la Universidad Javeriana. @Dvillamarinsdvillamarin@elespectador.com

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@HerbólogaRaquel(46037)11 de diciembre de 2023 - 01:15 p. m.
Valiente y valiosa mujer. Gracias.
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