Melissa Hortman, expresidenta de la Cámara de Representantes del estado de Minnesota (Estados Unidos), fue asesinada el pasado sábado, 14 de junio, junto con su esposo, Mark Hortman, en un ataque que líderes demócratas estadounidenses han calificado como “motivado políticamente”.
Hortman tenía 55 años y una larga trayectoria en la política estatal. Nació en Fridley, Minnesota, y se formó en Ciencias Políticas y Filosofía en la Universidad de Boston. Posteriormente, obtuvo su título de abogada en la Universidad de Minnesota. Comenzó su carrera como fiscal asistente y, más tarde, fue elegida como representante estatal en 2004.
En 2019, asumió la presidencia de la Cámara de Representantes de Minnesota, cargo que ocupó hasta marzo de este año. Desde esa posición, lideró una de las etapas legislativas más activas del estado en décadas, según el New York Times, impulsando proyectos y reformas de la agenda progresista, laborista y demócrata.
Su rol en la defensa del aborto y los derechos LGBTIQ+ en Minnesota
Desde ese rol, lideró una serie de iniciativas centradas en la promoción y protección de derechos sociales y civiles, particularmente en temas relacionados con la salud sexual y reproductiva, la equidad de género, los cuidados, los derechos de las infancias y los derechos LGBTIQ+.
De hecho, uno de los ejes principales de su acción política fue el fortalecimiento del derecho al aborto. Ella encabezó la aprobación del “PRO Act”, una ley que garantizó el derecho fundamental a la salud reproductiva y blindó el derecho al aborto en Minnesota, después de la revocatoria de Roe vs Wade en 2022 por parte de la Corte Suprema. Así, este estado se convirtió en uno de los pocos en garantizar el acceso legal a la interrupción voluntaria del embarazo.
Asimismo, bajo su gestión legislativa, se eliminaron restricciones adicionales al aborto, se aumentaron los fondos para clínicas de salud sexual y se aprobaron protecciones legales para los proveedores de este servicio. A su vez, junto con el gobernador y ex candidato vicepresidencial, Tim Walz, abogó por la prohibición de las mal llamadas “terapias de conversión” para menores LGBTIQ+, al igual que proteger el acceso a los servicios de salud para la afirmación de género de personas trans.
Promovió, además, el acceso gratuito a almuerzos escolares, la educación preescolar universal y la licencia familiar pagada. Entre los logros que más la enorgullecían —según reportes de medios locales— estaba la posibilidad de que una persona común pudiera ausentarse de su trabajo para cuidar a un familiar enfermo o recuperarse de una incapacidad sin perder el empleo. De igual forma, en 2024 logró que se aprobara una norma que prohíbe la censura de libros en bibliotecas escolares por razones ideológicas, protegiendo contenidos sobre diversidad sexual, racial y de género.
Violencia política: el atentado contra Melissa Hortman y sus motivaciones ideológicas
Y es que, según analistas políticos, su postura abiertamente progresista podría ser una de las razones que motivaron el atentado en su contra. El presunto autor del asesinato, identificado como Vance Boelter, habría irrumpido en la vivienda de la legisladora haciéndose pasar por un agente de policía. El posible agresor también habría atacado al senador estatal demócrata John Hoffman y a su esposa, quienes permanecen hospitalizados en estado crítico.
Boelter, de 57 años, de acuerdo con información recopilada por el medio independiente Wired, es dueño de una empresa de seguridad privada armada y está ordenado como reverendo de una iglesia cristiana evangélica. En sus sermones, predicaba contra el aborto, la población LGBTIQ+ y solía hablar sobre un nacionalismo cristiano llamando a las diferentes iglesias para convertirse en “una sola”.
Dentro del vehículo del atacante, las autoridades hallaron un manifiesto y una lista con nombres de políticos demócratas, proveedores de servicios de aborto y activistas defensores de los derechos reproductivos. Melissa Hortman figuraban en esa lista al igual que otros líderes demócratas, como el gobernador Walz, la congresista Ilhan Omar, la senadora Tina Smith y el fiscal general del estado, Keith Ellison; personas que son defensoras y activistas que promueven agendas similares a las de Hortman.
En los últimos días, el Comité Nacional Demócrata y líderes estatales han manifestado preocupación por la seguridad de quienes defienden estas causas, especialmente en un contexto de creciente polarización política y amenazas a funcionarios públicos. Varias figuras políticas, incluido el expresidente norteamericano Joe Biden, condenaron el crimen, calificándolo como un “acto de violencia política” y advirtieron sobre los peligros del extremismo ideológico en el país.
En Estados Unidos, el aborto, los derechos de las personas trans y el control del porte de armas son temas que dividen a la sociedad profundamente, y Hortman representaba en Minnesota una voz opositora a las políticas y medidas del actual gobierno federal de Donald Trump.
En palabras de Megan Peterson, directora ejecutiva de la organización Gender Justice, con sede en este estado, “no fue un acto de violencia al azar. Fue un acto deliberado y políticamente motivado de terrorismo interno, dirigido contra aquellos que han defendido sin remordimientos la autonomía corporal y los derechos humanos”.
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