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¿La gente está hablando menos y peor del feminismo?

Así lo revela el informe de Igualdad “Sin Filtro” de LLYC que analiza los discursos sobre el feminismo y antifeminismo en X, y que encontró señales de fatiga, polarización y desinformación en 12 países.

Valentina Guerrero Rojas

05 de marzo de 2025 - 03:00 p. m.
El informe "sin filtro" realizado por la consultora española LLYC, analiza la polarización del debate sobre el feminismo en la red social X (antes Twitter) en 12 países.
Foto: (EPA) EFE - Enrique García Medina
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En los últimos años, la conversación sobre feminismo y la igualdad ha experimentado una transformación. A pesar de que los derechos de las mujeres parecen haber alcanzado mayor visibilidad en la agenda social, legislativa y mediática, los hallazgos del informe “Sin filtro” de LLYC, revelan un estancamiento de la discusión, un aumento de la polarización y una tendencia a caricaturizar este movimiento en los entornos digitales.

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El informe, publicado por la consultora española LLYC, analiza la polarización del debate sobre el feminismo en la red social X (antes Twitter) en 12 los que se incluyen: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana. En el que analizaron 8.5 millones de publicaciones para identificar patrones discursivos y de lenguaje, narrativas predominantes y comparar las posiciones feministas y antifeministas.

Uno de los principales hallazgos fue el de entrever cómo los algoritmos de las redes sociales han contribuido a la polarización y radicalización de opiniones, lo que hace cada vez más difícil un intercambio de argumentos productivo entre bandos. Estos medios, se han convertido en un entorno hostil para el feminismo, que sufre de estigmatización y ridiculización, lo que desvía la atención de los temas centrales de conversación y deslegitima la lucha.

Descenso en la conversación feminista

El primer hallazgo del informe indica una reducción del 50% de las búsquedas en Google sobre “feminismo” y del 40% de “igualdad” a nivel global en los últimos años, como respuesta a una pérdida de interés general y fatiga discursiva. Esto, lejos de sugerir que como sociedad ya conocemos lo suficiente sobre el feminismo, indica que el vacío dejado por los discursos pro-igualdad está siendo ocupado por narrativas contrafeministas.

Gráfica del volumen de feminismo vs contrafeminismo en relación con la dispersión de comunidades feministas por países.
Foto: Comunicaciones LLYC

Gráfica del volumen de feminismo vs contrafeminismo en relación con la dispersión de comunidades feministas por países.Gráfica del volumen de feminismo vs contrafeminismo en relación con la dispersión de comunidades feministas por países.

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En X esta tendencia ya se ha hecho presente, pues, según la investigación: “el 50% de los mensajes sobre feminismo son negativos”, lo que señala el crecimiento de corrientes contrarias en las redes sociales. De acuerdo con los hallazgos, en Colombia, uno de cada dos mensajes antifeministas califica al feminismo como “radical”, mientras que, a nivel mundial, el 98% de los perfiles antifeministas en X están radicalizados y ligados a posturas políticas conservadoras, que suelen ser más cerradas al diálogo.

Proporción mensajes de comunidades contrafeministas vs comunidades feministas en los países en los que se realizó el análisis del informe "sin filtro" de LLCY
Foto: Comunicaciones LLYC

El crecimiento del discurso antifeminista

El estudio revela un preocupante crecimiento del discurso antifeminista en varias regiones, por ejemplo, en países como Ecuador, México y República Dominicana, la conversación anti-igualdad ha crecido un 30% en los últimos tres años. Por su parte, en Panamá, Brasil y España, la conversación antifeminista ha decrecido un 31% en el mismo periodo, lo que sugiere una menor influencia de estas narrativas.

Además, los datos obtenidos indican que en lugares donde el discurso antifeminista tiene más interacción, el bando contrafeminista genera más del doble de mensajes que el feminista como en los casos de Chile y República Dominicana.

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Aunque se puede registrar una tendencia, los contextos en redes sociales varían dependiendo de los países estudiados, los investigadores declaran: “la polarización ideológica varía significativamente según el contexto local, y los datos globales reflejan una creciente división entre comunidades. En Chile, por ejemplo, tanto el feminismo como el movimiento contrafeminista son sorprendentemente homogéneos, siendo el feminismo 3 veces menos diverso y el contrafeminismo cuatro veces menos diverso que el promedio global. En contraste, Ecuador destaca por su mayor pluralidad, con un feminismo que es un 55% más diverso y un contrafeminismo un 22% más variado que en otros países”.

De igual forma, en lugares donde las voces contra el feminismo son más fuertes como Argentina, España y Colombia, se ha visto una reducción de un 25% de las conversaciones positivas sobre igualdad. Los investigadores concluyen que en los países en los que el feminismo es más visible, el debate es más equilibrado, pero donde es menos visible, el discurso antifeminista se intensifica. Así mismo, mientras que la comunidad feminista se caracteriza por su diversidad de posturas, los grupos contrafeministas son más homogéneos, rígidos y radicales ideológicamente.

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La polarización y politización de los discursos en redes sociales

En ese contexto, los investigadores también identificaron que líderes políticos y figuras públicas aprovechan estas plataformas para viralizar contenido impactante, polémico y, muchas veces, sensacionalista, que motive la interacción de los usuarios. De hecho, se encontró que: “cuatro de cada cinco mensajes contrafeministas tienen una fuerte carga política y están directamente politizados”. Además se evidenció que en países como “Brasil y Estados Unidos, el 85% de los mensajes antifeministas están vinculados a comunidades ideológicas de derecha o extrema derecha”.

La presencia de estas figuras públicas en el debate feminista aumenta la polarización social, ya que sus opiniones movilizan a los seguidores hacía sus propias posturas, potenciando el sentimiento de “amenaza” y “confrontación” frente al feminismo, se explica en el informe. Puntualmente, en Chile y Colombia, un tercio de los mensajes contrafeministas vincula el feminismo con “ideologías extranjeras”, reforzando la percepción de que se trata de una posición ajena a las necesidades locales.

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Mientras en España el feminismo ha estado vinculado de manera más amplia a conversaciones sobre violencia de género y la diferencia de oportunidades entre hombres y mujeres, con una actitud confrontativa, en Colombia el enfoque suele centrarse más en derechos humanos y feminicidios, lo que ha generado un discurso menos polarizado pero igualmente desafiante frente a las resistencias conservadoras.

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Narrativas contrafeministas: ridiculización y desinformación

El informe señala que la rigidez discursiva, además de limitar el debate, fomenta narrativas que distorsionan la realidad. En los movimientos contrafeministas de X, se ha identificado que una proporción significativa de sus mensajes se centra en deslegitimar a las feministas a través de ataques a su ideología, su físico o acusaciones de radicalidad. Por su parte, el 22% de los detractores del feminismo lo vinculan con figuras públicas, ideologías e intereses partidistas de izquierda, y lo perciben como algo incompatible con su identidad.

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Otra tendencia en los discursos antifemistas es utilizar un lenguaje peyorativo y denigrante para minimizar a las mujeres. En Argentina se encontró que 1 de cada 5 mensajes contrafeministas usa insultos explícitos como “puta”, “mal cogida” o alusiones a su orientación sexual como “lesbiana”, mientras que en España y Estados Unidos, los ataques se enfocan en atacar y caricaturizar la apariencia física de las feministas reproduciendo estereotipos clichés como que todas las feministas tiene el pelo teñido.

Por su parte las feministas suelen responder a los insultos con palabras como “misógino”, “cavernícola” o “retrógrado” y buscar la resignificación de los insultos que las encasillan. Durante el análisis se encontró que: “Mientras el feminismo se fundamenta en datos verificables análisis más rigurosos… las comunidades contrafeministas recurren a la manipulación de estadísticas para sostener su discurso, presentando cifras descontextualizadas que, en lugar de aportar claridad, refuerzan los prejuicios actuales”.

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Otro argumento común entre este tipo de publicaciones es que el feminismo “ha ido demasiado lejos” y “busca exceder los derechos que deberían tener las mujeres”, aprovechando el discurso de la igualdad para obtener beneficios que superen los de los hombres, lo que parte de la población masculina percibe como una amenaza directa a sus privilegios y valores.

Por último, se resalta la idea de que “el feminismo atenta contra la familia, el matrimonio y los valores tradicionales”. Según los datos, en Colombia, el 17% de los mensajes antifeministas señalan al feminismo como “una amenaza para la estabilidad familiar”. Además, un 15% de estos discursos sostienen que el feminismo distorsiona la “naturaleza femenina”, promoviendo una reproducción de estereotipos de género que relegan a las mujeres a las labores de cuidado.

Las comunidades anti-igualdad en X usan diversas narrativas para deslegitimar el feminismo. Estas son las más comunes.
Foto: LLYC comunicaciones

El impacto de la polarización y la radicalización

El discurso antifeminista también parece haber penetrado la postura de los escépticos sobre el movimiento. La investigación demuestra que “aquellas personas que no tienen una opinión definida frente al debate feminista tienen 1.6 veces más probabilidades de radicalizarse hacia el antifeminismo que de adoptar posturas moderadas”. Este riesgo es mayor en países donde las comunidades contrafeministas están más concentradas, como Chile, Colombia, Estados Unidos, España y Argentina.

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A esto se le suma que los insultos y la violencia verbal forman parte del ruido informativo que desvirtúa la conversación, donde el debate queda atrapado en la confrontación personal, desviando el foco de la discusión sobre los derechos de las mujeres.

La radicalización de la conversación también está influyendo en los hombres jóvenes, quienes se acercan cada vez más hacia el bando contrafeminista, contrario a la tendencia que se venía presentando generaciones atrás de volverse más liberales. El último hallazgo importante del informe indica la creciente fractura ideológica que separa a la población en posiciones aparentemente irreconciliables, tanto en el plano generacional como de género. Mientras que las mujeres jóvenes se consolidan como un grupo más feminista y políticamente activo, cada vez más hombres jóvenes adoptan posturas más conservadoras y antifeministas.

Por Valentina Guerrero Rojas

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