Impacto mujer
Dejando huella

¿Por qué es importante hablar de seguridad con enfoque de género?

El sistema de seguridad se ha planteado por y para los hombres. Con espacios digitales de debate y publicaciones, Catalina Gil promueve la inclusión de las mujeres para mejorar su funcionamiento.

Laura Alejandra Moreno Urriaga
29 de enero de 2022 - 02:00 a. m.
Entre los proyectos de Gil está visibilizar a las candidatas al Congreso desde Twitter. / Óscar Pérez
Entre los proyectos de Gil está visibilizar a las candidatas al Congreso desde Twitter. / Óscar Pérez
Foto: El Espectador - Óscar Pérez

Las falencias que tienen la Policía y, en general, las instituciones encargadas de la seguridad se deben en parte a su homogeneidad, pues han sido pensadas, dirigidas y organizadas por hombres. Así lo cree Catalina Gil Pinzón, quien durante seis meses ha creado espacios de conversación digital para debatir esta problemática que afecta no solo a las mujeres que quieren ser parte de estas instituciones, sino a todas, pues convivimos con políticas públicas sin perspectiva de género.

Desde cómo atender a las víctimas de violencia de género hasta lo distinta que es la problemática cuando una mujer es judicializada por narcotráfico entran en esta ecuación.

A partir de su experiencia trabajando en temas de paz, seguridad, políticas de drogas, reforma a la Policía y género, Gil ha participado en espacios académicos y medios de comunicación para tratar el tema. Actualmente es oficial de programa de la Open Society Foundations. Pero por iniciativa propia ha fomentado estos espacios en los que además se contemplan los beneficios de diversificar las instituciones de seguridad. En sus palabras, las haría “generar políticas públicas más acertadas y tendríamos una mejor institución, porque nos va a representar a todos”.

Hablamos con Gil sobre esta iniciativa, los problemas que enfrentan las instituciones de seguridad en temas de género, los efectos de tener políticas públicas que no cuentan con la participación de las mujeres y la necesidad de ampliar la participación de ellas en seguridad.

¿Cuáles son los principales problemas que tiene la Fuerza Pública sobre el género?

Son tres aspectos fundamentales: primero, miembros de la Fuerza Pública abusan de mujeres y personas LGBT+; segundo, no es una institución que sepa cómo abordar las violencias de género, pues está muy centrada en homicidios y en la lucha contra las drogas y, tercero, es una institución llena de hombres, pensada en hombres y para hombres. Se habla en términos de la seguridad de ellos, solo nos están dando soluciones para hombres heterosexuales, la población es mucho más amplia y necesita ser tenida en cuenta.

¿Esto qué consecuencias trae para las mujeres?

El hecho de que la seguridad esté tan masculinizada hace que las políticas de seguridad no aborden de mejor forma todas las violencias que existen hacia nosotras o hacia personas LGBT+. No tienen idea de cómo abordar situaciones cuando pasa algo con nosotras, y lo que se ve es que las mujeres en estas instituciones usualmente están en cargos administrativos o técnicos. A mayor rango, menos mujeres, y eso hace que se prioricen ciertos delitos sobre otros.

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¿Cómo cambia la seguridad si más mujeres tienen puestos de poder dentro las organizaciones encargadas?

Al ser instituciones que se piensan desde los hombres no hay un buen abordaje de las violencias hacia las mujeres y personas LGBT+. Por ejemplo, en Bogotá cuando hablaban de Transmilenio se priorizaba el hurto, pero con la participación de la Secretaría de la Mujer se tuvieron en cuenta otros temas que también son seguridad, como que a las mujeres las manosean mucho en ese transporte.

Mientras haya más diversidad podemos abarcar más y llegar con esos temas, no solo es el tema que plantea el hombre blanco, heterosexual. Esto también tiene que ver con los recursos, en muchos municipios siempre se va a priorizar la lucha contra el narcotráfico y la violencia basada en género queda en cuarto plano o ni siquiera se puede atender.

¿Habría un cambio si la Policía sale del Ministerio de Defensa?

Una de las conclusiones a las que llegamos en los spaces es que da lo mismo mientras no se cambie el entrenamiento. Les podemos crear un solo ministerio, pero si sigue habiendo un entrenamiento militar nos va a dar lo mismo.

La Policía está militarizada por el conflicto armado y por la lucha contra el narcotráfico, desmilitarizarla es muy difícil, porque tampoco están dispuestos a bajarse de estatus, como institución creen que si no están en esos temas se bajan de rango. El tema es que la Policía está metida en todo, y eso no es culpa de ellos, pero están erradicando cultivos y haciendo aeróbicos en la séptima, por decir algo. Hay un revuelto de funciones y están tan inmersos en el conflicto, que hacen que estén menos involucrados en la seguridad ciudadana, el hurto y la violencia de género.

¿Y cómo se genera ese cambio en la ruralidad, donde el poder de la Policía es todavía más militar?

Hay que quitarle el peso al conflicto armado dentro de las discusiones sobre la Policía rural, porque el rol de la Policía se centra en consolidar militarmente los territorios, llegan a los territorios a imponer el poder coercitivo del Estado. El mensaje no es que neguemos el conflicto armado, sino pensar más allá del mismo, necesitamos que se centren en los retos de seguridad ciudadana.

Debemos entender mucho mejor la ruralidad y su estructura de gobernanza teniendo en cuenta la diversidad de actores de orden público, económico y social que existen, porque a veces hay una tendencia de meter en una misma bolsa la ruralidad, como si fuera algo homogéneo.

Las políticas de drogas son parte del tema de seguridad, ¿cómo se ven afectadas las mujeres frente a las políticas de drogas?

Cuando dicen que van a luchar contra las drogas, atacan a los eslabones que son constantemente reemplazados, los distribuidores y las mujeres microtraficantes. En América Latina y Asia la mayoría de las mujeres que están en la cárcel es por delitos de drogas. Y la repercusión es que no se ataca el problema realmente, se incrementan gastos innecesarios, se colapsa el sistema de justicia y hay hacinamiento en las cárceles.

Ahora, cuando un hombre está en la cárcel su sistema de cuidado no se cae, en cambio en el caso de las mujeres, que cuidan al hijo, a los papás, se cae toda la red de cuidado y ese es un gran costo para la sociedad en general. Despenalizar las drogas es una alternativa y debería haber indultos y otras opciones antes de meter a una persona a la cárcel.

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¿Cree que a través de las redes sociales pueda generarse un cambio frente a la percepción de las mujeres en temas de seguridad?

Hago estas conversaciones en Twitter, porque creo que la atención como la distribución del poder se alimentan a sí mismas, y en seguridad la atención y la distribución del poder está usualmente con y para los hombres. Por eso me gusta hacer estas conversaciones donde sean mujeres hablando de los temas que supuestamente son de los hombres, que nos acostumbremos a que las mujeres hablamos de seguridad.

Cuando en los paneles o “maneles”, o en los artículos periodísticos solo hay voces de hombres, ignorando a las mujeres, el mensaje es claro: señores, este sector no les pertenece y seguiré haciendo esto hasta que sea normal nombrar a una mujer ministra de Defensa, que las mujeres sean secretarias de seguridad, que haya mujeres directoras de la Policía y que eso no nos sorprenda. Que sea normal ver, leer, escuchar y aprender de mujeres en seguridad.

¿Qué tan presente tienen el tema de seguridad y género los precandidatos presidenciales?

Hablando de políticas de drogas, por ejemplo, hay un par de candidatos que saben del tema realmente, pero cuando se habla de género el discurso se limita a decir que van a incluir mujeres en sus campañas, a decir que las mujeres son lo más importante y como resultado el tema de seguridad en relación con el género no está presente, no lo tienen por ningún lado.

¿Por qué abrir estos espacios digitales para discutir temas de seguridad?

Antes de los spaces en Twitter hice conversatorios con universidades para amplificar y visibilizar las voces de las mujeres expertas en temas de seguridad. En los cargos de poder del sector, como ministro de Defensa y en fuerzas públicas, siempre hay hombres, solo hemos tenido una ministra de Defensa, pero no más; en la academia están los hombres y en los medios de comunicación también son la única fuente. Las mujeres podemos hablar de seguridad en general, no solo de temas de mujeres porque a veces ese es el sesgo.

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¿Por qué usar Twitter como medio para tratar este tema?

Decidí organizar estos spaces por dos razones principales: realizar conversaciones abiertas sobre reforma a la Policía considerando que la mayoría de las discusiones sobre esta cuestión se llevan a cabo en espacios cerrados o con un perfil muy académico y técnico. Lo segundo es que tenía una intención clara de que la conversación incluyera diversas y nuevas voces más allá de los “expertos de siempre”, que, por el sesgo habitual en cuestiones de seguridad, tienden a ser en su mayoría hombres.

¿Cómo se desarrollaron los espacios de debate?

Cada space trataba un tema sobre reforma a la Policía y lucha contra el narcotráfico, reforma y Esmad, reforma y género, reforma y justicia, reforma y dinámicas locales, total fueron 11 durante siete meses. En cada uno la mayoría de las voces eran mujeres, en todos buscaba expertos y otras personas que saben del tema, pero que no están designadas como expertos, líderes de organizaciones de la sociedad civil que han tenido que ver con la Policía, líderes juveniles, perfiles que están en el entorno de seguridad.

¿La Policía participó?

Invité muchas veces a la Policía y nunca quiso. Decían que internamente era difícil, pero siempre estuvo la puerta abierta para cuando tuvieran agenda, cuando lo intentamos, dos días antes volvieron a cancelar y al siguiente día organizaron un space dirigido por ellos hablando del tema porque no querían estar en un espacio abierto que no estuviera controlado por ellos. Aunque no estuvo la Policía como institución, sí participaron varios expolicías, había un balance de opiniones que permitía llevar un debate.

¿Cómo hacer que esos espacios de debate lleguen a más personas?

Comencé a organizarlos por cuenta propia y al segundo space Fescol se acercó porque le interesó la idea de democratizar la conversación de reforma a la Policía y me propuso publicar unos documentos, que saldrán en marzo, con los puntos principales de cada space y recomendaciones generales de política pública. Queremos que lleguen a manos de los candidatos y de las personas que lleguen al Congreso para que este tema sea parte de su agenda.

***

En los espacios organizados por Gil, que convocaron más de 100 participantes cada uno, las mujeres expertas fueron mayoría. Entre ellas participaron María Fernanda Fuentes, exsecretaria seguridad de Cúcuta; Isabel Gutiérrez, miembro de la mesa asesora de transformación policial; Sandra Borda, autora del libro Parar para avanzar, y la chilena Lucía Dammert, experta en reforma policial en Latinoamérica. En total, fueron cerca de 45 hombres y mujeres que participaron como panelistas en estas conversaciones.

Laura Alejandra Moreno Urriaga

Por Laura Alejandra Moreno Urriaga

Comunicadora y periodista de la U. Javeriana. Hago parte del equipo editorial de Impacto Mujer en El Espectador. He trabajado como periodista en temas de género, verdad y conflicto. También en coordinación de proyectos de innovación social y estrategias de contenidos multimedia.@lamorenourlamoreno@elespectador.com

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