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“Creo en la fuerza del yo”

Mejorar la calidad de vida a la luz de la psicología, la filosofía y la experiencia personal es la principal motivación de Walter Riso, argentino radicado en Colombia.

Liliana López Sorzano
08 de julio de 2008 - 01:27 a. m.

Walter Riso es reconocido por sus columnas y libros donde ha tratado temas como el amor, las relaciones de pareja y el crecimiento interno, con el fin de ayudar a la gente a tener una mejor calidad de vida.   

 ¿Cómo llega usted a estas conclusiones y reflexiones que tanto busca la gente en el mundo?

Mis fuentes son tres: la academia, el trabajo como psicólogo clínico (pacientes) y mi propia experiencia personal. Cada uno aporta un aspecto y cumple un papel. Lo importante es que un libro de crecimiento sea serio, asequible para el lector así se toquen temas complejos, y que no apele tanto a las recetas sino a crear espacios de reflexión. Todo debe apuntar a que puedas hacer prevención y promoción de salud.

¿Qué lo motivó a encaminarse en la ruta de dar consejos a otras personas?

No doy consejos, o muy pocos. Creo que mi tarea se orienta más a “traducir” la psicología y ponerla  al alcance del lector. Cada quien sacará sus propias conclusiones, cada quien se reinventa a sí mismo como se le dé la gana. La motivación es contribuir a crear estilos de vida no enfermizos.

Así como usted es una guía para muchos, ¿qué persona ha sido la más influyente en su vida? ¿A quién admira?

Me han influido los griegos (especialmente la filosofía helenista: los cínicos, los estoicos, los escépticos, los epicúreos). El mayo francés, Krishnamurti, el budismo, el cruce de lo napolitano con lo argentino y lo napolitano. He admirado profundamente a dos personajes: Epícteto y Montaigne, ambos hicieron del vivir un arte.

¿Con cuál religión o doctrina se siente  más cercano y por qué?

Me atraen mucho el budismo y el taoísmo, quizás porque más que religiones son aproximaciones espirituales, sin tanta autoridad. Creo en una espiritualidad terrestre, inmanente, que surge del yo. Un humanismo con los pies en la tierra. Creo en la vida, en el presente, en la fuerza del yo, en los principios que regulan el potencial humano.


 En varias de sus publicaciones, el amor es el tema protagonista, ¿qué nivel de importancia le da usted a este sentimiento para su vida y para la humanidad?

 Importante sin duda y por momentos lo más importante. ¿Alguien podría decir lo contrario? Por eso hay que aprender a amar sanamente, por eso hay que desmitificar el amor y vivirlo sin tanta patología. Creo que si supiéramos amar más y mejor, con más lucidez y menos distorsiones, la humanidad tendría una esperanza. Pero ese amor debe estar acompañado de una “buena razón”. Un pensamiento que se enganche con el querer y que lo lleve por el camino adecuado. Para mí, una cosa es el amor y otra el enamoramiento.

 En las relaciones de pareja se habla mucho de fidelidad y lealtad, ¿qué opina  de estas dos palabras?, ¿dónde está la diferencia?

En las relaciones de pareja no hago diferencia. La infidelidad es la ruptura inadecuada, traicionera, engañosa de un acuerdo afectivo/sexual preestablecido. Es una forma de estafa, no importa la diferencia que se quiera hacer.

El porcentaje de separaciones se incrementa cada vez más.  ¿Estamos llegando a un nuevo sistema distinto del matrimonio?

Quizás algo más posmoderno, menos sacrificado y más orientado a la autonomía, pero con la filosofía del desechable a cuestas. Hay cosas buenas y malas... No sé qué se viene

Usted ha sido abanderado del tema de reflexión y autoayuda. ¿A qué considera el éxito de este tipo de publicaciones?, ¿es una moda en los hábitos de lectura?

Creo que alguien serio en esto no se siente abanderado, sino un divulgador. No creo que las consolaciones escritas sean una moda. Pienso que han existido siempre. Basta leer Séneca o Epícteto para darse cuenta. Tampoco creo que sea una cuestión de hábitos de lectura consecuencia de una moda. La palabra autoayuda está desapareciendo, se habla más de crecimiento personal o divulgación psicológica o filosofía práctica. Los lectores encuentran un momento para pensarse a sí mismos, se dan cuenta que necesitan ayuda profesional o simplemente encuentran un punto de referencia cuando están en crisis.

Por Liliana López Sorzano

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