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                                                                                                                              Guainía, la frontera con Venezuela por donde avanza la minería ilegal

                                                                                                                              A pocas horas en lancha de Puerto Inírida, la capital de Guainía, se encuentra una de las zonas mineras más grandes de Venezuela: el Parque Nacional Yapacana. Muchos de los insumos, alimentos, combustibles y personal para esas explotaciones ilegales sale de Colombia. Incursiones de la fuerza pública venezolana en ese territorio han desplazado la minería ilegal hacia Guainía.

                                                                                                                              Daniela Quintero Díaz

                                                                                                                              Periodista Medio Ambiente

                                                                                                                              David Riaño Valencia

                                                                                                                              Periodista de Investigación

                                                                                                                              Sergio Silva Numa

                                                                                                                              Editor Salud - Medio Ambiente - Ciencia - Educación

                                                                                                                              David Escobar Moreno

                                                                                                                              Periodista Judicial
                                                                                                                              Antes del amanecer, decenas de 'tambores' con combuistible se embarcan en el puerto de Inírida, en Guainía, con rumbo a las dragas y minas.
                                                                                                                              Foto: Sebastián López Ramírez

                                                                                                                              Antes del amanecer, el puerto de Inírida, la capital de Guainía, se llena de motocarros cargados de recipientes plásticos azules y grandes. Lucen pesados. Contienen hasta 200 litros de combustible cada uno. Un puñado de hombres los bajan, uno por uno, y los embarcan en un par de botes alargados.

                                                                                                                              El proceso dura algunas horas, pero nadie alrededor le presta mucha atención. Entre la llegada y salida de plátanos, paneles solares, colchones y todo lo demás que se mueve por el río Inírida, los ‘tambores’ llenos de gasolina también parecen algo rutinario. El combustible es un insumo necesario para que las comunidades aledañas (en su mayoría indígenas) puedan transportarse y contar con luz a ratos. Pero los habitantes de Inírida también saben que, en esas cantidades, suelen tener otro rumbo.

                                                                                                                              “Más adelante hay otro puerto. Ahí almacenan 300 o 400 ‘tambores’ de gasolina. Básicamente, todo lo que llega a ahí es para la mina”, explica un líder indígena de la región que pidió reservar su nombre. A solo unas horas por río desde Puerto Inírida, se encuentra una de las zonas mineras más grandes de Venezuela: el Parque Nacional Yapacana, creado en 1978 para conservar ecosistemas clave (parecidos a los que se encuentran en Guainía).

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Se estima que, en total, ese territorio tiene una deforestación por minería de 1.537 hectáreas, un área equivalente a 14 veces el Parque Simón Bolívar, en Bogotá. De estas, la mitad se perdió solo entre el 2021 y 2022.

                                                                                                                              Foto: Deforestación por minería de oro en el Parque Nacional Yapacana, en la Amazonia venezolana. / Foto: Proyecto MAAP

                                                                                                                              Pero, ¿qué tiene que ver lo que pasa en Yapacana con Puerto Inírida o con la minería en el Guainía?

                                                                                                                              Inírida es uno de los pocos centros urbanos más cercanos a las minas de Yapacana. Desde hace años ambos territorios, y sus habitantes, tienen una relación estrecha. Como aseguró Pablo Willan Acosta, alcalde de Inírida hasta el pasado 1° de enero, “la minería es una actividad informal para nuestro municipio. Pero, para nadie es un secreto que es la que dinamiza realmente la economía de la ciudad”.

                                                                                                                              Muchos colombianos -cuenta Carlos*, un indígena de Guainía que trabajó más de siete años en la mina de Yapacana- ahorran durante meses para ir a minear a Venezuela, y regresan por periodos de tiempo. En Guainía, las oportunidades laborales son escasas, especialmente en las zonas rurales. Un estudio del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) identificó que gran parte de la oferta laboral está en la administración pública, como la Alcaldía o la Gobernación (casi el 50 % del PIB). Solo el 14 % está relacionado con el comercio y los hoteles, y menos del 9 % con actividades de agricultura, ganadería o pesca.

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              El río Inírida es la principal “autopista” de Guainía. Por ahí viajan personas, alimentos, carros, motos, madera y paneles solares. También los insumos para la minería, como el combustible y el mercurio.
                                                                                                                              Foto: Sebastián López Ramírez
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              “La mina”, como conocen popularmente a Yapacana, parece más una ciudad de tablas que se ha ido extendiendo. Se estima que en todos sus puntos de explotación hay una población estable de 25 mil personas. Puestos de salud, billares, guarderías, campamentos; todo se encuentra muy cerca de los puntos de extracción de oro y de las piscinas con residuos tóxicos que deja esa actividad.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Las dragas mineras en Guainía extraen el oro de los lechos y sedimentos de los ríos, poniendo en riesgo áreas protegidas.
                                                                                                                              Foto: Ministerio de Defensa
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Más allá de la zona fronteriza con Venezuela, o de Yapacana, la actividad minera se ha extendido, desde hace más de 30 años, también al interior del departamento. De hecho, aunque se estima que el 95 % del oro que se extrae en Guainía es de origen ilegal, entre 2014 y 2023 el departamento recibió más de $ 9.700 millones de pesos de regalías por la explotación de oro.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              “A pesar de que nuestro territorio está dividido en el área de los resguardos (que se traslapan más de un 80 % con todo el departamento de Guainía), dentro de ellos están los mineros trabajando. Entre las comunidades hay conflictos internos, porque unos quieren y otros no quieren que estén ahí. Pero ya los indígenas estamos metidos en ese sistema, trabajando con ellos, porque la plata mueve todo”, insiste el líder indígena.

                                                                                                                              Más del 80 % de la población de Guainía es Indígena y depende de actividades como la pesca para la subsistencia y seguridad alimentaria.
                                                                                                                              Foto: Sebastián López Ramírez
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              El estudio también demostró que, en los ríos Atabapo, Inírida, Isana Cuyarí, Guainía y Taraira, los niveles de mercurio y cadmio en peces, plantas y sedimentos sobrepasaban los límites que la Organización Mundial de la Salud considera “seguros”. Solo en el río Inírida, por ejemplo, tomaron muestras de sangre que tenían niveles de mercurio hasta 100 veces por encima de lo permitido.

                                                                                                                              Los operativos poco efectivos para controlar la minería ilegal en Guainía

                                                                                                                              Operativo realizado por el Ministerio de Defensa contra la minería ilegal en el departamento de Guainía, en octubre del 2023.
                                                                                                                              Foto: Ministerio de Defensa
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Como aseguró Álvaro Pardo, director de la ANM, a El Espectador, este ha sido uno de los esfuerzos para “reducir la criminalidad” en la minería ilegal. “Soy testigo del gran trabajo que se está haciendo desde la Policía y el Ministerio de Defensa para acabar con estas dragas. Llevamos ya varios meses en los que el Ministerio de Defensa le está trabajando muy duro al tema”, dijo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Sin embargo, como confiesa Rojas, de la CDA, la efectividad para controlar el avance de la minería ilegal “ha sido todo un desafío”. “En el momento se destruyen o incautan tres dragas y al otro día ya hay el doble en el mismo lugar. Además, cuando llegamos a hacer los operativos ‘sorpresa’, ya les han avisado. Entonces se esconden en los caños o pasan, sobre el mismo río, al otro lado de la frontera”, explica.

                                                                                                                              Un investigador de la Agencia Nacional Minera, que pidió la reserva de su nombre, considera que acciones como estas no resuelven el fondo del problema. “Quemar dos o tres dragas es como coger a diez raspachines y decir que se está erradicando el tráfico de cocaína. La cúspide de la pirámide del oro no está en los mineros, sino en quienes se enriquecen con ese tipo de negocios”, asegura.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Pardo, de la ANM, agrega otra variable: “Durante décadas, no se hizo mayor cosa por este fenómeno, que hace unos años no tenía la gravedad que hoy reviste. Ahora es un tema estructural con un problema adicional: cuando el precio del oro sube en el mercado internacional, el tema se dispara terriblemente”. El oro, a nivel internacional, alcanzó esta semana un precio récord.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Consulta más temas de Investigación 🔍📓 de El Espectador aquí.

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                                                                                                                              Antes del amanecer, decenas de 'tambores' con combuistible se embarcan en el puerto de Inírida, en Guainía, con rumbo a las dragas y minas.
                                                                                                                              Foto: Sebastián López Ramírez

                                                                                                                              Antes del amanecer, el puerto de Inírida, la capital de Guainía, se llena de motocarros cargados de recipientes plásticos azules y grandes. Lucen pesados. Contienen hasta 200 litros de combustible cada uno. Un puñado de hombres los bajan, uno por uno, y los embarcan en un par de botes alargados.

                                                                                                                              El proceso dura algunas horas, pero nadie alrededor le presta mucha atención. Entre la llegada y salida de plátanos, paneles solares, colchones y todo lo demás que se mueve por el río Inírida, los ‘tambores’ llenos de gasolina también parecen algo rutinario. El combustible es un insumo necesario para que las comunidades aledañas (en su mayoría indígenas) puedan transportarse y contar con luz a ratos. Pero los habitantes de Inírida también saben que, en esas cantidades, suelen tener otro rumbo.

                                                                                                                              “Más adelante hay otro puerto. Ahí almacenan 300 o 400 ‘tambores’ de gasolina. Básicamente, todo lo que llega a ahí es para la mina”, explica un líder indígena de la región que pidió reservar su nombre. A solo unas horas por río desde Puerto Inírida, se encuentra una de las zonas mineras más grandes de Venezuela: el Parque Nacional Yapacana, creado en 1978 para conservar ecosistemas clave (parecidos a los que se encuentran en Guainía).

                                                                                                                              Read more!

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                                                                                                                              Se estima que, en total, ese territorio tiene una deforestación por minería de 1.537 hectáreas, un área equivalente a 14 veces el Parque Simón Bolívar, en Bogotá. De estas, la mitad se perdió solo entre el 2021 y 2022.

                                                                                                                              Foto: Deforestación por minería de oro en el Parque Nacional Yapacana, en la Amazonia venezolana. / Foto: Proyecto MAAP

                                                                                                                              Pero, ¿qué tiene que ver lo que pasa en Yapacana con Puerto Inírida o con la minería en el Guainía?

                                                                                                                              Inírida es uno de los pocos centros urbanos más cercanos a las minas de Yapacana. Desde hace años ambos territorios, y sus habitantes, tienen una relación estrecha. Como aseguró Pablo Willan Acosta, alcalde de Inírida hasta el pasado 1° de enero, “la minería es una actividad informal para nuestro municipio. Pero, para nadie es un secreto que es la que dinamiza realmente la economía de la ciudad”.

                                                                                                                              Muchos colombianos -cuenta Carlos*, un indígena de Guainía que trabajó más de siete años en la mina de Yapacana- ahorran durante meses para ir a minear a Venezuela, y regresan por periodos de tiempo. En Guainía, las oportunidades laborales son escasas, especialmente en las zonas rurales. Un estudio del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) identificó que gran parte de la oferta laboral está en la administración pública, como la Alcaldía o la Gobernación (casi el 50 % del PIB). Solo el 14 % está relacionado con el comercio y los hoteles, y menos del 9 % con actividades de agricultura, ganadería o pesca.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Por eso, pasar al otro lado de la frontera (o vender sus insumos allá) termina siendo una alternativa recurrente para los pobladores de Guainía. Como cuenta un comerciante en Inírida, “la economía de este pueblo (Inírida) no depende tanto de las minas en Colombia, sino de la mina en Venezuela. Gran parte de lo que llega de comercio aquí sale para allá”. Combustible, alimentos, licores, ropa, medicinas y otros recursos se surten desde Inírida.

                                                                                                                              El río Inírida es la principal “autopista” de Guainía. Por ahí viajan personas, alimentos, carros, motos, madera y paneles solares. También los insumos para la minería, como el combustible y el mercurio.
                                                                                                                              Foto: Sebastián López Ramírez
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              “La mina”, como conocen popularmente a Yapacana, parece más una ciudad de tablas que se ha ido extendiendo. Se estima que en todos sus puntos de explotación hay una población estable de 25 mil personas. Puestos de salud, billares, guarderías, campamentos; todo se encuentra muy cerca de los puntos de extracción de oro y de las piscinas con residuos tóxicos que deja esa actividad.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Las dragas mineras en Guainía extraen el oro de los lechos y sedimentos de los ríos, poniendo en riesgo áreas protegidas.
                                                                                                                              Foto: Ministerio de Defensa
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Más allá de la zona fronteriza con Venezuela, o de Yapacana, la actividad minera se ha extendido, desde hace más de 30 años, también al interior del departamento. De hecho, aunque se estima que el 95 % del oro que se extrae en Guainía es de origen ilegal, entre 2014 y 2023 el departamento recibió más de $ 9.700 millones de pesos de regalías por la explotación de oro.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              “En la Serranía del Nequén hay una zona minera desde hace 30 años. Aunque antes sí se sacaba el mineral artesanalmente, ahora están volviendo a repelar el territorio con dragas”, cuenta un líder indígena de la zona. Tal y como sucedió en Yapacana, en los últimos años los pobladores han visto cómo ese territorio, que además se encuentra dentro de un área protegida (la Reserva Nacional Natural Punawai), se ha convertido en un pequeño pueblo minero. Según Parques Nacionales Naturales, en los últimos dos años, la población de mineros ha ido en aumento.

                                                                                                                              “A pesar de que nuestro territorio está dividido en el área de los resguardos (que se traslapan más de un 80 % con todo el departamento de Guainía), dentro de ellos están los mineros trabajando. Entre las comunidades hay conflictos internos, porque unos quieren y otros no quieren que estén ahí. Pero ya los indígenas estamos metidos en ese sistema, trabajando con ellos, porque la plata mueve todo”, insiste el líder indígena.

                                                                                                                              Más del 80 % de la población de Guainía es Indígena y depende de actividades como la pesca para la subsistencia y seguridad alimentaria.
                                                                                                                              Foto: Sebastián López Ramírez
                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              También lo confirma el Gobernador (máxima autoridad) del resguardo Isana-Cuyarí, ubicado a tres días de viaje en lancha desde Puerto Inírida. “Estamos muy apartados de la capital. El único sustento que se nos ha dado es la minería, que no se ha podido legalizar porque estamos dentro del área protegida Puinawai. Pero la seguimos trabajando”, dice.  Parques Nacionales Naturales estima que, actualmente, hay diez puntos de minería al interior del área protegida, que han deforestado 72,2 hectáreas.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              El estudio también demostró que, en los ríos Atabapo, Inírida, Isana Cuyarí, Guainía y Taraira, los niveles de mercurio y cadmio en peces, plantas y sedimentos sobrepasaban los límites que la Organización Mundial de la Salud considera “seguros”. Solo en el río Inírida, por ejemplo, tomaron muestras de sangre que tenían niveles de mercurio hasta 100 veces por encima de lo permitido.

                                                                                                                              Los operativos poco efectivos para controlar la minería ilegal en Guainía

                                                                                                                              Operativo realizado por el Ministerio de Defensa contra la minería ilegal en el departamento de Guainía, en octubre del 2023.
                                                                                                                              Foto: Ministerio de Defensa
                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Como aseguró Álvaro Pardo, director de la ANM, a El Espectador, este ha sido uno de los esfuerzos para “reducir la criminalidad” en la minería ilegal. “Soy testigo del gran trabajo que se está haciendo desde la Policía y el Ministerio de Defensa para acabar con estas dragas. Llevamos ya varios meses en los que el Ministerio de Defensa le está trabajando muy duro al tema”, dijo.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Un investigador de la Agencia Nacional Minera, que pidió la reserva de su nombre, considera que acciones como estas no resuelven el fondo del problema. “Quemar dos o tres dragas es como coger a diez raspachines y decir que se está erradicando el tráfico de cocaína. La cúspide de la pirámide del oro no está en los mineros, sino en quienes se enriquecen con ese tipo de negocios”, asegura.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Pardo, de la ANM, agrega otra variable: “Durante décadas, no se hizo mayor cosa por este fenómeno, que hace unos años no tenía la gravedad que hoy reviste. Ahora es un tema estructural con un problema adicional: cuando el precio del oro sube en el mercado internacional, el tema se dispara terriblemente”. El oro, a nivel internacional, alcanzó esta semana un precio récord.

                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              No ad for you

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                                                                                                                              Consulta más temas de Investigación 🔍📓 de El Espectador aquí.

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                                                                                                                              Por David Riaño Valencia

                                                                                                                              Periodista especializado en Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Ha investigado la guerra desde Rutas del Conflicto y la Comisión de la Verdad. Aprendió a analizar datos en el DANE y a rastrear corrupción en la Agencia Nacional de Contratación Pública. davidrianovdriano@elespectador.com

                                                                                                                              Ver todas las noticias
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