La trama corrupta que llevó a la cárcel a uno de los hombres más ricos de Colombia, a dos jueces, a dos abogados y a más de cinco funcionarios judiciales, tuvo esta semana el cierre de un capítulo que había quedado en suspenso hace casi tres años. El protagonista es Alexandre Philippe Pierre Vernot, quien fue capturado el pasado 3 de junio, en cuanto pisó el aeropuerto El Dorado, proveniente de un vuelo de Francia. Las autoridades le notificaron que, en su contra, había una orden de captura de la Corte Suprema de Justicia, que desde 2022 estudiaba un recurso que podía definir su futuro judicial, pues estaba inmerso en una investigación de corrupción judicial, la misma que llevó al empresario Carlos Mattos a prisión.
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Horas después de su detención, la Sala de Casación Penal del alto tribunal resolvió su suerte: confirmó el fallo del Tribunal Superior de Bogotá que, el 15 de septiembre de 2022, lo condenó a cinco años de cárcel por el delito de soborno en la actuación penal. Lo que la Fiscalía logró probar durante la investigación es que, en agosto de 2018, Vernot trató de sobornar a un testigo clave para que él se llevara toda la culpa del caso de corrupción que perseguía a Carlos Mattos. Los detalles de esa coima fueron los siguientes: Vernot le ofreció US$2 millones de dólares al abogado Luis David Durán para que le dijera a la justicia que Mattos no tuvo nada que ver en la manipulación del sistema de repartos de procesos judiciales del que el empresario se benefició.
Para la Corte Suprema de Justicia, el procesado trató de impedir que la justicia esclareciera esos hechos delictivos y obstaculizó el sistema judicial. El alto tribunal fue más allá y dejó consignada una certera crítica al hecho de que Vernot haya cometido este delito, siendo abogado: “Es evidente que actuó con conocimiento de la antijuricidad y merece un alto reproche por su condición de abogado de quien se espera utilice sus conocimientos jurídicos con rectitud y no los ponga en servicio de estratagemas orientadas a socavar el correcto funcionamiento de la administración de justicia, con el propósito de sacar avante graves entramados de corrupción que afectaron la integridad y la majestad de un pilar del Estado social de derecho”.
Durante todo el proceso, que arrancó el 27 de septiembre de 2018 cuando la Fiscalía capturó al abogado Vernot, el jurista declaró que nada tuvo que ver en el delito. Que sí visitó a Luis David Durán en la cárcel, pero que jamás lo hizo para sobornarlo, sino para contarle que tenía una prueba para demostrar que nunca existió la manipulación del reparto de los procesos y que, por el contrario, el entonces fiscal general, Néstor Humberto Martínez, había adulterado un informe del CTI para montar esta investigación judicial. Sin embargo, para el Tribunal Superior de Bogotá y la Corte Suprema, el intento de soborno de Vernot sí existió y, por eso, tendrá que pagar cinco años de cárcel.
Para confirmar la condena en su contra, el magistrado ponente de la decisión, Jorge Hernán Díaz Soto, hizo un pormenorizado resumen de cómo se manipuló el reparto de una demanda que presentó el dueño de la empresa Hyundai Colombia, Carlos Mattos, contra la coreana Hyundai Motor Company, que en septiembre de 2015 le quitó al empresario la representación comercial de Hyundai en el país después de 25 años de relación comercial. Ese pleito jurídico nació, precisamente, para que Mattos pidiera una indemnización de más de $770.000 millones y no saliera tan golpeado de perder el negocio que había manejado durante tantos años. La manipulación del sistema permitió que la demanda cayera en manos del juez Reinaldo Huertas.
El juzgado empezó a estudiar el recurso en febrero de 2016 y para abril, en tiempo récord, emitió medidas cautelares que beneficiaron a Mattos. En noviembre de 2016, las partes de este pleito llegaron a un acuerdo y Mattos dejó de ser el representante de la multinacional en Colombia. Sin embargo, con la denuncia de una funcionaria judicial, en enero de 2018 la Fiscalía encontró las primeras pruebas de que Mattos y su equipo de asesores habían manipulado el sistema de repartos para que la demanda cayera en el despacho de Huertas. El ente investigador no solo probó que Mattos pagó más de $700 millones en sobornos, sino que procesó a los ingenieros y funcionarios judiciales que participaron en la red corrupta.
Todos, incluyendo a Carlos Mattos, el abogado Luis David Durán y el juez Huertas, ya fueron condenados y sus sentencias confirmadas. Pero faltaba la de Vernot. Según el fallo de la Corte, al caso llegó como asesor del empresario en temas bancarios y financieros, aunque ya tenía una reconocida trayectoria en el mundo del derecho, pues había defendido a figuras del mundo empresarial como Víctor Maldonado, uno de los procesados por el descalabro de Interbolsa; al propio presidente Gustavo Petro, cuando fue alcalde; y había representado a la familia Gilinsky por más de dos décadas en el pleito que ganó contra Bancolombia. Además, también había estado en los terrenos de la política, en una frustrada campaña a la Alcaldía de Bogotá en 2015.
Con la confirmación de la condena contra Álex Vernot se cierra uno de los últimos frentes judiciales pendientes del entramado de corrupción que durante años salpicó a empresarios, jueces y abogados. Así, la Corte Suprema de Justicia ratificó que el intento de desviar el curso de las investigaciones en favor de Carlos Mattos no quedó impune y que todos los implicados ya han sido condenados. Aunque Vernot todavía puede presentar un recurso extraordinario de casación, por ahora su condena está en firme y tendrá que pagarla en una cárcel de Colombia. El fallo en su contra pone punto final a una de las investigaciones más sonadas de la última década sobre corrupción en la Rama Judicial.
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