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En horas de la tarde del pasado 1° de marzo, el coronel Óscar Hernán Cortés, comandante de la Policía en Urabá, fue el encargado de comunicar oficialmente la muerte de una pieza clave del Clan del Golfo, la organización narcotraficante sucesora del paramilitarismo con mayor presencia en Colombia. El alto oficial señaló que en el municipio de Dabeiba, Antioquia, fue hallado el cuerpo de Wilmer Antonio Giraldo Quiroz, conocido en el bajo mundo con el alias Siopas, y supuesto segundo al mando de la estructura criminal que patrulla principalmente en Antioquia, Córdoba y Chocó.
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Sin embargo, documentos del Comando General de las Fuerzas Militares, filtrados por el colectivo de ‘hacktivistas’ Guacamaya, dan cuenta de que Siopas fue considerado como líder del Clan del Golfo, tras la captura de su máximo líder, alias Otoniel, en octubre de 2021. El Espectador tuvo acceso a los archivos a través de la organización Forbidden Stories, un consorcio de periodistas radicado en Francia que continúa el trabajo de periodistas amenazados o asesinados. Esa masiva filtración también da detalles de por qué era considerado como una ficha fundamental del grupo armado y en qué zonas era fuerte.
Los mapas de la inteligencia señalan que Otoniel designó a Siopas para expandir su presencia en el Chocó y el sur oriente antioqueño. Por su experiencia criminal en la desaparecida guerrilla de las Farc, Otoniel lo designó en 2019 al mando de la estructura Jairo de Jesús Durango Restrepo, que hace presencia especialmente en los municipios de Quibdó, Yuto, Lloró, Río Quito, Cantón de San Pablo, Unión Panamericana, Tadó, Istmina, Condoto, Novita, Medio San Juan, Santa Rita de Iro, Medio Baudó, Alto Baudó, Bajo Baudó, Litoral del San Juan, Nuquí, Bahía Solano y Juradó. Fue durante este tiempo que tomó fuerza y cercanía al interior de las filas del grupo criminal.
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“Ahí es donde radica la importancia de Siopas. Los hombres armados del Clan del Golfo le copiaban más a él que otros cabecillas del grupo armado”, dice un investigador de la Policía que desde hace varios años sigue la actividad criminal del Clan del Golfo. De este punto es que toma fuerza una de la hipótesis de la inteligencia militar: que Siopas, al parecer, se iba a “volar” con una gran cantidad de dinero, armas y hombres para armar un nuevo grupo en el norte de Antioquia. “Es ahí cuando se entera alias Chiquito Malo -otro de los líderes del Clan del Golfo- y lo cita bajo engaños a una reunión, con la excusa de arreglar diferencias. Pero, Siopas cayó en la trampa y fue asesinado en los últimos días.
Siopas también se volvió un hombre de confianza para Otoniel a raíz de su buena relación con alias Pueblo, primo del extraditado capo del Clan del Golfo y que murió en una operación policial en 2020. Por las costas del Chocó, señala la inteligencia militar, Siopas y Pueblo sacaban los alijos de cocaína y se enfrentaban con el Eln por las rutas del narcotráfico. Otro de los fuertes lazos de Siopas con gente muy cercana a Otoniel y el paramilitarismo es su vínculo con José Orlando Moncada Zapata, alias Tasmania. Este viejo líder criminal, cercano al exjefe paramilitar Carlos Castaño, fue capturado en 2022 por ser el supuesto líder de la subestructura del suroeste antioqueño del Clan del Golfo.
Aunque, tras la captura de Otoniel, Siopas fue considerado por las fuerzas de seguridad del Estado como el principal líder del Clan, con el paso de los meses este criminal jamás fue designado para controlar el centro de operaciones de la organización criminal: la Estructura Central Urabá (ECU) del Clan del Golfo, liderada por Chiquito Malo, a quien hoy se le atribuye ser el máximo líder de grupo armado. “Esa estructura, ubicada en el Urabá antioqueño, es la encargada de coordinar los envíos de cocaína y tomar las decisiones de cómo lavar el dinero producto de las acciones ilegales. Es la zona donde se fundó el Clan del Golfo, donde Otoniel intentó esconderse de las autoridades”, dice fuentes policiales.
Lo que sí es cierto es que el asesinato de Siopas deja claro que al interior de la estructura ilegal hay grietas que podrían dificultar los contactos con el alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, funcionario designado para entablar comunicaciones con organizaciones criminales que quieran hacer parte de la denominada paz total. Por ahora, el grupo criminal no se ha pronunciado sobre el asesinato de Siopas ni nuevos detalles sobre sus conversaciones con el gobierno de Gustavo Petro.
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