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La guerra entre bandas criminales que ha cobrado la vida de menores en Cartago

Una guerra entre las bandas criminales Los Flacos y la Nueva Generación en Cartago (Valle del Cauca) ha dejado a más de 25 menores de edad desaparecidos y asesinados en menos de un año. Los cuerpos que han sido encontrados, tienen huellas de haber sido torturados y abusados sexualmente.

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Dayana Herrera Valbuena
29 de julio de 2024 - 08:28 p. m.
Lina Gómez, madre de Nicolás Aristizábal, quien fue desaparecido y asesinado en 2023.
Lina Gómez, madre de Nicolás Aristizábal, quien fue desaparecido y asesinado en 2023.
Foto: Jose Vargas Esguerra
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El 3 de junio de 2023 fue la última vez que vieron con vida a Nicolás Aristizábal Gómez y a Daniela Santiago Díaz, en Cartago (Valle del Cauca). Los dos menores, de 17 años, se encontraron en la noche para asistir con otros amigos a una chiva rumbera. Sin embargo, nunca llegaron al lugar. Ellos son dos de los jóvenes que se suman a la lista de 25 asesinatos y desapariciones en el último año en este municipio en medio de una guerra territorial entre las bandas Los Flacos y la Nueva Generación, que desde 2012 heredaron el poder de los últimos jefes del Cartel del Norte del Valle.

El mismo día de la desaparición de la pareja de jóvenes, Juan Pablo Santiago, el padre de Daniela, dice que siendo las 3:00 de la tarde, hombres de la SIJIN irrumpieron en su casa, en el barrio Santa Ana, con un operativo que buscaba capturar a integrantes de Los Flacos. En medio de esa operación, Daniela Santiago se encontraba en la casa, junto a su madre, Milena Díaz. Sin embargo, el operativo no tuvo que haber ocurrido en ese lugar, sino en la casa del frente, donde realmente se escondían tres integrantes de la banda.

En el operativo, capturaron a alias “Chávez”, por quien daban una recompensa de hasta $200.000.000. Además, lograron incautar vehículos y armas usadas para el sicariato. Cuatro horas después de ese hecho, Nicolás Aristizábal y Daniela Santiago, desaparecieron y la Fiscalía, pese a los antecedentes y la solicitud de las familias, no tomaron el caso de inmediato.

Solo hasta el 23 de agosto, dos meses después, el padre de Daniela Santiago recibió una llamada anónima en la que le indican que los cuerpos de los jóvenes estaban en una laguna cercana al Batallón Vencedores del Ejército. En diálogo con El Espectador, Víctor Álvarez, quien era alcalde de Cartago en el momento de la desaparición, afirmó que la zona donde fueron encontrados los cuerpos hace parte de la Hacienda El Rincón, una finca que pertenecería a un integrante de Los Flacos.

En el caso de Aristizábal y Santiago, el examen forense indicó que fueron torturados y agredidos con arma blanca, además que hubo signos de violencia sexual. Un trabajador de la Fiscalía, quien pidió reservar su nombre, aseguró que en menos de un año en Cartago han sido asesinados y desaparecidos, con el mismo patrón, 25 jóvenes, 13 de ellos menores de edad. Aunque la hipótesis que hizo el exalcalde Álvarez en reiteradas ocasiones era que se trataba de un depredador sexual, la fuente anónima asegura que muchos de los crímenes cometidos han sido en medio de la disputa territorial de Los Flacos y la Nueva Generación, quienes se han dedicado por décadas al narcotráfico y al sicariato en el Valle del Cauca y el Eje Cafetero.

Lina Gómez, la madre de Nicolás Aristizábal, insiste en que la operación en la casa Santiago Díaz fue lo que causó la desaparición de los dos jóvenes. “Fue un ajuste de cuentas. Los criminales creyeron que en la casa del señor Juan Pablo, se había dado aviso de dónde vivían realmente las personas de Los Flacos”, afirmó. Además, tan pronto las autoridades conocieron que en la laguna se encontraban los cuerpos, no enviaron ni a Medicina Legal, ni al CTI a que protegiera la zona. Por el contrario, los padres tuvieron que alquilar motobombas para tratar de drenar la laguna y recuperar los cuerpos. Ante esto, el exalcalde Álvarez comentó que fue él quien tuvo que poner de su propio dinero para conseguir las herramientas.

Álvarez ganó la Alcaldía de Cartago en 2019 con apoyo político del clan de los Londoño Zabala, una familia que ha estado envuelta en investigaciones por corrupción y vínculos con la mafia. Ese es el caso de la exalcaldesa Jesusita Zabala de Londoño, quien, en la actualidad, paga una condena en prisión domiciliaria por haber direccionado tres contratos públicos por más de $2.000 millones y haber cobrado coimas. Además, su hijo Ignacio Londoño, conocido como Nacho, fue asesinado en 2015 por nexos con el Cartel del Norte del Valle. En distintos testimonios que rindió el narcotraficante Hernando Gómez, alias Rasguño, a la DEA, y a los que tuvo acceso El Espectador, afirmaba que Nacho Londoño fue el emisario entre la mafia y los políticos que ordenaron el asesinato del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado.

Estos sucesos motivaron a que las familias de los menores de edad desconfiaran de la labor de Álvarez. Además, fue el padre de Daniela Santiago, quien ingresó a la laguna y sacó varias partes de cuerpos desmembrados, ante la demora institucional. En conversaciones que tuvo Lina Gómez con Álvarez, se habla del hallazgo de un tercer cuerpo no identificado. Ante esto, Álvarez indicó que cuando se extrajo toda el agua del lugar no se encontraron más muestras de interés forense, por ende, se cubrió la zona con tierra. El Espectador habló con fuentes al interior de la Secretaría de Gobierno del municipio y afirmó que hay una irregularidad frente al proceso que adelantó Álvarez en la laguna de Cartago, porque en este lugar pueden haber más cuerpos de desaparecidos de años anteriores.

Desde la Secretaría, aseguran que en varias ocasiones preguntaron por qué se cubrió la laguna y les prohibieron seguir investigando el hecho. Asimismo, desde la Alcaldía de Cartago aseguraron que en el celular de Daniela Santiago había llamadas al municipio de Asermanuevo, donde tiene mayor poder la banda Nueva Generación. Sin embargo, el padre de la joven afirma que la Fiscalía nunca encontró el móvil de la menor y que es una información que desconoce. La Defensoría del Pueblo, en 2022 y 2023, puso en conocimiento cuatro alertas tempranas en Cartago y Asermanuevo con información que daba cuenta de una confrontación entre Los Flacos y la Nueva Generación, por el control del narcotráfico y microtráfico de la zona.

Lina Gómez y Juan Pablo Santiago ya no viven en Cartago a causa de las amenazas que enfrentan. Mediante panfletos que fueron publicados en redes sociales se les advertía que si no salían del municipio, sus familias correrían el mismo destino de sus hijos. Además, ellos denuncian que la fiscal Diana Núñez, quien lleva los casos de sus hijos y otros desaparecidos de Cartago, ha dilatado las investigaciones y no ha puesto atención a las amenazas de las que han sido víctimas. El Espectador intentó comunicarse con la fiscal Núñez, pero no se obtuvo ninguna respuesta.

Dos meses después de estos hechos, dos jóvenes más del círculo social de Nicolás Aristizábal, desaparecieron. El 12 de octubre de 2023, las cámaras del Parque de la Salud de Cartago, que queda ubicado en la Comuna 7 —la misma comuna donde desaparecieron y asesinaron a Nicolás y Daniela—, captaron por última vez a Jose Lisandro Mosquera, de 18 años, y a Dioner Masa, de 17. Días después, Diana Mosquera, madre de Lisandro, fue amenazada a través de llamadas telefónicas. Aunque las puso en conocimiento de la fiscal Diana Núñez, afirma que el ente investigador no ha realizado nada para protegerla. Todavía, le llegan, casi a diario, panfletos en los que la obligan a salir de su hogar.

Solo pasaron siete días y Carlos Andrés Salazar, de 14 años, y Daira Alejandra Betancourt, de 13 años, se sumaron a la lista de crímenes. El 19 de octubre a las 6:45 p.m. fueron vistos en el centro comercial Nuestro Cartago de la Comuna 7. Dos días después fueron hallados en un potrero del mismo sector, el mismo donde meses antes habían encontrado los cuerpos de Nicolás y Daniela. Los exámenes de Medicina Legal arrojaron que los jóvenes fueron enterrados vivos, ya que había abundantes rastros de tierra en las vías respiratorias, y que también sufrieron abuso sexual.

Victoria Salazar afirma que una de sus hijas ha sido perseguida constantemente por un hombre en moto. Además, mientras ella se trasladaba por la vía del Batallón Vencedores, fue hostigada: un hombre se le atravesó en la vía, le dijo que no buscara más, que ya había encontrado a los niños. Esta información la puso en conocimiento de Diana Núñez, pero al no haber pruebas contundentes, la fiscal afirmó que no podía brindar un esquema de seguridad. A esto se suma que, el 19 de diciembre de 2023, Isis Sánchez Restrepo, de 15 años, y Jean Paul Hernández Porras, de 17, desaparecieron del barrio el Diamante. La misma fiscal, según las víctimas, ha ignorado las denuncias de amenazas de Natalia Restrepo, la madre de Isis Sánchez.

Ante esta ola de asesinatos y desapariciones, Lina Gómez creó la Asociación Madres de Cartago (Asomac). Reunió un total de 20 madres que también buscan justicia por el asesinato y la desaparición de sus hijos, gran parte de ellas han tenido que huir de Cartago por las amenazas y la inoperancia de la Fiscalía para brindar respuestas. Además, este diario conoció diez relatos más, que afirman que hay menores de edad que han sido encontrados con signos de tortura y con notas donde se indica que la banda Nueva Generación debe salir del territorio.

En marzo de este año, dos menores de edad también fueron secuestrados, torturados y violentados sexualmente. A comparación del resto de historias, ellos lograron huir. Su madre aún no ha decidido hablar públicamente, porque teme por su vida y la de los menores. Además, cuenta que el niño fue obligado a violar a la niña mientras sus secuestradores los veían. Los otros casos que, por seguridad de las víctimas reservamos el nombre, dan cuenta de la misma sevicia con la que actuaron en el caso de Nicolás Aristizábal y Daniela Santiago. Asimismo, la última desaparición fue la de Jhilberth Camilo Gómez Parra, de 18 años. El 19 de mayo de 2024, su madre, Esther Julia Parra, vio por última vez su rostro. Al igual que en el resto de investigaciones, la fiscal Núñez lleva el caso y solo ha recibido dilataciones del proceso. Todavía no sabe qué ocurrió con su hijo.

Una persona que conoce de cerca la situación de orden público en Cartago señaló que Los Flacos y la Nueva Generación se disputan altas sumas de dinero por el acceso a la contratación pública a través de terceros, narcotráfico, los cobros gota a gota y las vacunas. A eso se suma que el ensañamiento contra los menores de edad, posiblemente, se debe a su negativa para hacer parte de estas bandas. Por otro lado, la mayoría de panfletos que amenazan a las familias son atribuidos a Los Flacos. No obstante, uno de los panfletos mencionaba que alias “El Patas” o el “Depredador” de la Nueva Generación ha estado incriminado en casos de violencia sexual.

Por ahora, las familias exigen que el Gobierno Nacional ponga en discusión la situación de impunidad que rodean los casos de las víctimas, que presuntamente se deben a un entramado criminal entre bandas criminales e instituciones, dado que el ente investigador ha dilatado los procesos y no ha mostrado avances en ninguno de los casos, de acuerdo a la denuncia de las víctimas. Entretanto, todos los hechos de violencia revelan un modo de actuar sádico que tiene como patrón el silenciamiento a quienes deciden buscar respuestas. Las víctimas se cuentan por decenas y las respuestas de la justicia todavía no llegan.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

Dayana Herrera Valbuena

Por Dayana Herrera Valbuena

Comunicadora Social y Periodista de la Universidad Central. Me interesan los temas relacionados con derechos humanos, conflicto armado, paz y memoria.DayanaMHVdherrera@elespectador.com
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Fuente anónima??? Si es es creíble esto????
Manuel(21794)30 de julio de 2024 - 04:49 p. m.
Horrible situación la que viven en Cartago.
Felipe(45597)30 de julio de 2024 - 01:50 a. m.
Muy buen artículo. Doloroso y necesario para que haya justicia.
Raquel(46037)29 de julio de 2024 - 10:24 p. m.
Qué asco la justicia y la policía. Seres miserables.... sistema perverso
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