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Como si aparecer vinculado a casi todos los carteles de la droga del mundo no fuera suficiente, ahora resulta que la coca colombiana está relacionada con el financiameinto de Hezbolá o "partido de Dios", que cuenta con un brazo político y otro paramilitar, pero que para la mayoría de países no es más que un grupo terrorista.
El gobierno estadounidense formuló este martes cargos ante un juez en Virginia contra el libanés Ayman Joumaa, alias "Junior", un empresario que facilitó el transporte de toneladas de cocaína y lavó dinero para cárteles mexicanos y colombianos.
Joumaa, de 47 años, está prófugo de la justicia, pero está acusado de la venta de 85 toneladas de cocaína colombiana al cártel de “Los Zetas”, y del lavado de más de 850 millones de dólares.
De acuerdo con la DEA, residía en Colombia hace varios años y es señalado por la Administración Estadunidense Antidrogas como proveedor de apoyo financiero a Hezbolá, declarado organización terrorista en 1997 por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
"De acuerdo a la información de varias fuentes, sus presuntas actividades de tráfico de cocaína y lavado de dinero beneficiaron a numerosas organizaciones narcotraficantes, incluido el cártel mexicano de Los Zetas", explicó el comunicado de la DEA.
Los hechos ocurrieron durante al menos ocho años, durante los cuales Joumaa recibía la cocaína de proveedores colombianos y venezolanos, la hacía llegar a Los Zetas y lavaba dinero procedente del lavado de dinero procedente de México, Europa (especialmente de España) y África a Colombia, para luego cobrar entre un 8% y un 14% de comisión por el lavado de los beneficios.
El presunto capo libanés, junto a sus hermanos y otros socios, mantenía empresas que servían de fachada para lavar ese dinero, como agencias de cambio en Líbano, una compañía en Panamá y una supuesta cadena de almacenes conocidos como "Junior" en Colombia, según las acusaciones en su contra. Joumaa podría ser condenado en ausencia a cadena perpetua, según la DEA.
En noviembre de 2009, El Espectador reveló la conexión libanesa con la Oficina de Envigado.