Condenan a alias Macaco por asesinato de líder sindical en Antioquia en 2003

Un juez especializado de Bogotá, determino que el exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, es responsable por el homicidio del líder sindical Luis Carlos Olarte Gaviria, el cual ocurrió en Segovia (Antioquia) en octubre de 2003. Fue condenado por los delitos de homicidio en persona protegida, actos de terrorismo y concierto para delinquir agravado, por los que tendrá que pagar 23 años de prisión y deberá indemnizar a la familia de la víctima.

Según las pruebas recopiladas por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, la víctima fue atacada con armas de fuego por varios integrantes del ya extinto Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Este grupo paramilitar lo asesinó debido a que denunciaba continuamente la minería ilegal en la región, situación que exponía desde su condición de exconcejal y vicepresidente del sindicato Sintramienergetica, según explicó el fiscal.

El ente investigador expuso que las acciones criminales fueron cometidas por hombres que se encontraban bajo el mando de alias Macaco y respondían a las órdenes que emitían los entonces líderes del grupo ilegal. El exjefe paramilitar ya había aceptado su responsabilidad en diligencias anteriores y tendrá que pagar una multa equivalente a 3.600 salarios mínimos y una indemnización a la familia de la víctima por 500 salarios mínimos por los daños y perjuicios que ocasionó.

Macaco fue el comandante del Bloque Central Bolívar, el cual hizo presencia en Barrancabermeja, el sur de Bolívar, el Magdalena Medio y el Bajo Cauca antioqueño. Su poder creció tanto en las autodefensas que, a finales de 2001, Carlos Castaño cedió su poder y él se convirtió en su único líder. En 2003 se abrió paso en el proceso de paz entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y las autodefensas y asumió un papel de negociador hasta, dos años después, decidir desmovilizarse.

Fue capturado y en 2008 extraditado a Estados Unidos, país donde fue condenado a 33 años, de los cuales solo pagó ocho por la colaboración que entregó a las autoridades. En 2019 regresó al país, donde fue capturado para que responda por los delitos que tiene pendientes en Colombia.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

Un juez especializado de Bogotá, determino que el exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, es responsable por el homicidio del líder sindical Luis Carlos Olarte Gaviria, el cual ocurrió en Segovia (Antioquia) en octubre de 2003. Fue condenado por los delitos de homicidio en persona protegida, actos de terrorismo y concierto para delinquir agravado, por los que tendrá que pagar 23 años de prisión y deberá indemnizar a la familia de la víctima.

Según las pruebas recopiladas por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, la víctima fue atacada con armas de fuego por varios integrantes del ya extinto Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Este grupo paramilitar lo asesinó debido a que denunciaba continuamente la minería ilegal en la región, situación que exponía desde su condición de exconcejal y vicepresidente del sindicato Sintramienergetica, según explicó el fiscal.

El ente investigador expuso que las acciones criminales fueron cometidas por hombres que se encontraban bajo el mando de alias Macaco y respondían a las órdenes que emitían los entonces líderes del grupo ilegal. El exjefe paramilitar ya había aceptado su responsabilidad en diligencias anteriores y tendrá que pagar una multa equivalente a 3.600 salarios mínimos y una indemnización a la familia de la víctima por 500 salarios mínimos por los daños y perjuicios que ocasionó.

Macaco fue el comandante del Bloque Central Bolívar, el cual hizo presencia en Barrancabermeja, el sur de Bolívar, el Magdalena Medio y el Bajo Cauca antioqueño. Su poder creció tanto en las autodefensas que, a finales de 2001, Carlos Castaño cedió su poder y él se convirtió en su único líder. En 2003 se abrió paso en el proceso de paz entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y las autodefensas y asumió un papel de negociador hasta, dos años después, decidir desmovilizarse.

Fue capturado y en 2008 extraditado a Estados Unidos, país donde fue condenado a 33 años, de los cuales solo pagó ocho por la colaboración que entregó a las autoridades. En 2019 regresó al país, donde fue capturado para que responda por los delitos que tiene pendientes en Colombia.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.