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En agosto de 2023, un colegio de Sogamoso (Boyacá) fue expuesto públicamente por incurrir en prácticas discriminatorias en contra de algunos de sus estudiantes, que se identifican como parte de la comunidad LGBTIQ+. En la institución, durante la clase de educación sexual, según las denuncias de los estudiantes, no se les enseñaba a llevar una vida sexual más responsable y plena, sino que se tornó en una cátedra homofóbica. Además, estudiantes pertenecientes a esa comunidad fueron expulsados, simplemente, por su orientación sexual.
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Por lo ocurrido en ese colegio, uno de los alumnos, también identificado como integrante de la comunidad LGBTIQ+, trató de defender a dos de sus compañeras expulsadas por ser pareja. Además, denunció públicamente las prácticas discriminatorias de los miembros de la institución, historia que se hizo viral. Por esa razón, el colegio lo expulsó, al igual que a sus compañeras, dejándolos sin su derecho a la educación. El caso escaló hasta la Secretaría de Educación de Sogamoso, en donde le sugirieron al estudiante y su familia borrar los videos con las denuncias para minimizar los daños y buscar su reintegro a la institución, también, le dijeron que debía pedir disculpas por, supuestamente, haber dañado el buen nombre de la institución.
Aunque finalmente se le permitió terminar el año escolar en la institución educativa, el joven estudiante y su familia decidieron llevar el caso ante la Corte Constitucional a través de una tutela. El caso llegó al despacho del magistrado Vladimir Fernández Andrade, quien lideró el estudio y sentencia del expediente (T-529 de 2024). Pero, con una particularidad. La decisión fue escrita en un lenguaje muy sencillo, directamente para el joven, no solo dándole la razón y protegiéndole sus derechos, sino que además le jaló las orejas al colegio y reconoció la valentía del estudiante.
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“Sabemos que enfrentaste momentos difíciles en tu colegio debido a actos de discriminación que afectaron tu bienestar. Estas agresiones no solo te hicieron sentir incómodo, sino que también privaron a tus compañeros de aprender de ti y de apreciar tu valor. El acoso escolar es un problema que nunca debe ser tolerado, y es aún más reprochable cuando es facilitado o ignorado por las instituciones educativas. En tu caso, tanto las autoridades escolares como la Secretaría de Educación no cumplieron con su deber de protegerte, lo que impactó negativamente en tus derechos”, dice la Corte en su decisión.
El alto tribunal reconoció en la decisión que le envió al joven estudiante que su colegio “en lugar de ser un espacio seguro para tu desarrollo, se convirtió en un escenario de actos discriminatorios, con comentarios estigmatizantes sobre tu aspecto físico, la obligación de ver una película en la clase de educación sexual que promovía la ‘transformación’ de la homosexualidad, y, posteriormente, reproches, intimidaciones y represalias frente a tus denuncias de discriminación". La sentencia también resalta que los actos de la institución en contra de los estudiantes reflejan "estereotipos dañinos y prejuicios sobre la orientación sexual y las normas de género, imponiendo expectativas rígidas y carentes de la evidencia científica que requiere la educación sexual".
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Al haber expulsado al estudiante, dice la Corte, el colegio no garantizó sus derechos al debido proceso, a la libertad de expresión, a denunciar injusticias sin temor a represalias y a defender derechos humanos. Asimismo, el alto tribunal señaló que la Secretaria de Educación "en lugar de actuar de manera efectiva para proteger tus derechos, promovió y validó medidas que agravaron la exclusión y dificultaron tu proceso educativo. En ese sentido, es comprensible que sientas preocupación y frustración al haber denunciado y ver que no se resolvió el problema. Nada de lo que sucedió debió haber ocurrido".
El alto tribunal también le explicó al joven estudiante su decisión: "primero, el derecho a una educación digna en condiciones de igualdad y libre de discriminación, que implica ser tratado con respeto y empatía, valorando lo que te hace único; segundo, el derecho a autodeterminar tu identidad, incluida tu orientación sexual, sin interferencias indebidas; tercero, el derecho a expresar tus preocupaciones y denunciar discriminación sin temor a represalias; y, cuarto, tu derecho a defender derechos humanos, lo que significa que puedes actuar en defensa de los derechos fundamentales, tanto tuyos como de otros, especialmente cuando consideres que están siendo vulnerados o amenazados“.
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Así las cosas, el colegio tendrá que ofrecerle al joven y sus compañeros expulsados programas de nivelación para ponerse al día con sus estudios, también se estableció que el colegio no puede discriminarlo a él ni a ningún otro estudiante por su orientación sexual ni por defender a sus compañeras. Igualmente, la institución tendrá que pedirle disculpas públicas “reconociendo que no manejaron de forma adecuada la situación de discriminación y comprometiéndose a implementar medidas para prevenir que casos como el tuyo se repitan”, y tendrán que cambiar el manual de convivencia, de tal manera que se respeten los derechos fundamentales al libre desarrollo de la personalidad, la igualdad, la intimidad y la no discriminación de toda la comunidad educativa.
"Agradecemos tu valentía y determinación. Admiramos la manera en que enfrentaste las dificultades que surgieron en tu colegio", concluyó el alto tribunal.
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