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Derrumbando el 'narcoemporio' de los hermanos Álvarez Meyendorff

Unidad contra el Lavado de Activos y para la Extinción de Dominio de la Fiscalía encontró que detrás de la administración de los bienes está una red de contadores que también trabajaría para otros capos del narcotráfico.

Santiago Martínez Hernández
25 de febrero de 2014 - 04:04 a. m.
Ignacio Álvarez Meyendorff fue capturado en Argentina en abril de 2011. / EFE
Ignacio Álvarez Meyendorff fue capturado en Argentina en abril de 2011. / EFE

La más grande operación de extinción de dominio realizada contra el narcotráfico aún no acaba. Después de incautar 205 bienes, avaluados en $1,2 billones, que pertenecían a los hermanos Juan Fernando e Ignacio Álvarez Meyendorff, la Unidad contra el Lavado de Activos y para la Extinción de Dominio de la Fiscalía ocupó otras 126 de sus propiedades y alrededor de 28 sociedades que tienen un valor de $400.000 millones. Todo se logró gracias a la colaboración de un hombre que, al parecer, terminó siendo víctima de este clan y de un testaferro que trabajó junto al extinto capo del norte del Valle Wílber Varela, alias ‘Jabón’.

Desde 2011 la Fiscalía cruzó documentos e interceptó llamadas telefónicas de los más de 18 testaferros que estaban al servicio de los Álvarez Meyendorff. Fue entonces que encontraron una firma de contadores que manejaba las propiedades del ‘narcoemporio’ y a través de sociedades fachadas compraba y vendía inmuebles con el fin de limpiar los dineros que habían obtenido desde que eran socios del capo Víctor Patiño Fómeque alias el ‘Químico’.

La hipótesis que manejan las autoridades es que esta red de contadores, además de manejar los bienes del clan Álvarez Meyendorff, habría realizado operaciones de blanqueo de dineros para otros capos, ya que según las pesquisas habrían fundado una decena de empresas de papel. Entre ellas Good Pack Business Services, creada en Panamá con un presupuesto de US$10.000 y que compró 37 lotes en la exclusiva Parcelación Altos de Hycata en Chía (Cundinamarca) por un valor de $430 millones; Microm de Colombia; Promotora Santa Isabel, que ni oficinas tenía; Consorcio Agroganadero del Quindío y Valle del Cauca; Consorcio Ganadero Valle del Sinú, y Sociedad Comercial Estudios Económicos y Tributarios Auditores y Consultores.

Esta última se convirtió en la piedra angular de la Fiscalía para ir desarmando la fortuna de los Álvarez Meyendorff, ya que se habría dado con el paradero de los contadores, que según uno de los fiscales, “son el hilo conductor de la investigación”. En la segunda masiva extinción de dominio se incautaron bienes en Bogotá, Cali, Chía, Medina (Cundinamarca), Santander de Quilichao (Cauca), Pereira, La Celia (Risaralda) —donde se encontraron 16 fincas avaluadas en $1.240 millones cada una—, Armenia, Puerto López (Meta), Cartagena y Santa Marta. En esta última ciudad ocuparon el penthouse del lujoso edificio Cascadas del Rodadero.

Los contadores se han convertido desde entonces en el objetivo de la Fiscalía. Fuentes cercanas al proceso manifestaron que en estos momentos los esfuerzos están centrados en el tema de extinción de dominio, ya que ha sido la operación más exitosa en Colombia tras haber recuperado $1,6 billones producto del narcotráfico. En cuanto al tema penal, El Espectador conoció que abogados de la firma de contadores se han acercado a las autoridades para negociar una posible colaboración a cambio de beneficios jurídicos. Para el ente investigador, la desarticulación de esta mafia permitiría recuperar miles de millones que son producto del blanqueo de dinero.

Para esta segunda operación, adelantada por la Fiscalía, una de las piezas claves fue un testaferro de ‘Jabón’. Este hombre relató que conoció primero a Juan Fernando Álvarez Meyendorff, alias ‘Mechas’, después de la muerte de Luis Alfonso Ocampo, alias ‘Tocayo’. Según les dijo a las autoridades, ‘Mechas’ se convirtió desde ese momento en el socio principal del Patiño Fómeque y quedó al nivel de los jefes máximos del narcotráfico en Colombia. En cuanto a Ignacio Álvarez Meyendorff, dijo que él era el encargado de manejar las propiedades y el dinero del clan familiar.

El testigo de la Fiscalía aseguró que varias de las propiedades de los Álvarez Meyendorff eran parte del pago que les había hecho ‘Jabón’ por enviar cocaína a Estados Unidos. Agregó que el intercambio de bienes era una de las modalidades más utilziadas, ya que no dejaban registro alguno y no se tenía que cambiar al testaferro que administraba el inmueble.

El primero de los hermanos en caer fue Ignacio, a quien capturaron el 24 de abril de 2011 en Argentina. Juan Fernando se entregó en abril de 2013 en Estados Unidos. Ambos están siendo procesados por una Corte del Distrito de Nueva York por los delitos de concierto y distribución de cocaína, y, al parecer, colaboran con las autoridades norteamericanas. La fiscalía continúa tras la pista del ‘narcoemporio’ de los Álvarez meyendorff, que según los últimos cálculos podría llegar a los $2 billones.

 

 

smartinezh@elespectador.com

@santsmartinez

Por Santiago Martínez Hernández

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