El atentado que acalló a Jorge Enrique Pulido, una voz en contra de Pablo Escobar
El 29 de octubre de 1989, hombres de Pablo Escobar abalearon el carro en el que se desplazaba el periodista. Pulido sobrevivió y estuvo durante 10 días hospitalizado. Sin embargo, la gravedad de las heridas le terminaron causando la muerte.
Redacción Judicial
En medio de la guerra de Pablo Escobar en contra del Estado colombiano, uno de sus blancos favoritos fue la prensa. Fue 1989 uno de los años en que más golpes dio en contra de la libertad de expresión en el país. Varios periodistas y personas relacionadas con los medios fueron asesinadas en su intento por acallar las denuncias en su contra. Una de estas víctimas fue Jorge Enrique Pulido, también conocido como la voz de la denuncia.
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En medio de la guerra de Pablo Escobar en contra del Estado colombiano, uno de sus blancos favoritos fue la prensa. Fue 1989 uno de los años en que más golpes dio en contra de la libertad de expresión en el país. Varios periodistas y personas relacionadas con los medios fueron asesinadas en su intento por acallar las denuncias en su contra. Una de estas víctimas fue Jorge Enrique Pulido, también conocido como la voz de la denuncia.
El 29 de octubre de 1989, Pulido se desplazaba en su carro junto con la presentadora María Jimena Godoy, de 21 años para la fecha y quien todavía no se había graduado de la universidad. Los dos iban en un Chevrolet por la calle 23 con carrera novena, centro de Bogotá, cuando fueron abordados por dos sicarios en motocicleta que aprovecharon la detención en un semáforo para dispararles.
Las balas impactaron tanto a Pulido como a María Jimena Godoy, mientras dos personas que iban en la parte de atrás del automóvil salieron ilesas. El ataque dejó gravemente herido al periodista, una bala impactó en su hombro izquierdo y la otra le perforó el tórax y llegó al pulmón, mientras que Godoy sufrió una dolorosa herida en su muslo derecho que no impidió que fuera dada de alta días después del atentado.
(Puede ver: Jorge Enrique Pulido, la voz de la denuncia)
Tras el ataque un hombre, de acuerdo con la edición de El Espectador del día siguiente, reconoció al afamado periodista y manejó el automóvil abaleado hasta la Clínica San Pedro Claver -hoy conocida como Mederí-. Allí los comunicadores fueron atendidos de inmediato. Según el reporte clínico, la arteria pulmonar y el bronquio izquierdo resultaron comprometidos con el ataque. Ante este diagnóstico le fue extirpado el pulmón izquierdo.
La salud de Pulido quedó muy debilitada, sobre todo por la gran cantidad de sangre que llegó a invadir el pulmón derecho. Por ello, tras 10 días de lucha, el 8 de noviembre de 1989, los médicos de la extinta San Pedro Claver anunciaron la muerte del periodista. Pulido murió por “una insuficiencia respiratoria severa y secundaria a los graves traumatismos que recibió como consecuencia de las heridas causadas por el atentado”.
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Tal como recogió El Espectador entonces, uno de los médicos que atendió al periodista declaró con ironía que el sicario que atentó contra el periodista “ya tenía todo el derecho de cobrar su pago, porque, a pesar de que el periodista logró sobrevivir por 10 días, debido a su inusitado optimismo, finalmente no quedó nada que hacer”. Los médicos tratantes de Pulido llegaron a pedir consultas con especialistas internacionales, pero, al final, la violencia ganó.
Tras el atentado y los días posteriores a la muerte, no se tenía claridad de la autoría del crimen. A pesar de que había sido una gran figura de la prensa que había denunciado las actuaciones del cartel de Medellín, el nombre de Pablo Escobar no aparecía en las investigaciones. Solo se mencionó a los dos sicarios y de un hombre que fue capturado porque había sido visto por varios testigos hablando con los atacantes.
(Puede ver: 1989: un año para tener en la memoria)
Días después, la hipótesis de la autoría de Escobar en el crimen cogía más fuerza, pues Pulido era un férreo crítico del capo. En mayo de 1984, entrevistó a la madre del asesinado ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, Raquel de Lara, y reseñó que era “un símbolo de valor y de templanza en la lucha contra el narcotráfico”. Luego, tras el asesinato de Luis Carlos Galán, el 18 de agosto de 1989, hizo un programa en su honor, en el que se fue lanza en ristre en contra del cartel de Medellín y su máxima cabeza.
Tras el desarrollo de las investigaciones, se vinculó formalmente el nombre de Pablo Escobar, pero por falta de material probatorio, la Fiscalía, que daba sus primeros pasos, decretó la extinción de la acción penal contra el narcotraficante. Por otro lado, Gustavo Adolfo Mena, conocido como el Zarco, fue condenado a 17 años de prisión por este este crimen. No obstante, el Zarco, que aceptó su participación en crímenes como el secuestro de Álvaro Montoya, siempre se declaró inocente frente al homicidio del periodista.
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El asesinato de Jorge Enrique Pulido hizo parte de la seguidilla de crímenes de Escobar en contra de la prensa. Antes ya había ocurrido el homicidio de Guillermo Cano, director de El Espectador, el 17 de diciembre de 1986; Héctor Giraldo, quien investigaba el homicidio de Guillermo Cano, el 29 de marzo de 1989; y Martha López y Miguel Soler, ocurridos el 10 de octubre de 1989 en Medellín.
Con su muerte, el periodismo televisivo perdió una de sus fichas más valiosas. Sus programas siempre fueron críticos con el narcotráfico que se estaba apoderando de varias esferas de la sociedad colombiana. En sus 28 años de carrera, llegó a estar en los principales medios de la época como el Noticiero Todelar, RCN, El Siglo, La República, El Espacio, El Tiempo y la Revista Cromos.
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Además de su paso por los medios, se convirtió en productor de su propia programadora, que dirigió en sus últimos 10 años de vida. Allí tenía varios programas de denuncia, que lo hicieron blanco de múltiples ataques, entre ellos una bomba, el 13 de mayo de 1989. Uno de sus programas más exitosos fue Mundo Visión, un espacio informativo que se transmitía los fines de semana y festivos. Fue precisamente al salir de los estudios de Inravisión, luego de grabar su programa, que fue atacado por los sicarios. De esta forma, las balas del narcotráfico le quitaron la vida a otro destacado periodista del país.