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Ahora que el Deportivo Independiente Medellín (DIM) volvió por sus fueros y que es protagonista de los cuadrangulares semifinales del fútbol colombiano, se desató un escándalo que tiene en la picota pública a 16 personajes relacionados con el “Poderoso de la montaña”, por presunto lavado de activos. Por orden de la Fiscalía, seis directivos del club: Mario de J. Valderrama, Luis Fernando Jiménez, Francisco Javier Velásquez, Libardo Serna Ángel, Claudia Patricia Toro y Zoraya del Pino fueron detenidos el día miércoles, así como el narcotraficante Carlos Arturo Valencia Toro —quien será pedido en extradición— y tres particulares más.
La Fiscalía también libró orden de captura contra el ex presidente del DIM Rodrigo Tamayo Gallego, quien, al cierre de esta edición, aún no había sido detenido. Un conductor y una empleada doméstica de Tamayo también fueron arrestados. Para el ente acusador, dos de las pruebas clave fueron el testimonio del ex revisor fiscal de la institución deportiva Juan Bautista Ávalos y un informe contable elaborado por la Policía sobre los movimientos financieros elaborados en los últimos 20 años, en el que se encontraron irregularidades en el manejo de jugadores, viajes, contratos, manejo de taquillas y las obligaciones contraídas por el club.
Ávalos, quien trabajó con el equipo entre 2000 y 2005, aseguró que quien estaba detrás de toda la operación que comprometía delitos como lavado de activos, testaferrato, evasión de impuestos, ingreso ilegal de divisas y contabilidad fraudulenta era Rodrigo Tamayo. En mayo pasado el ex revisor fiscal dijo a la Fiscalía que el equipo tenía pocas cuentas bancarias para facilitar el lavado de activos y que era común ver que se entregaran costales repletos de efectivo que se repartían entre los socios. En su declaración, Ávalos calificó a Tamayo como un “mafioso de la escuela de Pablo Escobar”.
Entre tanto, el informe de la Policía dio cuenta de protuberantes anomalías. En 1996 aparecían 2.450 socios del club, de los cuales 462 no registraban con documentos de identidad. Asimismo, entre 1989 y 1997, no quedaron registrados en los soportes contables las compras y ventas de jugadores como Víctor González Scott, Álex Comas, Gabriel Jaime Barrabás Gómez, Francisco Casiany, Gildardo Gómez y Luis Carlos Perea, por sólo nombrar algunos. Además, la Fiscalía estableció que, en este contexto, Tamayo creó una empresa de papel llamada Nebisa, con la que movió $13 mil millones.
Los investigadores también encontraron irregularidades en contratos publicitarios de más de $9.000 millones. En las indagaciones se hallaron pagarés cancelados por $1.112 millones a particulares, sin estipular ni las formas de pago ni los intereses pactados, y uno de los enredados con pagarés podría ser Mario de J. Valderrama. Según la Fiscalía, Valderrama ingresó en 2001 al narcotráfico haciendo maniobras con este tipo de documentos, cuyos dineros llegaban a los bolsillos de Tamayo y del extraditado Fabio Ochoa Vásquez. Hoy, la alegría de la hinchada del ‘Poderoso’ contrasta con la realidad de muchos de los que manejaron sus arcas.