El testigo sin memoria de Santiago Uribe

Esta semana, un testigo clave para la Fiscalía, Alexánder Amaya, llegó al juicio del ganadero a decir que ya no recordaba nada. ¿Por qué era tan importante su testimonio?

Andrea Aldana
03 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.
Santiago Uribe Vélez en una de las audiencias de su juicio en Medellín.  / Luis Benavides
Santiago Uribe Vélez en una de las audiencias de su juicio en Medellín. / Luis Benavides

El agente retirado de la Policía Alexánder Amaya ha declarado en varias oportunidades en contra de Santiago Uribe Vélez, el hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez y quien ahora enfrenta un juicio por su supuesta responsabilidad en el asesinato de Camilo Barrientos, lo que, de paso, probaría también su papel en la conformación del grupo paramilitar los 12 Apóstoles en el norte de Antioquia. Amaya ha hablado contra Uribe Vélez desde 1996; sin embargo, esta semana, en el estrado judicial, su memoria se esfumó. “Ya no me acuerdo de nada”, fueron sus palabras exactas.

Amaya, condenado por el crimen de Barrientos, reconoció en el juzgado que vio a Uribe Vélez en un par de ocasiones, pero no lo relacionó con los 12 Apóstoles. Y confirmó que acompañó al entonces teniente de la Policía Juan Carlos Meneses a dos reuniones en la hacienda La Carolina y otra en una finca de propiedad del ganadero Álvaro Vásquez, entre enero y febrero de 1994. Pero el 7 de junio de 1996, cuando era el testigo protegido 002, Amaya declaró bajo juramento que Uribe Vélez hacía parte de los 12 Apóstoles y dio detalles de las acciones del ganadero, a quien llegó a referenciar como el jefe de la organización paramilitar.

En el acta 002 del radicado 19427, de junio de 1996, Amaya consignó ante la Fiscalía sus primeras denuncias sobre “algunas actividades de tipo de justicia privada en el norte de Antioquia”. El expatrullero explicó que el grupo recibía su nombre “porque ahí estaba el padre Palacios”, un párroco en Yarumal, y que también lo conformaban “Álvaro Vázquez, el propietario del restaurante San Felipe (…), un muchacho Rodrigo que no le sé el apellido, se mantiene en la hacienda La Carolina (…), hay una finca, queda (a) mano izquierda, en una entradita, ahí se mantiene también con este Santiago, Santiago es el que más se mantiene ahí, a mí me decían que Santiago era el hermano del actual gobernador de Antioquia”.

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Luego de aportar otros nombres, Amaya agrega: “Otro es Santiago; ellos me decían que era hermano del candidato a la Gobernación, o sea de Álvaro Uribe, que decían que si ganaba este señor les iba mejor; pero yo lo conocí más que todo en una reunión que hubo en La Carolina, no recuerdo la fecha pero fue un viernes a las dos de la tarde en febrero de 1994”. Amaya aclara que no estuvo en la reunión, pero que “se lo comentó uno de la rural que le decían Pelo de Chonta”. Hernán Darío Zapata era quien llevaba ese alias y fue asesinado porque, al parecer, suministraba información del grupo paramilitar cada vez que se embriagaba.

A la pregunta sobre las funciones de “Santiago y los mellizos” en el grupo paramilitar, Amaya señaló: “Cuando salían a operar, Santiago se quedaba pendiente del radio y Rodrigo le daba los informes a él por radio, los resultados de los operativos. Santiago a todo momento andaba con una ametralladora Ingra(m) dentro del carro. Era el jefe porque todos lo llamaban como el patrón y era el que coordinaba”. Para la época de la denuncia, el expatrullero incluso aportó datos sobre los homicidios que los 12 Apóstoles habrían cometido y los vehículos en que se movían: “Tenían un Daihatsu rojo que el que lo manejaba era Santiago; tenían un Toyota rojo y blanco, con capota blanca”.

En la declaración de Amaya también se lee que, según le dijo a él Pelo de Chonta, en esa reunión se habló de “un armamento que iba a conseguir, de largo alcance; el otro punto fue que al teniente Meneses le dieron una plata para pintar las patrullas de Yarumal, que eran de color blanco y negro, para cambiarlas por blanca y verde; y el aporte que tenía que dar la Policía era prestarle armamento, fusiles Galil y personal”. En cuanto a las personas presentes en la reunión, “si mal no recuerdo él menciono dizque al hermano del que es hoy gobernador de Antioquia, o sea a Santiago”.

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Posteriormente pasa a describir el armamento que solía portar el grupo paramilitar y agrega que alias Rodrigo fue quien lo trajo desde Montería, donde lo consiguieron con un señor de apellido Piedrahíta. Asimismo, cuando le preguntan cuál era el centro de operaciones de los 12 Apóstoles, Amaya responde: “Ellos siempre se reúnen para salir en La Carolina y en otra finca, en la que se mantiene Santiago, de la cual no sé el nombre, pero en esa finca siempre cultivan pura papa. Ellos operan exclusivamente en la noche. Salen de noche, hacen el operativo en la madrugada y se quedan en el monte a esperar la noche para volver a salir”.

Esta es la versión que Amaya rindió el 7 de junio de 1996 sobre los posibles vínculos de Santiago Uribe Vélez y está consignada en la declaración juramentada del expatrullero. El Espectador conoció dos declaraciones más en las que Amaya también rindió declaración juramentada bajo reserva, una de ellas fechada el 7 de febrero de 1996 y otra el 9 de agosto del mismo año. En ambas, igualmente, detalla los crímenes cometidos por los 12 Apóstoles, las armas que usaban y mantenían supuestamente “disponibles en la hacienda La Carolina”, y asegura que Camilo Barrientos fue asesinado “dizque porque hacía muchos mandados y les llevaba y les traía a los de la guerrilla”.

Por Andrea Aldana

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