Tras años de negar sus probados vínculos con el paramilitarismo, la exempresaria del chance, Enilce López conocida como la Gata, tiene en mayo una cita con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en la que podrá cambiar su versión. La Sala de Definición de Situaciones Jurídicas la citó a una audiencia única de aporte a la verdad para los días 30 y 31 de ese mes, pero la diligencia, además de ser una oportunidad de recibir los beneficios que conlleva someterse a esta justicia especial, es a su vez un ultimátum: si sigue negando sus vínculos con las Autodefensas, será expulsada.
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La decisión que la cita explica que las afirmaciones de Enilce López en esta audiencia única deben ser “conducentes y pertinentes para el esclarecimiento exhaustivo de la verdad de los hechos por los cuales fue condenada y acusada, siendo oportuno resaltar que dicha dilucidación deberá superar el umbral de lo probado por las autoridades de la justicia penal ordinaria”. En concreto, la Gata enfrenta dos procesos judiciales: una condena por el homicidio del vigilante Amaury Ochoa y otra por el de Nunilia Collazos, habitante de Magangué (Bolívar) asesinada por paramilitares por supuestamente vender drogas.
Desde septiembre de 2022, el Tribunal para la Paz le ordenó a la Sala de Definición darle una última oportunidad a Enilce López para que aportara verdad. En la decisión, se definieron seis criterios que debe cumplir lo que llegue a decir la Gata para ser admitida en la JEP. Primero, debe hablar sobre sus probadas relaciones con paramilitares y cómo políticos de la región la buscaron a ella y su familia para apoyos electorales. En segundo lugar, deberá esclarecer cómo fue que ayudó a lavar activos del paramilitarismo.
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Tercero, la JEP le exigió entregar una lista con nombres de personas asociadas con el paramilitarismo y los crímenes que cometieron. Asimismo, de sus propias conductas criminales. En quinto lugar, tiene que aportar información sobre la relación de sus delitos con el conflicto armado. Y, finalmente, la JEP, escribió: “se deberá abstener de efectuar afirmaciones generales, vagas e imprecisas y omitirá recuentos innecesarios sobre asuntos suficientemente decantados por la justicia ordinaria”.
Por ahora, no se sabe siquiera si Enilce López vaya a asistir a esta audiencia. Desde que el Tribunal para la Paz le dejó la puerta abierta hace unos meses, la JEP ordenó que la visitara un perito de Medicina Legal en su lugar de residencia, donde está privada de la libertad, para verificar su estado de salud. Sin embargo, su abogado manifestó “que es imposible su valoración, por su estado delicado de salud”, según escribió el médico legal en una constancia que entregó a la justicia especial.
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Posteriormente, la Unidad de Investigación y Acusación —la fiscalía de la JEP— intentó visitarla para analizar si era necesario otorgarle medidas de protección, pero la defensa de la Gata desistió del estudio de seguridad. En consecuencia, la Sala de Definición le dio cinco días a Enilce López para que contesta si está dispuesta a asistir a esta audiencia y si acepta los términos que le puso la justicia especial, que implicarían cambiar la versión que durante años le ha vendido al país sobre su relación con grupos de autodefensa.
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