La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) realizó la entrega digna del cuerpo Luis Edilberto Cuervo Torres, predicador que desapareció durante la toma y retoma del Palacio de Justicia, en 1985. Los restos fueron entregados a su familia en Bogotá, cumplidos 38 años de su desaparición.
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Las investigaciones determinaron que el cuerpo del predicador Cuervo tenía indicios de haber estado dentro de las instalaciones del Palacio de Justicia durante la toma del M-19 y la posterior retoma de las unidades militares. Según la familia, esta siempre fue la principal hipótesis de su desaparición, debido a que el hombre frecuentaba el lugar para predicar. La búsqueda fue liderada por su hijo Luis César Cuervo, quien prometió descubrir lo que había sucedido.
El procedimiento fue adelantado por expertos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la Fiscalía General de la Nación y la Unidad de Búsqueda, quienes, desde 2014, investigaban los cuerpos no identificados que habían sido exhumados por el CTI de la Fiscalía en el cementerio del sur de Bogotá 14 años antes. Por este motivo, entre 2017 y 2022, las muestras genéticas de Luis Edilberto fueron incluidas dentro de la base de datos de personas desaparecidas del Palacio de Justicia y posteriormente dentro de la lista que incluye a víctimas de todo el país.
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La Fiscalía ya había recopilado las muestras biológicas de familiares de personas desaparecidas durante los hechos que tuvieron lugar el 6 y 7 de noviembre de 1985 en el Palacio, para poder cotejarlas con las bases de datos que construían a partir de las exhumaciones. Además, la familia ya había realizado una solicitud de búsqueda ante la Unidad, por ello lograron comprobar que uno de los cuerpos que tenían en su poder era el del predicador Cuervo.
Sus familiares lo describen como un hombre que siempre lucía bien, con su sombrero y una biblia en la mano, con la cual esperaba poder predicarle a magistrados y abogados que frecuentaban el Palacio de Justicia en esa época. “Para nuestra familia, mi abuelo dejó de ser un número y es una persona que ya tiene un lugar donde reposar sus restos y al que podemos visitar”, afirmó Natalia Cuervo, una de sus nietas.
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