Desde la cárcel de Picaleña, en Ibagué (Tolima), comenzaron a circular varios videos de Andrés Gustavo Ricci, condenado a 45 años de prisión por el feminicidio de la expatinadora Luz Mery Tristán. Mirando directamente a la cámara, Ricci habló sobre su versión de los hechos ocurridos en la relación de más de seis años con la deportista, hasta el momento en el que le disparó a Tristán, el 4 de agosto de 2023, en la residencia que ambos compartían en el sector de El Mameyal, en Cali (Valle del Cauca).
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Ricci señaló que tiene la intención de crear un canal de YouTube para seguir publicando estos contenidos donde admite haber asesinado a Tristán, pero insiste en que todo fue, según él, un “desafortunado accidente”.
El Espectador habló con el abogado de la familia de la expatinadora Luis Hernán Valero, quien revelo cómo Andrés Ricci ingresó una cámara al centro carcelario para grabar desde allí. “Él consiguió en febrero una autorización del Juzgado 14 Penal del Circuito de Cali, y el juez le dice, ‘si usted quiere una entrevista la da, está en un proceso’”, narró el jurista.
Además, explicó que esta autorización en realidad la debió dar el Tribunal Superior de Cali, que por competencia tiene el proceso. “Luego, el Inpec autorizó, sin ninguna base, esta solicitud de entrevista. Pero no, esto en realidad es abrir un canal de YouTube. Y eso está prohibido”.
El defensor de las víctimas señaló que, como lo indica el artículo 115, de la ley 65 de 1993, este tipo de grabaciones están prohibidas. La legislación plantea las condiciones en las que una persona privada de la libertad puede conceder o no una entrevista, si es solicitada por un medio de comunicación, amparado en su derecho de la libre expresión.
“Eso nada tiene que ver con lo que él hizo. Hay una sentencia de la Corte Constitucional que habla de la revictimización, y no hay un derecho que sea superior al de la víctima. Lo que él está haciendo en ese canal es básicamente lo que ya dijo en el juicio, información falsa; y vuelve a mancillar el nombre de Luz Mery y revictimizar a sus hijos”, precisó el abogado Valero.
Aunque Ricci insiste en querer mostrar el feminicidio de Luz Mery Tristán como un accidente, los testimonios de los familiares y amigos de la víctima registrados en el juicio en su contra señalan una versión diferente. Evidencian un relato marcado por el abuso y la violencia al interior de su relación. Este diario accedió al fallo que lo condenó el 4 de marzo de 2025, por los delitos de feminicidio agravado y porte de armas de fuego.
Lea: “Que se le quite la palabra presunto: fue un feminicidio”, hijo de Luz Mery Tristán
En el documento de 50 páginas se registra cómo durante los seis años de relación entre Ricci y Tristán, su círculo cercano era testigo del extremo comportamiento celoso de Ricci y su trato machista contra Luz Mery Tristán y sus amigas, a quienes se refería como “perras”, dentro de otros términos misóginos y violentos.
Lermana de la patinadora, Victoria Tristán Gil, relató que la pareja mantuvo una relación intermitente, marcada por rupturas y reconciliaciones constantes. En 2018 celebraron una boda simbólica en el Club Colombia, en Pasto (Nariño), un punto de inflexión en la vida de Luz Mery Tristán. A partir de ese momento, su hermana comenzó a mostrar un comportamiento distinto: se volvió temerosa, cambió su número de teléfono para evitar conflictos con Ricci y desarrolló una actitud cada vez más retraída.
Victoria Tristán recordó cómo Ricci controlaba a su hermana, incluso con la mirada, y cómo ella le pedía a su familia que evitaran hacer comentarios sobre su pasado sentimental o mencionar a personas en común durante reuniones, por temor a generar conflictos. El vínculo entre ambos se deterioró rápidamente. Luego de la luna de miel, Luz Mery confesó que ya no quería continuar la relación, razón por la cual nunca se formalizó legalmente el matrimonio. Uno de los episodios más reveladores ocurrió en 2022, durante un viaje familiar a San Andrés.
Allí, Victoria Tristán observó de cerca la conducta de Ricci: lo describió como una persona con problemas de alcohol, consumidor de drogas, extremadamente celoso y posesivo. Señaló que los celos se intensificaban cuando Ricci se encontraba bajo los efectos de sustancias, lo que solía desencadenar peleas constantes.
Valentina Valencia Tristán, hija de la asesinada deportista, apoyó la versión de su tía y describió la relación entre su madre y Ricci García como una “montaña rusa”. Su madre, dijo, intentó cambiar para evitar peleas. Modificó su forma de vestir, se alejó de amigas, ponía el celular en silencio. Todo para evitar confrontaciones con Ricci.
Uno de los gestos más representativos del control que ejercía el agresor fue la prohibición que le impuso a Valentina: no podía llevar amigos hombres a la casa, para evitar escenas de celos. Además, relató que su madre siempre llevaba un audífono en el oído cuando no estaba con Ricci. Nunca supo si estaba hablando con él o solo esperaba su llamada para responder de inmediato. “La vida de mi mamá giraba en torno a él”, resumió.
Relacionado: “No importa quién seas, cualquier mujer puede ser víctima”: hija de Luz M. Tristán
Otro de los testimonios fue el de su hijo Mario Valencia Tristán, quien recordó cómo fue el último contacto de su madre. Señaló que el 4 de agosto de 2023, a través de WhatsApp, hablaban sobre un regalo que él quería entregarle. Sin embargo, después de ese mensaje, Luz Mery dejó de responder. Dos días más tarde, el 6 de agosto, Mario decidió escribirle a Ricci para preguntarle por un negocio pendiente.
La respuesta llegó dos horas después: “el negocio comenzaba el martes”. Fue todo lo que dijo. “Ese mensaje sucede más de 12 horas después de cuando él ya la había asesinado, y eso duele mucho porque él ya sabía que tenía el cuerpo ahí, sabía que la había matado”, relató Valencia sollozando en una audiencia de febrero de 2025.
El abogado Luis Hernán Valero explicó que, si bien Ricci alegó contar con autorización para grabar los videos, esta se habría obtenido antes de que fuera condenado y por parte de un juez que ya no era competente al momento de la difusión. “El Inpec fue engañado”, concluyó. Por otro lado, Valero reveló a El Espectador que está preparando una tutela para exigir que los videos de Andrés Ricci sean borrados.
“Vamos a iniciar todas las acciones legales necesarias, incluida una tutela, para que se impida cualquier otra emisión de este personaje desde la cárcel. Lo que buscamos es que ese canal sea cerrado”, afirmó el jurista. La familia de Luz Mery Tristán ahora no solo lucha por la memoria de su madre, amiga y hermana, sino que también se enfrentan a los intentos de convertir su dolor en espectáculo.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
Por Valentina Gutiérrez Restrepo
