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En la tercera jornada del juicio por ejecuciones extrajudiciales contra el coronel (r) del Ejército Publio Hernán Mejía Gutiérrez, en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el general retirado Freddy Padilla de León decidió guardar silencio. Padilla de León había sido citado por la defensa de Mejía Gutiérrez, quien fue imputado el 7 de julio de 2021 por la Sala de Reconocimiento de la JEP, por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
El juicio contra Mejía, excomandante del Batallón La Popa, en Valledupar (Cesar), es el primero en la historia de la Jurisdicción, y se enmarca en el macrocaso 03, que investiga los asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por parte de agentes del Estado. El general (r) del Ejército Freddy Padilla De León, quien fue comandante de las Fuerzas Militares, ministro de Defensa encargado y embajador de Colombia en Austria, también se encuentra vinculado en este macrocaso. El pasado 24 de julio, Padilla fue llamado a declarar ante la JEP en la fase nacional de la investigación sobre falsos positivos.
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“Aquí usted fue convocado y fue solicitado por la defensa para rendir un testimonio”, señaló la magistrada de la JEP, Reinere Jaramillo ante la negativa de Padilla. “Todo ciudadano está obligado a rendirlo. (...) Sin embargo, tal y como se lo puse de presente, esta Jurisdicción ha abierto la fase del macrocaso nacional que tiene que ver con todo lo que se está investigando de ejecuciones extrajudiciales”, le recordó la magistrada.
Jaramillo declaró que la magistratura sostiene el derecho al silencio y a la no autoincriminación como “garantía principal de quien pudiera ser investigado o enjuiciado por una causa penal. En ese contexto esta magistratura considera que usted está relevado de declarar en este juicio en particular”, finalizó la magistrada, para luego indicarle al exgeneral Padilla que podía retirarse del juicio.
Otro de los exmilitares citados a declarar por la defensa de Mejía Gutiérrez fue el general retirado Jorge Enrique Mora Rangel, quien se desempeñó como comandante del Ejército hasta 2002 y como comandante de las Fuerzas Militares hasta 2003. Mora Rangel sí testificó y afirmó que durante la comandancia de Publio Hernán Mejía al frente del Batallón La Popa, en Valledupar, no recibieron ninguna queja sobre la unidad.
En respuesta a las preguntas de la abogada Brenda Acosta, parte de la defensa de Mejía Gutiérrez, quien le consultó sobre las políticas del Ejército, el general retirado negó haber utilizado la expresión “Litros de sangre” frente a los comandantes. “Nunca lo hice”, declaró Mora Rangel, explicando que las conversaciones se centraban en los resultados operacionales, las instrucciones disciplinarias, y los temas ocurridos en el ámbito militar. Añadió que las discusiones no solo abordaban aspectos operacionales, sino también cuestiones de personal, inteligencia, logística y órdenes, pero subrayó que la solicitud de bajas no formaba parte de la política del Ejército.
El coronel (r) Mejía Gutiérrez, está siendo investigado por la Unidad de Investigación y Acusación (UIA), conocida como la Fiscalía de la JEP, por su presunta participación en la muerte de 75 personas, entre ellas 72 hombres y tres mujeres, incluyendo un adolescente y tres indígenas de la etnia Kankuamo, originarios de la Sierra Nevada. Según el fiscal delegado del caso, la gestión de Mejía Gutiérrez al frente del Batallón La Popa dejó un rastro de sufrimiento y violencia, con numerosas familias “estigmatizadas, mutiladas, destruidas por la violencia y sin oportunidades. Hijos huérfanos. Viudas. Madres sin sus hijos”.
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Para la UIA, estos crímenes responden a un patrón de victimización basado en un ataque sistemático y generalizado contra la población civil, especialmente jóvenes de escasos recursos, campesinos y miembros de comunidades indígenas de la región. Además, de acuerdo con la JEP, este accionar delictivo habría contado con la complicidad del frente ‘Mártires del Cesar’ de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
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