Para el próximo 22 de octubre quedó programada la audiencia en la que se leerá la acusación contra el general (r) Rodolfo Palomino, exdirector de la Policía Nacional, por supuestamente frenar la captura de Luis Gonzalo Gallo Restrepo. Se trata de un reconocido y exitoso empresario cuyo prestigio se vio manchado cuando terminó investigado por despojo y desplazamiento de campesinos en Córdoba y Urabá, delitos que Gallo ha negado con vehemencia. Palomino va al banquillo de los acusados por el delito de tráfico de influencias. (Escándalo de prostitución tumba al director de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino)
El Espectador conoció el escrito de acusación en contra del general (r) Palomino, en el cual la Fiscalía Octava delegada ante la Corte Suprema asegura que el alto oficial, mientras ejercía como cabeza de la Policía, “utilizó indebidamente influencias derivadas del ejercicio del cargo y de la función sobre la fiscal delegada ante los Jueces Penales del Circuito Especializada, entonces adscrita a la Unidad de Análisis y Contexto, Sonia Lucero Velásquez Patiño [...] con el fin de que esta cancelara la orden de captura que había expedido contra el ciudadano Luis Gonzalo Gallo Restrepo”.
Los hechos por los que nuevamente es noticia Palomino -quien acumuló una larga de lista de escándalos por afrontar mientras estuvo al frente de la Policía- ocurrieron el 8 de febrero de 2014, a dos días del operativo de captura de Gallo. En esa fecha, según declaró la fiscal Sonia Velásquez, el general (r) Palomino se apareció en su casa y le habló de los nexos del empresario con el expresidente Andrés Pastrana y el entonces presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y exministro, Luis Alberto Moreno; así como del supuesto interés del entonces ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón en el caso. (Proceso contra general (r) Rodolfo Palomino está vivo, advierte Corte Suprema)
Para la fiscal Velásquez Patiño, la presencia del entonces director de la Policía en su vivienda se tradujo en una clara presión del alto mando de la Policía para evitar la captura de Gallo Restrepo, afirmación que el general ha negado a toda cosa. Según su versión, el sí visitó a la fiscal, pero por razones muy diferentes. Ha afirmado que lo que quería era “participar en la operación”, que se trató de una mala interpretación de la funcionaria a una “recomendación” y que él mismo estuvo al mando del operativo de captura de Gallo para que se ejecutara con efectividad.
Para ese momento, el empresario Gallo estaba bajo investigación por concierto para delinquir agravado, lavado de activos agravado y desplazamiento forzado agravado. Fue capturado el 10 de febrero de 2014 junto con 13 personas más, todas relacionadas en algún punto con el Fondo Ganadero de Córdoba. La Policía Judicial que estaba a cargo del operativo, dice el escrito de acusación, era la Dijín de la Policía. Palomino se apareció en el apartamento de la fiscal, en el norte de Bogotá, junto a quien era entonces el director de la Dijín, el general Jorge Rodríguez Peralta.
Según el escrito de acusación, las influencias de Palomino provenían “de su posición funcional al ocupar el cargo más alto en la institución policía [sic]; además se hicieron explícitas al indicar las presuntas relaciones públicas que el entonces investigado Gallo Restrepo tenía con el expresidente de la República Andrés Pastrana Arango, el entonces presidente del Banco Mundial y ex ministro Luis Moreno; así como al prevenir que con la aprehensión del investigado [Luis] Gonzalo Gallo se podrían afectar donaciones que este había canalizado internacionalmente con la finalidad de atender causas nobles”. (Precluyen investigación contra el general (r) Palomino por el “cartel de vándalos”)
En la audiencia de imputación de cargos que se llevó a cabo en 2017, el general Palomino no aceptó los cargos de tráfico de influencias manifestándole a los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá que “no me puedo allanar a los cargos, no he cometido ningún delito”. La investigación en su contra continuó, y ahora, la Fiscalía cree que lo mejor es que un juez de la República decida, con base en las pruebas que hay en el expediente, si Palomino es o no responsable del delito de tráfico de influencias. En caso de ser condenado, el general (r) podría recibir una condena de 64 hasta 144 meses de prisión.
Grabación comprometedora
Lo que realmente tiene en aprietos al general (r) Palomino es que la fiscal Velásquez, una vez recibió a los altos oficiales en su casa, empezó a grabarlos con su celular personal para dejar constancia de lo hablado en la reunión, grabación que la fiscal aportó después, cuando la investigación contra el general (r) Palomino comenzó. En el escrito de acusación quedó consignada la transcripción de la conversación que sostuvieron la fiscal Velásquez y el general (r) Palomino en casa de la funcionaria judicial el 8 de febrero de 2014.
-General (r) Rodolfo Palomino: Óigame, doctora
-Fiscal Sonia Velásquez: Cuénteme
-G.R.P.: Para no quitarle mucho tiempo
-F.S.V.: Sí, general
-G.R.P.: [...] Cuando uno ve una obra de este personaje, uno dice Gallo Restrepo, pues uno, uno se sorprende y sorprende a todo el mundo, ¿cierto? Yo quisiera convencerla a usted de una propuesta y de ser, pues yo espero que no sea calificada como una propuesta indecente, qué tal si dejamos eso por un tiempo, digamos, porque siendo como es... ese hombre de ayer estaba haciendo en Estados Unidos un... a través de una fundación de él, una recepción de... recursos de donantes precisamente, eh... de puros filántropos, gente que con dinero quieren ayudar a las causas más nobles...
El general (r) siguió hablando y le dijo a la fiscal luego:
-G.R.P.: Eso [la detención del empresario Gallo] tendría una connotación enormemente grave, es más, uno podría pensar que esta persona si en algún momento pudo haber invertido en uno de estos predios lo haría no con el propósito de tal vez [inaudible] a alguien, me atrevería yo a pensar, no sé cómo vea usted eso.
Para la Fiscalía, esa conversación estuvo revestida de un “carácter indebido”, contrario a los deberes “legales y constitucionales” de un director de la Policía. “El manual de funciones del cargo de director general de la Policía Nacional vigente para los años 2013 a 2014”, dice el escrito de acusación, incluía “dirigir las relaciones interinstitucionales”, pero para “contribuir a la eficiente prestación del servicio de policía”. En conclusión, para el ente investigativo, que el director de la Policía le dijera a una fiscal que “dejara eso por un tiempo”, en relación a una orden de captura, nada tenía que ver con sus funciones.
El empresario Luis Gonzalo Gallo fue capturado el 10 de febrero de 2014 a raíz de una investigación que comenzó la Unidad de Análisis y Contexto, creada por el fiscal Eduardo Montealegre, acerca del despojo de tierras por los paramilitares en el norte del país. Un año más tarde, hacia mediados de 2015, la Fiscalía llamó a juicio a ocho de los 10 capturados, entre ellos Gallo, quien había seguido bajo investigación pero en libertad. Todos resultaron en aprietos con la justicia a raíz de las declaraciones de Benito Osorio Villadiego, exgerente del Fondo Ganadero, quien aceptó colaborar con la justicia.
Lo que la Fiscalía concluyó, con base en un manojo de documentación que entregó Osorio Villadiego, fue que Tulapas (un predio baldío de 4.300 hectáreas en Córdoba) pasó a manos del Fondo, del que hizo parte Gallo, por medio del despojo a campesinos de la zona. El Fondo, aseguró Osorio Villadiego, se volvió un aliado de los hermanos Castaño Gil en su proyecto de expansión paramilitar en la región. Gallo, por su parte, siempre se ha declarado inocente: asegura que hizo parte del Fondo buscando el crecimiento de sus negocios, pero que en las decisiones ilegales nunca participó.