La Fiscalía sospecha que varios funcionarios del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec), que trabajan en la cárcel Modelo de Bogotá, pidieron traslado a otras dependencias, luego de que dos de sus colegas fueran capturados el 14 de noviembre pasado por los cargos de homicidio, extorsión, tortura agravada y secuestro. Los detenidos son Juan Pablo Barrios Ramírez y Elkin Baldovino Beltrán, quienes serían parte de una organización que al parecer busca hacerse al control del patio cuatro del centro penitenciario a través de “vacunas”, en alianza con un grupo de internos. El caso que los tiene tras las rejas tiene que ver con la muerte de un preso y la extorsión y tortura de otro que logró sobrevivir.
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Todo empezó el 29 de diciembre de 2017, cuando los reclusos Carlos Humberto Nieto Chapetón y John Jairo Niviayo Rodríguez, con armas blancas creadas en el penal, quisieron escapar del patio cuatro de la cárcel Modelo y llegar a la guardia central para denunciar que desde hacía algún tiempo eran extorsionados y “les daban muy mala vida”. La Fiscalía asegura que no se cumplió su objetivo porque fueron interceptados por los guardias Barrios y Baldovino, así como por un grupo de internos denominado Paz y Convivencia, el mismo que, presuntamente, intimida a los demás para exigir cobros ilegales. De no pagar las “vacunas”, se abre una cartera morosa que justifica las agresiones.
A Nieto Chapetón y Niviayo Rodríguez, dice la Fiscalía, los condujeron hasta el cuarto piso del mismo patio para castigarlos por querer evadir esta “ley” que poco se denuncia, y que mucho menos se investiga. Allí les quitaron la ropa y los golpearon con armas rústicas, como cuchillos artesanales, palos y machetes, y perdieron el conocimiento en reiteradas oportunidades. Cada vez que eso ocurría, vertían agua sobre ellos para despertarlos. Lo que la Fiscalía cree es que los guardias Barrios y Baldovino conocían de este caso no solo porque los hechos habrían ocurrido cuando trabajaban como guardias en la Modelo, sino porque los dos también habrían participado de la paliza.
En la tarde de ese 29 de diciembre los guardias del Inpec debían contar a todos los presos del mencionado patio, pero, antes de cumplir con el protocolo, a Nieto Chapetón y Niviayo Rodríguez los cambiaron de indumentaria porque estaba ensangrentada y mojada. La Fiscalía describió que a los dos hombres los movieron alzados, pues no se podían mantener de pie y, luego de la contada, los regresaron al patio para continuar con las agresiones. Tiempo después Nieto Chapetón fue separado y conducido a un baño del mismo patio, y Niviayo Rodríguez permaneció en el mismo punto a donde fueron llevados inicialmente.
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La Fiscalía manifestó que a Niviayo Rodríguez lo dejaron en este lugar hasta las 9 de la noche de ese día y que después llegó otro recluso de Paz y Convivencia para continuar con la embestida. También aseguró que el victimario le echaba café a la víctima para que no sangrara y le dijo que se tomara una pastilla de color amarillo que es reconocida por los presos para que las personas con enfermedades mentales logren dormir. Ante la negativa de Niviayo Rodríguez, al considerar que lo querían envenenar, los presos habrían llamado a Baldovino Beltrán. “Cómo está”, le preguntó el guardia al detenido, según el recuento del organismo investigativo. “¿Cómo cree?”, le respondió el recluso. “Por lo menos no está muerto”, replicó el guardia.
Ese diálogo, que el órgano investigador ventiló durante la audiencia de imputación de cargos, es prueba de que el guardia del Inpec Baldovino le estaba afirmando al recluso Niviayo Rodríguez que su compañero había muerto. A primeras horas del día siguiente, 30 de diciembre, uno de los internos del grupo Paz y Convivencia presuntamente dijo: “Bañen a ese hijueputa y pónganle ropa limpia”, seguido de otra frase que ratificaría lo que el guardia Baldovino le dijo al recluso Niviayo Rodríguez: “Su socio no aguantó el voltaje. A ese ya lo sacamos muerto, ahora le toca a usted que pruebe finura”.
Enseguida, indicó la Fiscalía, internos de este grupo le habrían dicho a Niviayo Rodríguez: “Sabemos dónde vive su familia y tenemos plata para mandarle callar la jeta y a su familia también”. Minutos después, y sin su compañero, el recluso Niviayo Rodríguez se presentó nuevamente para el conteo mañanero de ese sábado. Mientras que los guardias Juan Pablo Barrios Ramírez y Elkin Baldovino Beltrán entregaron su turno de 24 horas a otros funcionarios, al otro lado del patio los internos de Paz y Convivencia habrían trasladado el cuerpo de Carlos Humberto Nieto Chapetón al área de sanidad, el mismo lugar al que posteriormente fue remitido Niviayo Rodríguez por sus heridas.
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Todos estos hechos fueron mencionados por la Fiscalía el pasado 16 de noviembre ante el juez 52 de garantías de Bogotá. En la audiencia de imputación de cargos, los dos guardias del Inpec se declararon inocentes, pero fueron enviados a la cárcel mientras el proceso penal avanza. Para la Fiscalía, es claro que ellos participaron en este y probablemente en otros casos similares, y por eso el pasado 11 de diciembre se radicó escrito de acusación en su contra. Es decir, van a juicio. El Espectador quiso conocer la posición del director del Inpec, general Jorge Luis Ramírez. La oficina de prensa notificó que no habría pronunciamientos, pues el caso está en manos de la Fiscalía.
Por Cristian Steveen Muñoz Castro / @CristianSteveen
