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Hombre aceptó que desapareció a la niña Sara Vargas y fue imputado por feminicidio

La menor de 11 años desapareció el 25 de diciembre de 2024, en zona rural de Sogamoso (Boyacá). Su cuerpo apareció el 12 de enero pasado a dos kilómetros de su casa. El investigado, que ya aceptó que desapareció a la niña, es su familiar.

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15 de febrero de 2025 - 06:16 p. m.
Sara Michel Vargas desapareció el 25 de diciembre de 2024 y su cuerpo fue hallado días después.
Sara Michel Vargas desapareció el 25 de diciembre de 2024 y su cuerpo fue hallado días después.
Foto: EFE - Sashenka Gutiérrez
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Sara Michel Vargas desapareció de su casa el 25 de diciembre de 2024 en zona rural de Sogamoso (Boyacá). Su familia denunció de inmediato los hechos, pero solo 17 días después, el 12 de enero pasado, el cuerpo de la menor fue encontrado en una zona del sector conocido como Venecia, muy cerca de la vereda Vanegas en ese municipio boyacense.

Cinco días después, el 17 de enero, las autoridades capturaron a Juan Carlos Rodríguez Vargas, primo de la niña, quien no aceptó el delito imputado: desaparición forzada. Sin embargo, ahora reconoció su responsabilidad en esa conducta. Durante la audiencia en la que cambió su posición, la Fiscalía le imputó un nuevo delito: feminicidio agravado, que no aceptó.

Según la investigación de la Fiscalía, “la menor de edad salió en horas de la madrugada de su lugar de residencia, luego de una discusión familiar, y no regresó. Al parecer, el hoy procesado se encontró con ella en un sector conocido como Vanegas y a bordo de una motocicleta la llevó a la vereda El Ciral, donde le habría causado la muerte de forma violenta y posteriormente abandonado el cuerpo en una zona boscosa”.

El ente investigador tiene nuevas evidencias de la presunta participación de Rodríguez Vargas en el feminicidio de Sara Michel Vargas y por eso ya le imputó ese delito. Durante el sepelio de la niña el pasado 23 de enero, su hermana, Mayerly Vargas, leyó una carta escrita por su madre: “Te llevo siempre en mis entrañas. Te arrebataron los sueños de ser militar, policía, futbolista o una gran azafata. Nunca te olvidaré, el mayor recuerdo que me dejaste fue “Gordo”, el perrito que aún te espera. Así como te vi nacer, nunca imaginé verte partir”.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

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