Los nuevos hallazgos que anunció a primera hora la Fiscalía y Medicina Legal comprueban, una vez más, las irregularidades que se presentaron en la entrega de restos después de la toma del Palacio de Justicia Hoy, 1 de marzo, y 32 años después del holocausto, las autoridades acaban de confirmar el hallazgo de tres cuerpos más que estuvieron enterrados en el lugar equivocado.
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Se trata de los exguerrilleros del M-19, Noralba García Trujillo y Alfonso Jacquin, quienes estaba inhumados en la tumba de Libardo Durán, escolta y conductor personal del presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía. Así lo explicó el ente investigador a través de un comunicado de prensa, en el que detalló que los restos del conductor fueron hallados en los restos exhumados en 1998 en el Cementerio del Sur de Bogotá.
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Además de identificar a Durán, las autoridades confirmaron que en las labores investigativas también hallaron a varias víctimas de la avalancha de Armero así como personas no identificadas. "La conclusión científica se logró en los laboratorios de Medicina Legal, gracias al cruce entre las muestras biológicas de las personas cercanas a las víctimas del Palacio y los restos óseos exhumados por los investigadores, de tal forma que existe certeza absoluta", señaló la Fiscalía.
Asimismo, las autoridades confirmaron que mañana 2 de marzo se realizará la entrega de los restos de Noralba García, quien había estudiado enfermería en una universidad pública de Bogotá y alcanzó a ejercer en un reconocido centro asistencial de la ciudad. En cuanto a la entrega de Jacquin y Durán, todavía hace falta coordinación con los familiares para establecer la fecha.
Este hallazgo es uno más de los que se han venido realizando desde hace tres años cuando, por primera vez, la Fiscalía señaló que había personas que habían sido enterradas hace 32 años en lugares equivocados. El primer caso que registró fue el de Cristina Guarín, una de las trabajadoras de la cafetería del Palacio, que duró desaparecida durante 30 años. En 2015, las autoridades confirmaron que sus restos estaba enterrados en la tumba de Marina Isabel Ferrer, otra de las víctimas del holocausto. Ella, a su vez, fue hallada en otra tumba.
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El caso de Guarín se ha repetido una y otra vez y hay por lo menos diez casos iguales. En particular, el del magistrado auxiliar Julio César Andrade, quien había sido enterrado por su familia en Barranquilla pero el año pasado, la Fiscalía confirmó que a quien enterraron no era verdaderamente su familiar. Sus restos siguen desaparecidos y no hay pistas claras, ni en el banco de ADN ni en Medicina Legal, de su paradero.