El Ejército y la Fiscalía General capturaron la semana pasada a un ciudadano mexicano que, según las investigaciones, darían cuenta de la vigencia del cartel mexicano de Oaxaca con los grupos criminales colombianos. Se trata de Margarito Galeano Gómez, señalado de ser el enlace entre el grupo criminal mexicano y el Clan del Golfo, la estructura narcotraficante más grande de Colombia y que hasta hace pocos meses lideraba Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel.
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Alias Márgaro es requerido por la Corte Distrital de Illinois, Estados Unidos. Según el ente investigador, el hombre fue capturado en Villavicencio y había llegado a esta ciudad para pactar algunos envíos de cocaína a Centroamérica con los líderes del Clan del Golfo en el oriente del país. Galeano Gómez, dice la justicia de EE. UU., tiene evidencia del pago de $3.000 millones para concretar la salida de un cargamento de cocaína. Además, se movía en ciudades como Cali y Medellín.
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Aunque el cartel de Oaxaca no es de los más conocidos actualmente -está muy detrás en el negocio del narcotráfico en comparación con los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación- es uno de los más antiguos en ese país y de los primeros que tuvieron conexiones con narcotraficantes colombianos. El cartel estaba liderado por los hermanos Díaz-Parada, Pedro, Eugenio Jesús alias Don Chuy y Domingo Aniceto alias Don Cheto.
Este clan mafioso, que fue enemigo del Chapo Guzmán durante los años noventa, hizo para esta época conexiones con los narcotraficantes del cartel del Norte del Valle. Entre ellos, a Víctor Patiño; Juan Carlos Ramírez, alias Chupeta; Carlos Alberto Rentería; Miguel Solano; Fernando Henao; Arcángel Henao, alias El Mocho; Diego Montoya, alias don Diego. El encargado de sacar la droga, que era llevada en semisumergibles hasta las costas de Oaxaca, era Jorge Eliecer alias el Negro Asprilla, un narcotraficante que controlaba el puerto de Buenaventura.
Con la captura en 2007 del más importante de los hermanos Díaz-Parada, Pedro, el clan perdió importancia y otros carteles de la droga ocuparon su terreno y siguieron traficando con paramilitares y miembros de la Oficina de Envigado, el grupo criminal nacido en los años 80 de la mano de Pablo Escobar y que hoy sigue operando en el Valle de Aburrá. Desde entonces no se tenían reportes de que el cartel de Oaxaca había vuelto a tranzar con las mafias colombianas.
Las autoridades colombianas habían señalado en la última década que por lo menos tres facciones mexicanas están moviendo la guerra en el país: el Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas. Ahora, con la reciente captura de alias Margaro también se supo que este cartel ahora también tiene negocios con integrantes de la Fuerza Pública venezolana metidos en el narcotráfico, denominado como el Cartel de los Soles.
La finalidad de alias Margaro también era coordinar la compra y venta de material de guerra. “Al parecer, mediante la implementación de corredores de movilidad para transportar armas y municiones, desde Venezuela hacia el norte del Cauca y sur del Valle del Cauca; así mismo, enviaría cargamentos de cocaína y marihuana hacia países de Norte y Centroamérica, estableciendo una ruta ilegal para sus acciones criminales a nivel nacional e internacional”, señaló el Ejército colombiano.
Este emisario del cartel de Oaxaca, dice la Fuerz Pública, estaría formando algún tipo de alianza entre las disidencias de las Farc y los carteles mexicanos, dotando con material bélico a estas estructuras, para que así puedan continuar ocupando áreas de interés para la siembra de cultivos ilícitos. Alias Margaro fue entregado a la Fiscalía General para posteriormente ser extraditado a Estados Unidos, donde deberá responder por los delitos de tráfico de drogas ilícitas y concierto para delinquir. No obstante, el caso de Margaro abren más interrogantes sobre las alianzas de los carteles mexicanos con el crimen organizado colombiano.
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