La pelea por el predio San Remo en Villavicencio

El Tribunal Superior de Bogotá restituyó una finca que estaba en manos de Gélber Mauricio Oicatá, quien fue parte de la lista Clinton entre 2010 y 2015, y está siendo investigado por varios delitos.

David Escobar Moreno
29 de julio de 2017 - 04:17 a. m.
Colombian drug dealer Daniel "El Loco" Barrera is seen in Caracas before being deported to Colombia, on November 14, 2012. AFP PHOTO/LEO RAMIREZ
Colombian drug dealer Daniel "El Loco" Barrera is seen in Caracas before being deported to Colombia, on November 14, 2012. AFP PHOTO/LEO RAMIREZ
Foto: AFP - LEO RAMIREZ

Un reciente fallo de la sala especializada de restitución de tierras del Tribunal Superior de Bogotá volvió a poner en el radar de la Fiscalía a Gélber Mauricio Oicatá, quien desde 2010 es señalado por el gobierno de Estados Unidos de haber tenido relaciones financieras con narcotraficantes y paramilitares de los Llanos Orientales, como Daniel el Loco Barrera y Pedro Oliveiro Guerrero, alias Cuchillo. En la decisión tomada por esa corporación se restituye el predio San Remo, ubicado en zona rural de Villavicencio, a María Nelly Villa, quien había sido despojada “materialmente” en 2010 por parte de Oicatá. Él ya está siendo investigado por la Fiscalía por el delito de concierto para delinquir, en relación con otros hechos.

En el fallo de 90 páginas, conocido por El Espectador, el Tribunal Superior, además de declarar a la mujer víctima del conflicto armado por la presencia del Erpac y las Farc en zona rural de Villavicencio, “estableció la vinculación o relación de Oicatá con personas que hoy se encuentran privadas de la libertad por ser integrantes de grupos armados al margen de la ley, y efectuar negocios con personas extraditadas por narcotráfico”. No especifica quiénes.

La historia fue así: María Nelly Villa y su familia, propietarios de San Remo desde 1981 y el cual está en la vereda Santa Helena Baja, decidió en 2009 arrendar por un año de manera verbal el terreno a Oicatá. El negocio se realizó porque Oicatá quería dejar un ganado de su propiedad allí. Sin embargo, cuando el contrató finalizó en junio de 2010, Villa volvió a su propiedad y encontró que parte de los inmuebles ubicados en San Remo habían sido destruidos porque se encontró un pozo petrolero. Oicatá ya estaba negociando con Ecopetrol. Además, el hombre le pidió que le vendiera las 197 hectáreas de San Remo, pero ella desistió al enterarse de que este tendría nexos con narcotraficantes.

María Nelly Villa relató a las autoridades que se enteró de la situación por un artículo de marzo de 2010 de El Espectador llamado “Tatequieto a testaferros del Loco y Cuchillo. En la nota se contaba que Gélber Mauricio Oicatá había sido ingresado a la lista Clinton, en donde el gobierno de Estados Unidos agrupa a empresas o personas con los cuales les prohíbe a sus ciudadanos hacer negocios. En ese mismo relato Villa aseguró que, al negarse a vender San Remo, Oicatá empezó a amenazarla y le dijo en varias oportunidades que igual “esa finca iba a ser de él a las buenas o a las malas”, por sus relaciones con personas “muy peligrosas”.

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Sin embargo, Villa decidió volver a su terreno para construir una casa. Durante ese tiempo, según lo explicado por la mujer despojada, recibió por distintos canales amenazas de personas que decían trabajar para Oicatá. El señalado testaferro instauró en enero de 2012 una querella policiva en contra de Villa por perturbación a la posesión en el Corregidor 7 de Apiay, decisión que confirmó el 9 de mayo de ese año el Consejo Departamental de Justicia del Meta, y por ello dos meses después Villa fue desalojada. Ella, al sentir que su vida estaba en peligro, decidió emigrar a Estados Unidos.

En el fallo del Tribunal Superior de Bogotá también se establece que Oicatá hizo negocios con Diego Rodolfo y Jacinto Enrique Báez Báez, los “zares” de los sanandresitos de Bogotá, extraditados y condenados en Estados Unidos por narcotráfico —ya pagaron su pena y están otra vez en el país—. Como parte de esa relación comercial, Oicatá recibió un apartamento en el norte de Bogotá y se lo dio a Villa como parte de pago del año de arrendamiento de San Remo. El inmueble, por su origen posiblemente ilícito, se puso a disposición de la Unidad de Extinción de Dominio de la Fiscalía.

El nombre de Oicatá también salió a relucir en 2013, cuando el entonces congresista del Polo Democrático Wilson Arias cuestionó en un debate de control político las 17.000 hectáreas que la firma Aceites Manuelita S. A., empresa que forma parte del grupo económico azucarero Manuelita, explota en Orocué (Casanare) para siembra de palma de aceite. El representante denunció que el 20 de junio de 2008 la empresa azucarera compró cinco predios a la Agropecuaria La Gloria, que a su vez había adquirido estas tierras a Gélber Mauricio Oicatá Morales, quien para la época del debate ya llevaba tres años en la lista Clinton.

Oicatá salió de esa lista en septiembre de 2015. No obstante, con este fallo del Tribunal Superior de Bogotá, su nombre queda en entredicho por la justicia. San Remo le será devuelto a María Nelly Villa por orden del tribunal. Contra Oicatá continúan abiertas dos investigaciones por concierto para delinquir y otra por fraude procesal, y el tribunal le pidió a la Fiscalía que su Unidad contra las Bandas Emergentes investigue los vínculos entre Oicatá y Jacinto Enrique Báez.

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