El documento con el que la Sala de Instrucción de la Corte Suprema sustentó su reciente orden de captura al expresidente del Senado, Arturo Char, tiene señalamientos graves contra este miembro del poderoso clan político costeño. Además de señalar que el excongresista, y su hermano Alejandro Char, habrían liderado un red delictiva para comprar votos en el Atlántico en las elecciones de 2018, el alto tribunal le reprochó varias acciones dilatorias por parte del político para que el expediente no avanzara. Y no solo eso. Los magistrados indicaron que varios movimientos de Arturo Char aumentaron las posibilidades de que se fugara o no se presentara ante la Corte.
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Aunque el exsenador le pidió el pasado jueves 7 de septiembre al alto tribunal una ampliación de declaración de la indagatoria, la Corte tiene en su documento una pormenorizada bitácora de las tres veces en que Arturo Char se negó a comparecer presencialmente para rendir esta diligencia. Esos incumplimientos del excongresista, dice la Corte, se tradujeron en seis meses de retraso del proceso, el cual solo se pudo destrabar el 30 de junio de 2023, cuando Arturo Char se presentó, pero de manera virtual, a rendir la esperada indagatoria, alegando que se encontraba en Estados Unidos. Sin embargo, guardó silencio.
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Además, la Corte Suprema indicó que Arturo Char salió del país hace más de nueve meses (el 23 de noviembre de 2022) desde el aeropuerto de Barranquilla y, desde entonces, no había retornado a Colombia. Dice el alto tribunal que esa fecha coincide con la apertura formal del proceso penal por parte de la Corte por su presunta participación en esa red criminal de compra de votos en las elecciones al Congreso de 2018. Arturo Char, advierte la Sala de Instrucción, en otras ocasiones salía de Colombia y volvía al poco tiempo, incluso, previo a la apertura de la investigación, durante 2022, salió del país 14 veces a países como Inglaterra, Estados Unidos, México, Canadá y Panamá. Coincidencia o no, a la Corte le pareció sospecha la actitud del expresidente del Senado.
“Bajo tal perspectiva se advierte que Arturo Char ha mostrado una absoluta negativa a comparecer de manera presencial ante la Corte para que se formalizara su vinculación formal al proceso, lo que significa que hay un riesgo de que no comparezca, por ejemplo, para cumplir una eventual pena (...) Adicionalmente, el pasado 3 de febrero de 2023, Char envió desde los Estados Unidos su carta de renuncia como senador (...) estas situaciones, más el cambio de arraigo por parte del exsenador robustecen el riesgo de fuga y no comparecencia ante las eventuales decisiones que se tomen en este proceso en su contra”, señala el documento conocido por este diario.
(En contexto: Los 12 “indicios graves” contra Arturo Char que lo llevaron hasta La Picota)
¿Qué sigue en el caso de Arturo Char tras su regreso a Colombia?
¿Por qué es investigado Arturo Char?
La Corte Suprema dice que, en las votaciones de 2018, se conformó “una sociedad delictiva en la que participaron el propio Arturo Char, Julio Gerlein, Aida Merlano, quien sería su fórmula a la Cámara, Lilibeth Llinás, y el propio Alejandro Char, este último en condición de alcalde de la ciudad de Barranquilla”. Según el documento, todo inició en la casa de Arturo Char, en octubre de 2017, cuando se creó un pacto político con las siguientes condiciones: la familia Char apoyaría la candidatura de Aida Merlano al Senado, como así lo querían los Gerlein, siempre y cuando aceptaran que su fórmula a la Cámara fuera Lilibeth Llinás, una amiga cercana de Arturo Char, cuyo hermano ya era de las “entrañas” del entonces senador.
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Por dicho entramado, la excongresista Aida Merlano fue condenada a 15 años de prisión y ahora es una de las principales testigos contra Arturo Char. Según la Corte Suprema, tanto ella como otros testigos, han suministrado datos que permiten concluir que, posiblemente, Char promovió y financió la estructura criminal enfocada en la compra de votos. Si bien la excongresista ha sido protagonista de una serie de escándalos por sus revelaciones, que han incluido historias de infidelidad y complots para matarla, el alto tribunal validó su relato para entender la forma en la que se materializó la alianza entre los clanes Char y Gerlein y dilucidar a sus beneficiarios.
Por ejemplo, la exsenadora explicó que participó en una reunión a la que asistieron el exsenador, el empresario y otro contratista de la región. “Se tocaron temas como el apoyo electoral para la fórmula a la Cámara de Arturo Char que, en su momento, no se había escogido. Posteriormente, estuve presente en una reunión con Arturo y Gerlein para brindar el apoyo a Llinás”, dijo Merlano. La exsenadora agregó que, a finales de diciembre de 2017, se concretó el apoyo a su fórmula a la Cámara y resaltó que, en enero de 2018, se registró otro encuentro en el que se acordó una votación para el exsenador que ahora está con un pie en la cárcel y la también exrepresentante.
“Todos estos acuerdos fueron financiados por el contratista y Julio Gerlein con los anticipos entregados por Alejandro Char de la canalización de los arroyos de la 72 y la 76″, expuso. Otro de los episodios que Merlano le contó a la Corte, bajo juramento, es que tiene información sobre una supuesta “compra de jueces para favorecer a Julio Gerlein” en diligencias judiciales. Además, que podría hablar sobre la financiación de la compra de votos para obtener cinco curules en el Atlántico para Cambio Radical. Eso sí, todos los salpicados, por aparte, han negado este tipo de señalamientos. En contraste, el exsenador explicó que probará en Merlano miente y que “nunca he estado prófugo de la justicia. Mi inocencia será rarificada en lo que queda por delante del proceso”.
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