“Las Farc son una organización narcotraficante”: director de la OFAC

Mientras en Cuba las Farc y el Gobierno discuten sobre un posible acuerdo de paz, en Estados Unidos siguen tras la pista de los socios de este grupo armado ilegal alrededor del mundo. Cuatro colombianos, José Vicente Peña Pacheco, Adolfo Fonnegra, Iván González Zamorano y Cristian David González, fueron incluidos por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la llamada Lista Clinton por sus supuestos nexos con esta organización guerrillera. Puntualmente, para lavar activos en Europa, por medio de un supuesto negocio fachada en Zúrich (Suiza), llamado colombiano Latin Shop.

De acuerdo con Estados Unidos, estas cuatro personas hacen parte de una red criminal liderada por Peña Pacheco y por un representante de las Farc en el exterior de nombre Ómar Arturo Zabala Padilla, pero conocido con el alias de Lucas Gualdrón. Zabala es señalado por las autoridades como miembro de la Comisión Internacional de las Farc para Francia, Italia y Suiza y ha sido identificado en reiteradas ocasiones como el puente entre este grupo armado ilegal y organizaciones como Eta. De hecho, en 2006 estuvo en varios encuentros organizados por este grupo armado ilegal en España.

En su contra hay una circular roja de Interpol y una medida de aseguramiento en Colombia por los delitos de rebelión y financiación al terrorismo, con base en sus supuestos nexos con el ya fallecido Canciller de las Farc, Édgar Devia Silva, alias Raúl Reyes. En 2009 fue incluido por el Departamento del Tesoro en la Lista Clinton y, de la misma forma, desde 2011 se han presentado varias solicitudes por parte de la justicia colombiana para que Zabala sea capturado y extraditado.

Según el Departamento del Tesoro, esta red ha utilizado Colombiano Latin Shop para proveer “a los miembros de las Farc de servicios de remesas de dinero y acceso al sistema financiero internacional”. Ellos, igualmente, se han dedicado, según Estados Unidos, a la distribución de narcóticos de Colombia y Panamá en Suiza. En redes sociales este negocio, que funciona desde 2009, se presenta como un “novedoso micromarket que brinda un sinfín de productos y servicios a sus miles de favorecedores, clientes y amigos”. Entre ellos, gaseosas colombianas, brasileñas y dominicanas.

Igualmente, ofrece orientación legal y profesional a los amigos y clientes para “solucionar problemas consulares, de extranjería y otros”. En palabras de sus dueños, “un verdadero punto de referencia y lugar de encuentro de amigos, novios y compañeros”. Aunque Estados Unidos cree que es, en realidad, una fachada para toda una red de lavado de activos. Así lo indicó John E. Smith, director Interino de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés), encargada de crear la Lista Clinton.

Smith dijo al respecto que “la acción de hoy combate los esfuerzos de las Farc de financiar su despiadada operación y expandir el flujo de drogas hacia los Estados Unidos y los mercados mundiales (...) Las Farc son una organización narcotraficante y el Departamento del Tesoro continuará aislando sus agentes financieros”. Por su parte, el jefe de Operaciones Financieras de la DEA, Anthony Marotta, expresó que “el gobierno de los Estados Unidos continúa poniendo al descubierto facilitadores del imperio global de drogas y lavado de dinero de las Farc”.

Y agregó que la meta de la DEA, la OFAC “y nuestras agencias asociadas es atacar las redes criminales a nivel mundial como las Farc y sus socios, con esfuerzos coordinados y sostenidos, utilizando todas las herramientas disponibles para interrumpir y desmantelar su infraestructura financiera y operativa”. Marotta recordó que desde 2003 las Farc han sido señaladas por los Estados Unidos como organización narcotraficante y que, por ello, “permaneceremos vigilantes en nuestros esfuerzos para responsabilizarlos”.

La inclusión de cuatro supuestos guerrilleros en la Lista Clinton en medio de los diálogos de paz en La Habana reabre el debate sobre la posibilidad de que, ante un eventual acuerdo, Estados Unidos pida que se extradite a miembros de las Farc involucrados con el narcotráfico, entre ellos, a miembros de la delegación de este grupo armado ilegal en La Habana (Cuba). O que, eventualmente, varios de los posibles desmovilizados sean incluidos en la Lista Clinton.