Al terremoto político que desató el consejo de ministros del pasado martes, ya se le sumó un capítulo judicial que estaba listo para estallar. La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia llamó a juicio al nuevo jefe de despacho del presidente Gustavo Petro, el exsenador Armando Alberto Benedetti Villaneda. Una movida judicial que no estaba prevista conocerse justo durante la semana en la que quedaron en evidencia los profundos roces que tienen varios miembros del gabinete ministerial por el regreso a la cúpula del poder Ejecutivo del ahora acusado asesor del presidente. Pero al mismo tiempo, cuando quedó claro que el jefe de Estado lo defiende a capa y espada.
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En contexto: Armando Benedetti irá a juicio en la Corte Suprema por caso Fonade
Durante la Sala de Plena de este jueves, la Sala de Instrucción se reunió para estudiar uno de varios expedientes que allí reposan en contra de Benedetti: el llamado caso Fonade. La investigación señala al ahora jefe de Despacho de la Presidencia de la República de hacer parte de una red de corrupción que habría direccionado contratos del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade) a cambio de coimas en 2017. El estudio del proceso estaba programado inicialmente para dentro de una semana, pero apareció repentinamente en el orden del día y la discusión fue liderada por el presidente de la Sala, el magistrado César Reyes, ponente del caso.
El magistrado Reyes presentó ante sus compañeros una ponencia complementaria a la que había presentado la magistrada Cristina Lombana en diciembre pasado, pues Benedetti la recusó y el expediente cayó en el despacho de Reyes. Lo que concluyó finalmente la Sala, tras la revisión de los dos documentos, es que hay mérito suficiente para que el exsenador afronté un juicio por presunto tráfico de influencias. Lo que arrojó la investigación es que habría pruebas para demostrar que, siendo senador, Benedetti habría influido en los contratos de la entidad, a cambio de coimas, con ayuda de los también exsenadores del Partido de La U, Musa Besaile y Bernardo Elías.
Ambos exsenadores ya aceptaron su participación en el entramado, pero Benedetti siempre ha insistido en su inocencia. Según las pesquisas contra de Benedetti, el excongresista habría direccionado contratos por más de $1.000 millones a favor de la empresa Certicámaras. Para lograrlo, dice la investigación, el ahora procesado habría tenido la ayuda de Jorge Iván Henao, quien fue asesor de la gerencia de Fonade y que colaboró con la Fiscalía, convirtiéndose en testigo estrella del caso. Lo que Henao le ha contado a la justicia es que Benedetti participó de todo el entramado corrupto y que tendría cómo probar su participación en el desfalco.
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Con el llamado de la Sala de Instrucción de la Corte, ahora Benedetti tendrá que maniobrar entre sus responsabilidades como jefe del despacho presidencial y las diligencias del juicio en su contra. Con un ingrediente adicional que también despertó otro inesperado escenario judicial: el propio Benedetti denunció al director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, por injuria, calumnia y abuso de autoridades. El desencuentro de los dos hombres más cercanos del presidente Petro ocurrió luego de que Rodríguez señalara en vivo y en directo que él ya había sobre los supuestos nexos entre Benedetti con el mundo del contrabando y que sabía “de sus artimañas para lograr que no fuera puesto preso”.
Lo que la mano derecha del jefe de Estado señaló el pasado martes fue que el exsenador tenaí vínculos con Diego Marín, alias Papá Pitufo, acusado de ser uno de los zares del contrabando más poderosos de todo el país. Según la denuncia, Rodríguez afirmó conductas sobre las que no tiene pruebas. “Con estas acusaciones el denunciado no solo admite haber cometidos delitos, sino que hace imputaciones deshonrosas y delictivas en mi contra”, se lee en el documento que radicó en la Fiscalía. Asimismo, dijo que el director de la UNP “confesó haberme investigado —en una clara extralimitación y abuso de su función— pues no es competente para adelantar investigación en contra mía o de ciudadano alguno”.
La denuncia de Benedetti, además, señala que Augusto Rodríguez “afirmó haber conocido —producto de su ilegal investigación— de artimañas con las que supuestamente evité ser detenido por la Corte Suprema de Justicia, afirmación que no solo afecta mi buen nombre, sino que demuestra la comisión del delito de abuso de autoridad por omisión de denuncia”. Benedetti también denunció que el director de la UNP lo acusó “falsamente de tener vínculos con Diego Marín, y de haber pretendido vincularlo con la campaña presidencial, como lo indican varios medios de comunicación”. Augusto Rodríguez no se ha referido a esta nueva denuncia en su contra.
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Mientras se siguen conociendo coletazos del televisado consejo de ministros, ya empiezan a moverse los escenarios judiciales que prometen dar de qué hablar en lo que queda del gobierno Petro. No solo porque Benedetti tendrá que atender el juicio en su contra, sino porque ahora su protegido provocó la pelea de dos de sus funcionarios más cercanos: Benedetti, ficha clave en su victoria en las elecciones presidenciales de 2022; y Augusto Rodríguez, amigo y compañero en el M-19 y quien lo ha acompañado en toda su carrera política. Así arranca la nueva era de Benedetti en la Casa de Nariño.
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