Los narcos y la farándula: breve historia de un matrimonio eterno

Los capos del narcotráfico han cambiado su modus operandi. En los 80 y 90 se hacía notar con la exhibición de su poder y dinero. Hoy, buscan pasar desapercibidos. Sin embargo, el vínculo con actrices, modelos y reinas, sigue siendo una constante.

Redacción Judicial
20 de marzo de 2018 - 08:59 p. m.
Los narcos y la farándula: breve historia de un matrimonio eterno

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La historia se repite. Un narcotraficante más una modelo, igual a escándalo mediático. El resultado de la operación siempre es el mismo. El orden de los factores no altera el resultado. Desde los tiempos de Pablo Escobar o los hermanos Rodríguez Orejuela se registra el mismo coctel explosivo.

El caso más reciente involucró a la presentadora de televisión Vaneza Peláez, exesposa de Sebastián Murillo Echeverry, alias Lindolfo, integrante de la cúpula de la Oficina de Envigado, capturado el pasado 8 de febrero. Entre 2010 y 2015, ella y el narcotraficante adquirieron al menos 10 lujosas propiedades en Medellín.

Hoy los inmuebles están en la mira de la Fiscalía y los documentos en el escritorio de los investigadores del caso. Las autoridades investigan si la sociedad conyugal adquirió los bienes con dineros del narcotráfico y si, con los mismos dineros, se financiaron empresas administradas por Peláez, una de ellas dedicada a la confección de vestidos de baño. Lea también: El escándalo de mafia que salpicó a la modelo y presentadora Vaneza Peláez

 “Mi vida siempre ha sido una realidad, una verdad de valores que la gente conoce de mí, construida con amor, pulso y decisión. Hoy el destino me confronta con una situación que jamás creí y de la cual solo salen las personas creyentes y valientes”, escibió Vaneza Peláez en Instagram, en un intento por desmarcarse del hombre con el que tiene dos hijas.

En la Oficina de Envigado, Lindolfo tuvo un ascenso rápido y su expediente revela que una de sus primeras tareas fue conseguir mujeres para que los mafiosos celebraran sus triunfos. Un proxeneta, generalmente lejos del alcance de la justicia, pero clave para los mafiosos. Atendiendo caprichos sexuales de narcos escaló posiciones en la Oficina.

Lindolfo pertenece a la llamada cuarta generación de capos que, a diferencia del pasado, intentan pasar desapercibidos. Como lo señala el más reciente informe de la organización InSight Crime, los automóviles de alta gama, la colección de animales exóticos o la exhibición pública de poder, ya no caracteriza la personalidad de estos neocapos.  Ahora, según el informe, los narcotraficantes se presentan bajo la figura de empresarios exitosos.

Alias Martelo y el álbum del placer

Más que las cadenas de oro, las esmeraldas, las pistolas bañadas en oro o la exclusiva colección de esferos de marca avaluados en 500 mil pesos de la época (unos $ 1 millón 500 mil al cambio actual), las autoridades se sorprendieron con el álbum que encontraron en el excéntrico apartamento de Luis Murcia Sierra, alias Martelo, exjefe del cartel de Bogotá, capturado en 1998.

En el mencionado álbum, quien fue considerado por la Fiscalía, la Policía y el extinto DAS, como el sucesor de Pastor Perafán, coleccionaba las fotos de las mujeres con las que había sostenido o pretendía sostener relaciones sexuales. Todas tenían cosas en común: eran reinas, modelos o presentadoras de televisión reconocidas.

“Me di gusto con las mujeres y cada semana cambiaba, pero la brasileña fue la mejor de mi vida”, le dijo el capo al oficial de la Policía que lo persiguió durante años por España, Puerto Rico y México.

La brasileña a la que se refería Martelo era la señorita Brasil de 1994, Leila Cristine Schuster. Los archivos judiciales de la prensa de la época reseñan que, en el respaldo de una de las fotos, la mujer le escribió a Martelo: “No sé cómo pasó, pero pasó…”.

En aquel álbum, las autoridades encontraron fotos de, entre otras, la exmodelo Sandra Muñoz, la exseñorita Caquetá, Adriana Torres Giraldo; la exseñorita Cundinamarca, Rocio Alexandra Bernal y de la reconocida presentadora de televisión de la época, Alexandra Serrano.

En mayo de 1998, el diario El Tiempo habló con la quien fue presentadora del programa de televisión Non Plus Ultra. En esa entrevista, Serrano señaló que fue la novia de Martelo durante tres años, que sabía que él era un comerciante de San Andresito y que nunca vio nada extraño en su proceder. Según dijo, apenas se enteró de las acusaciones de la justicia, horas después de la captura.

“Él me regalaba cosas normales como flores o me invitaba a cenar. A mí no me pueden meter en esto porque yo no tengo nada con él. No sabía nada de esto, porque cuando fui novia de él, él era muy aparte en sus vainas. Yo nunca supe nada de nada”.

Las declaraciones de la presentadora de televisión fueron cuestionadas por el entonces director de la Policía Nacional, general, Roso José Serrano. “Las personas que intentan ser públicas, como las presentadoras de televisión, tienen una responsabilidad social y por eso su moral debe ser intachable. No me vengan con el cuento de que no saben de a dónde vienen los regalitos, porque los colombianos no somos tan amplios como para andar regalando diamantes”, afirmó.

Natalia París y un noviazgo con el financista de Pablo Escobar

La relación amorosa que la modelo paisa sostuvo con el narcotraficante Julio César Correa, alias Julio Fierro, ha sido quizá el caso más mediático de la historia reciente de este vínculo eterno entre la mafia y la farándula. El cuento se empezó a escribir hace 22 años en un gimnasio de Medellín.

Mientras Pablo Escobar estaba recluido en la cárcel La Catedral, Julio Fierro, según información de la DEA, era el encargado de administrar el negocio. Su misión era cobrar dinero y coordinar el despacho de cocaína hacia los Estados Unidos.

Cuando Escobar se fuga del centro carcelario que él mismo construyó, y en un intento por evitar a las autoridades colombianas, Correa se va a vivir a Los Ángeles. En vez de evitar a toda costa al país que pagaba hasta 2 millones de dólares de recompensa por la cabeza de su jefe, Fierro decide irse a vivir a Estados Unidos. Una coartada perfecta, o al menos eso pensaba.

Cuando creyó que la situación en Colombia estaba más tranquila, Julio Fierro regresa a Medellín, conoce a Natalia París y empieza a escribirse el capítulo de amor. Según ha contado la modelo en diferentes entrevistas, ambos se enamoraron perdidamente. Producto de esa relación, nació Mariana.

Según París, para cumplir con la promesa de cambiar de vida y poder dedicarse a la familia, Julio César Correa decidió contactar a la DEA para proponerles un negocio: una nueva vida a cambio de información del Cartel de Medellín. El proceso fue coordinado por un hombre identificado como Baruch Vega, quien le cobró a Fierro 2 millones de dólares a cambio de garantizarle que no pisaría una prisión gringa y que podría disfrutar parte de la fortuna que amasó trabajando para Pablo Escobar. Fierro se convirtió entonces en un delator, algo que en el mundo de la mafia se paga con la vida.

El pacto con la DEA funcionó perfectamente durante unos tres años. A Fierro le dieron un pasaporte con un nuevo nombre (Juan Andrés Mejía Uribe) y eventualmente viajaba a Colombia a visitar a sus familiares. Una vida perfecta. Sin embargo, en una de esas visitas, el pasado de Fierro apareció.

Miembros de las AUC, que trabajaban de la mano con narcos del Cartel de Medellín, asesinaron y desmembraron al antiguo colaborador de Escobar y arrojaron sus restos en tres fosas comunes ubicadas en el municipio de Girardota.

El hecho sacó a la luz la relación que Fierro sostenía con París, quien para la época ya era reconocida como una de las modelos más importantes del país.  El tiempo ha hecho su labor, París entiende que aquel noviazgo fue producto de una ligereza de la juventud y no se arrepiente, entiende que, gracias a esa relación, nació el verdadero y gran amor de su vida. Hoy Mariana tiene 18 años.

La estrategia de los narcos para evitar la justicia

Jorge Luis Vargas Valencia, director de Investigación Criminal e Interpol DIJIN, explica que la obsesión de los narcotraficantes por las mujeres que hacen parte del mundo del entretenimiento es además una estrategia de los nuevos narcos para distraer a las autoridades.

“Una vida social amplia, con lujos y cerca de reconocidos personajes precisamente para desorientar cualquier sospecha de acciones ilícitas al estar concentrados en estas actividades, aparentado ser jóvenes ejecutivos exitosos. Sin embargo, ese estilo de vida requiere una base financiera importante que para el caso de estos criminales solo es posible a través del narcotráfico, infortunadamente para ellos el costo penal es más alto que sus inversiones, precisamente porque la acción ahora no se limita a la captura sino a una acción judicial sobre sus bienes y negocios que van desde el embargo hasta la extinción de dominio sobre sus bienes y cuentas”, dijo a El Espectador el alto oficial.

Amando a Pablo, odiando a Escobar

Este es el título del libro con el que la famosa expresentadora de televisión, Virginia Vallejo, habló de la relación que durante cinco años sostuvo con el extinto jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar.

En ese texto, publicado en 2006, quien fuera considerada como el símbolo sexual de los años 80, reveló que se enamoró del capo en el lugar más peligroso de Medellín, cuando este la llevó a un barrio deprimido para que mirara cómo inauguraba una obra social. Lea: Pablo Escobar era pésimo en la cama: Virginia Vallejo

“Cuando me enamoré de él no sabía de dónde venía su dinero pero sí para qué lo usaba. Me llevó a un basurero y Pablo quiso regalar casitas a la gente que vivía allí. Ése fue el momento en que realmente me enamoré y en el que él se enamoró de mí. No me llevó a las Seychelles ni a París, ni a comprarme joyas en Tiffany's. Me llevó a ese sitio asqueroso, repugnante, el infierno de Dante, a ver cómo reaccionaba”, dijo.

En el libro, en el que entre otras cosas habla de la supuesta relación entre el narcotráfico y figuras políticas colombianas, como el senador Álvaro Uribe, Alfonso López Michelsen y Ernesto Samper, Vallejo revela que también tuvo una relación con el líder del cártel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela.

"Pablo se enfureció porque los hombres temen que una le cuente al otro qué tal es en la cama, y Escobar era un pésimo amante".

En una entrevista publicada por El Mundo de España en diciembre de 2017, Virginia Vallejo relató:  Pablo no tuvo más amantes que esa pobre niña Wendy [Escobar la mandó matar] y yo. Las otras eran prostitutas muy bonitas de una noche porque a Pablo, sobre todo cuando empezó a esconderse, le daba mucho miedo que sirvieran de señuelo a sus enemigos. Les pagaba bien y las despachaba. Nosotros teníamos otro tipo de relación o no hubiera durado cinco años a pesar de todas las separaciones. Yo lo dejaba y él me hacía regresar. Qué serenatas, qué súplicas cuando yo me iba con mi amigo el lord inglés y viajábamos por el mundo”.

Otros casos

Pastor Perafán y Luz Adriana Ruiz

Capturado el 5 de mayo de 1996 en la ciudad de Medellín. Alias “Aguja”, como se conocía, estaba vinculado con los carteles de Cauca y Medellín. Fue descubierto cuando ingresaba mujeres para celebrar su cumpleaños. Fue esposo de Luz Adriana Ruiz, exreina del Vichada, capturada bajo sindicaciones de enriquecimiento ilícito.

El Loco Barrera y Miss Venezuela 2008

Daniel Barrera Barrera fue capturado el 18 de septiembre de 12, en San Cristóbal Venezuela. Fue el Cabecilla principal de la Banda Criminal ERPAC y, según fuentes judiciales, dejado al descubierto por los lujos que le entregaba a su novia Gabriela Fernández, Miss Venezuela 2008; quien fue capturada años después.

Fritanga y la boda del millón de dólares 

Camilo Torres Martínez fue capturado el 2 de julio de 2012 en su noche de bodas en la isla Múcura a dos horas de Cartagena. Su esposa Diana Lucía Salazar, era oriunda de Medellín y se dedicaba al modelaje. El costo de la fiesta, de acuerdo con la Dijín, fue de al menos $1.1 millones de dólares. Fritanga era solicitado en extradición por EE.UU.

El Indio y una modelo futbolera

Jhon Fredy Manco Torres, alias “El indio” fue capturado el 31 de mayo de 2013 en Brasil. Su captura se dio gracias al seguimiento realizado a su novia Sara Builes, modelo paisa que viajó para ver el encuentro amistoso entre Inglaterra y Brasil.

Torres está condenado a 21 años de prisión por el envío de cocaína a Alemania, Holanda y otros países de Europa.

Por Redacción Judicial

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar