Cuando la Corte Suprema de Justicia le abrió una investigación formal a Álvaro Uribe Vélez porque supuestamente había manipulado testigos, lo hizo con las primeras sospechas y pruebas de que el expresidente estaba ofreciendo dádivas en las cárceles, a través del abogado Diego Cadena.
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El 24 de julio de 2018, el alto tribunal abrió la investigación formal en contra del expresidente y quien en ese momento era el senador más votado del país. Un año después, lo llamó a indagatoria y en agosto de 2002, ordenó su captura. Desde ese momento, el proceso judicial estuvo repleto de recursos de todo tipo, desde peleas políticas, y debates jurídicos que hicieron que hasta la Corte Constitucional se metiera en el caso.
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Mientras tanto, la investigación fue tomando forma. En medio del huracán de polémicas y decisiones en siete años, la Fiscalía condensó el caso contra Uribe Vélez en seis hechos o momentos claves. Por la supuesta participación del expresidente en esos sucesos es que la jueza Sandra Liliana Heredia Aranda decidirá este lunes si es culpable o inocente de tres delitos: soborno, fraude procesal y soborno en actuación penal.
Para tomar la decisión, la togada tiene en sus manos los testimonios de aproximadamente 92 testigos que desfilaron durante el juicio, interceptaciones a las comunicaciones entre Uribe y Cadena, que aunque el alto tribunal hizo por error, terminaron en el expediente, así como informes periciales y análisis forenses sobre otras pruebas, como grabaciones cuyo origen o manipulación fueron debatidas durante el proceso.
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El primero: la oferta de Diego Cadena a Juan Guillermo Monsalve
Juan Guillermo Monsalve es el testigo que le ha contado a la justicia que los hermanos Álvaro y Santiago Uribe, supuestamente, tuvieron vínculos con grupos paramilitares en Antioquia. El 22 de febrero de 2018, cuatro días después de que la Corte Suprema pidiera investigar a Uribe, el abogado Diego Cadena, en nombre del expresidente, visitó a Monsalve en la cárcel y le ofreció beneficios jurídicos para que cambiara la versión sobre la familia Uribe ante la justicia.
Ese encuentro lo grabó Monsalve con un reloj espía. Dos meses después de esa reunión, Cadena concertó una cita con Deyanira Gómez, entonces pareja del testigo, quien, con ayuda del CTI de la Fiscalía, grabó ese encuentro.
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La idea inicial era que Gómez le iba a entregar a Cadena una carta firmada por Monsalve con la supuesta retractación contra los Uribe. Sin embargo, la expareja del testigo dejó claro que ese documento solo lo entregaría si se garantizaba la seguridad de Monsalve o se concretaban los supuestos beneficios ofrecidos (ayudarle a entrar a la Jurisdicción Especial para la Paz o una reducción en su pena).
Según la Fiscalía, Uribe estuvo al tanto de todo lo que hizo y ofreció Cadena y habría movido influencias para que Cadena se pudiera reunir con Monsalve. La defensa sostiene que el expresidente jamás dio ninguna orden de ofrecer beneficios y que a la grabación que hizo Gómez le faltan siete minutos que serían claves para probar su inocencia.
El segundo: La petición de alias “Caliche” a Monsalve
Al tiempo que Cadena visitaba a Monsalve en La Picota, en febrero de 2018, el testigo recibió mensajes de un viejo amigo suyo, desde Neiva (Huila), con un discurso similar al del abogado Cadena. Se trataba de Carlos López, alias “Caliche”, a quien conocía desde 2006, y quien le pidió que grabara un video para retractarse de su versión sobre los hermanos Uribe. Le dijo que, si lo hacía, podía conseguirle beneficios jurídicos y que lo que estaba haciendo era por directa delegación del expresidente.
Para la Fiscalía, “Caliche” buscó ayudarle a Uribe por expresa petición suya, a través del exrepresentante a la Cámara, Álvaro Hernán Prada, en juicio en la Corte Suprema. El exjefe de Estado asegura que nunca buscó a “Caliche” para que presionara a Monsalve, sino que el exparamilitar trató de interceder por Uribe por su admiración hacia él.
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El tercero: el soborno de alias “Víctor”
En 2016, el exparamilitar Carlos Enrique Vélez, alias “Víctor”, le contó a la Corte que Iván Cepeda le había pedido mentir sobre un supuesto vínculo entre Uribe con grupos de autodefensas. Un año después, Cadena lo buscó para que ampliara esa versión y así lo hizo. Sin embargo, en 2018, se retractó y, en cambio, aseguró que lo que había dicho en contra de Cepeda lo hizo porque el abogado del expresidente le ofreció dinero. Sobre ese supuesto soborno, detalló que pactaron un pago de $200 millones, que incluyó el compromiso de “Víctor” de buscar a más exparamilitares para que declararan a favor de Uribe.
Entre ellos, contactó a alias “Fosforito”, “Racumín”, “Jopra” y “Diana” (quien recibió un pago). ¿Por qué cambió de versión? Porque, dijo, Cadena no le pagó toda la cuota, sino solo $26 millones. La Fiscalía argumentó que todo sucedió por intermediación de Uribe. En contraste, el expresidente se defendió diciendo que jamás supo que su abogado estaba ofreciendo dádivas económicas y que nunca dio la orden de hacerlo.
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El cuarto: las cartas del “Tuso” Sierra
El exjefe paramilitar Juan Carlos el “Tuso” Sierra escribió una serie de cartas que le envió a la Corte en las que detalló que, estando preso en Estados Unidos en 2009, algunas personas le preguntaron si tenía información sobre presuntos vínculos de grupos de autodefensas con los hermanos Uribe.
Durante el proceso declaró que una de las personas que le preguntó por esas supuestas relaciones fue el congresista Cepeda, aunque dejó claro que solo le pidió que dijera la verdad. Por lo que podía contarle a la justicia, Cadena buscó a Sierra y, al parecer, le solicitó que incriminara al senador. Todo, dice el ente investigador, por petición de Uribe. En cambio, la defensa del expresidente explicó que lo único que pidió su cliente fue que el testigo dijera la verdad.
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Quinto: la versión de la exfiscal Hilda Niño
La investigación sobre el papel de la exfiscal Hilda Niño en este expediente mostró que, al parecer a cambio de beneficios penales, ofreció declarar a favor de los hermanos Uribe ante la Fiscalía. Condenada en 2020 por haber recibido dádivas a favor de capos de la droga que investigaba, la exfuncionara aseguró que tenía cómo probar que el entonces fiscal y hoy ministro de Justicia, Eduardo Montealegre; y su vicefiscal, Jorge Perdomo, habrían incidido de manera ilegal en el proceso contra Santiago Uribe por vínculos con el paramilitarismo.
A cambio, solicitó ayuda para lograr un traslado de su centro de detención. Niño se reunió con Cadena y este le prometió hablar con Uribe sobre la solicitud. Para la Fiscalía, esa petición, en realidad, fue un soborno. Para el expresidente, Niño fue trasladada, no por su intermediación, sino por orden de un juez.
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El sexto: los presos de Cómbita
En 2018, tres exparamilitares detenidos en la cárcel de Cómbita (Boyacá) firmaron unas cartas que le enviaron a Diego Cadena en las que aseguraron que Iván Cepeda los había contactado en 2012. Según sus versiones, no conocían al congresista, que les ofreció dádivas a cambio de que le dijeran a la justicia que Uribe sí tenía vínculos con paramilitares.
Sin embargo, la investigación demostró que fueron ellos quienes pidieron hablar con Cepeda, que nunca escribieron las cartas de su puño y letra y que sí conocían al congresista, pese a que se lo negaron a la Corte Suprema. Por esa mentira, el alto tribunal ordenó investigarlos. La Fiscalía explicó durante el juicio que Uribe supo y autorizó que Cadena entregara esas cartas, al parecer, con contenido falso. No obstante, el expresidente sostuvo que jamás dio esa orden, que simplemente pedía a los testigos que dijeran la verdad.
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