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Masacre de Calamar: así fue la entrega de los cuerpos de las víctimas a sus familias

Desde el primero de julio, cuando fue hallada la fosa común en la que habían sido sepultados clandestinamente los ocho líderes sociales y religiosos, sus familias esperaban a que les entregaran los cuerpos. Para entonces habían pasado exactamente dos meses y 27 días, después de haber sido desaparecidos a manos de las disidencias de “Iván Mordisco”.

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15 de julio de 2025 - 01:15 a. m.
En una oficina del Instituto Nacional de Medicina Legal, las familias de las ocho víctimas de la masacre de Calamar recibieron simbólicamente los restos plenamente identificados de sus seres queridos.
En una oficina del Instituto Nacional de Medicina Legal, las familias de las ocho víctimas de la masacre de Calamar recibieron simbólicamente los restos plenamente identificados de sus seres queridos.
Foto: Fiscalía
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Ocho velas, ocho ramos de flores, ocho fotografías e igual número de carpetas con documentos. Esa es la primera imagen de la entrega simbólica de los cuerpos del líder social Nixon Peñaloza, el pastor James Caicedo, los esposos Marivel Silva e Isaid Gómez, los hermanos Jesús Valero y Carlos Valero, Maryuri Hernández y Óscar Hernández, las víctimas de la masacre cometida por las disidencias de las Farc en Calamar (Guaviare).

Sus familias recibieron este lunes 14 de julio, en un auditorio del Instituto Nacional de Medicina Legal en Villavicencio (Meta), los documentos y certificaciones de plena identificación de los cuerpos, hallados el pasado primero de julio en una fosa común, en zona rural del municipio de Calamar. Durante dos meses y 27 días buscaron y esperaron con vida a sus seres queridos. Ahora, 14 días después de su hallazgo, podrán darles sepultura.

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Los ocho campesinos, que lideraban juntas de acción comunal y hacían parte de la Iglesia Evangélica Alianza de Colombia y la Iglesia Cuadrangular, habían llegado al departamento de Guaviare entre los años 2017 y 2020, en busca de mejores oportunidades de vida. La tierra era económica y la firma del Acuerdo de Paz con las antiguas Farc prometía una vida tranquila.

Así lo narró en diálogo con El Espectador, hace un par de días, la esposa de Nixon Peñaloza. Él era el presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Agua Bonita, de Calamar. Junto a las otras siete personas que fueron secuestradas y luego asesinadas por las disidencias de las Farc, al mando de alias “Iván Mordisco”, recibió una citación por parte del grupo armado a una reunión.

Los detalles del crimen

Las desapariciones se reportaron entre el 4 y el 6 de abril de este año. La Fiscalía ha dicho que la orden de esa citación habría sido dada directamente desde el círculo cercano a alias “Iván Mordisco”. Fuentes de Inteligencia militar le confirmaron a este diario que ese hombre de confianza sería Wainer Javier Valencia, alias “Wainer”, habría sido el líder de las disidencias que estaría detrás de lo que ocurrió.

Lo que siguió a esa enigmática reunión fue la angustia y la zozobra. Durante dos meses y 27 días, las familias de estos ocho líderes los buscaron por fincas cercanas. En mayo aparecieron las primeras pistas, cuando fue capturado un presunto integrante de la disidencia de “Mordisco”.

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“En la incautación de su teléfono celular se encuentran imágenes de las personas reportadas como desaparecidas; fotos de ellos en vida, con integrantes de esta estructura y luego asesinados”, dijo esta semana Raúl Gómez González, fiscal delegado para el Crimen Organizado. Según la Fiscalía, la supuesta reunión fue, en realidad, fue un interrogatorio para descartar que pertenecieran a alguna célula del Eln que estuviera intentando extender su dominio en Guaviare.

La teoría de la entidad fue un golpe en el estómago para quienes conocían a las víctimas. “No hay ningún indicio de que fueran otra cosa que campesinos. El señalamiento, además, es revictimizante”, explicó una alta fuente del gobierno a este diario. Tras el interrogatorio, según señaló el funcionario de la Fiscalía, las víctimas fueron obligadas a cavar la fosa en la que luego fueron sepultadas.

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“Fueron puestos de rodillas y a cada una de estas personas les dispararon por la espalda. Luego fueron rematadas en el piso para posteriormente ser enterradas en esta fosa”, agregó el fiscal González. Sus cuerpos estuvieron desaparecidos hasta el martes primero de julio, luego de que la Defensoría del Pueblo evidenciara que no había ningún operativo para llegar a la fosa, pese a que el ente investigador ya tenía pistas de dónde podía estar.

Hasta encontrarlos

La confirmación del hallazgo de la fosa la recibieron las familias en una oficina de la Fiscalía en Guaviare, en la tarde del primero de julio. Esto, tras una larga búsqueda en cuyo fondo aún había esperanza de hallar a sus familiares con vida. De inmediato, las autoridades confirmaron que se trataba de las mismas personas que estaban siendo buscadas. Los cuerpos fueron trasladados hasta la sede de Medicina Legal, en Villavicencio, para practicar las pruebas de ADN.

A 14 días de la conmoción que provocó el hallazgo de la fosa común, las autoridades tienen plena certeza de que allí habían sido sepultados Nixon González, presidente de la junta de Acción Comunal de la vereda Agua Bonita; los esposos Marivel Silva e Isaid Gómez, padres de dos hijos de cuatro y 12 años; los hermanos Jesús y Carlos Valero, este último también miembro de la Junta de Acción Comunal; Maryuri y Óscar Hernández, expresidente de la misma organización comunitaria; y James Caicedo, pastor de la Iglesia Evangélica Alianza de Colombia.

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La directora de la seccional Guaviare de la Fiscalía fue quien dirigió el acto de entrega simbólica. Estuvo acompañada por el fiscal del caso y una fiscal especializada, además de servidores del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) del área de psicología. Para el ente investigador se trató de “un acto de reconciliación, reparación y verdad”. Para las familias, la primera puntada para cerrar la herida e intentar sanar el dolor que les ha causado la violencia.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

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