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El próximo jueves la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia se reunirá por primera vez en el año para tratar de elegir al próximo o próxima fiscal general, así como siete nuevos integrantes de ese mismo tribunal. La tarea ha sido imposible por cuenta de diferencias internas y porque, desde noviembre de 2019, la Sala se quedó con 16 magistrados (de 23 en total) que es el quórum mínimo para sacar adelante cualquier decisión. Si de aquí al próximo 27 de febrero no se eligen nuevos miembros, el panorama será peor pues ese día finaliza el periodo del magistrado Ariel Salazar, de la Sala Civil, lo que rompería el quórum y trabaría cualquier decisión.
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En una misiva enviada al presidente de la Corte, magistrado Álvaro García, conocida por El Espectador, Salazar se despachó contra las voces “malintencionadas” que aseguran que él ha entorpecido la elección de nuevos magistrados para, así, desintegrar el quórum y trabar las decisiones de la Sala Plena. “Les dejo constancia de haber cumplido con el deber que impone el artículo 40 del Reglamento de la Corte al haber votado por los candidatos más idóneos académica y profesionalmente, previo examen de sus hojas de vida, su trayectoria y sus antecedentes”.
La salida de Salazar complica el panorama en la Corte, que el año pasado no pudo llegar a un consenso para llenar las vacantes que dejaron Rigoberto Echeverri, Luis Gabriel Miranda y Mauricio Burgos de la Sala Laboral; Fernando Castro, José Luis Barceló y Gustavo Malo, de la Sala Penal (actualmente hay un magistrado reemplazando a Malo de manera temporal); y de Margarita Cabello de la Sala civil, quien renunció para asumir el Ministerio de Justicia. Además, terminando el periodo judicial del año pasado, el presidente Iván Duque envío la terna para que se elija al nuevo fiscal general, proceso que también está a cargo de la Sala Plena de la Corte.
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A pesar de reprochar los señalamientos de que está bloqueando la elección de nuevos togados, Salazar reconoció en su misiva que sí ha votado en blanco en varias ocasiones. Según el magistrado, ha procedido así, para evitar que algún nombre sea elegido “cuando se ha tratado de candidatos cercanos y recomendados por personas que, una vez elegidas en la Corporación y contrariando claras disposiciones constitucionales, se dedican a practicar y fomentar el turismo judicial y a hacer uso indebido de las facultades electorales atribuidas a la Corte Suprema”.
A renglón seguido, agregó que seguirá en esa labor “cumpliendo con rigor mi deber”. "No es conveniente para el sistema democrático que el quórum se desintegre, pero ante dicha eventualidad que parece inminente, no acepto tener culpa ni responsabilidad alguna", señaló.
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Y la carta, que llegó al despacho del presidente García este lunes termina con una estocada final: "Sea la ocasión para manifestar, de manera respetuosa a los honorables magistrados, que doy por escuchadas las repetitivas frases de despedida, porque considero que el cumplimiento del deber es obligación legal, ética y moral que no deja espacio a los consabidos y acostumbrados elogios que frecuentemente carecen de sinceridad".