El profesor de la Facultad de Derecho, Maguemati Wabgou, dice ser víctima de matoneo y de violencia al ser señalado como victimario del proceso que condenó a Ronald Stephens de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) por acoso sexual contra la profesora María Luisa Rodríguez de la Universidad Nacional. Esta situación, según él, le ha creado un ambiente de trabajo hostil, ha incrementado su cuota laboral y dañado su buen nombre.
En un comunicado dirigido a la comunidad universitaria con fecha del 18 de junio de 2019, Wabgou se defiende de las acusaciones que Rodríguez hizo en su contra, publicadas en El Espectador en el artículo "A la U. Nacional le falta compromiso con su política de género": docente que fue acosada. En este, la profesora asegura que Wabgou invitó al profesor norteamericano a un evento académico en el campus sabiendo que tenía abierto un proceso disciplinario por acoso sexual. También Rodríguez denuncia las repetidas ocasiones en que Wabgou presentó derechos de petición o recusaciones ante el Consejo de Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales para obstruir sus procesos académicos.
Aclara que no fue testigo a favor del profesor Stephens acusado en Estados Unidos: “He sido entrevistado por la Oficina de Equidad Institucional (“Office of Institutional Equity”) de la Universidad de Purdue para indagar acerca de la estadía que tuvimos varios profesores de la facultad y la Universidad, pero jamás me han dicho que es para investigar casos de acoso sexual”. Además, asegura que tanto sus proyectos con la Universidad de Purdue y las relaciones institucionales con esta se dañaron por cuenta de esta situación.
“¿De qué me acusan en los medios?” es el título de la publicación conocida por El Espectador, donde dice que “rompe el silencio y ejerce su derecho a la defensa después de haber respetado el debido proceso y soportado las condenas en su contra desde hace tres años”. En octubre de 2017, cuando se supo sobre la visita de Stephens a la Universidad Nacional, este medio lo contactó para conocer su versión de los hechos a lo que respondió “que sólo se pronunciará ante las autoridades correspondientes”.
Remite el origen de las diferencias que ha tenido con la profesora afrocolombiana María Luisa Rodríguez al momento en que ella quiso incursionar en el campo de los estudios afrolatinoámericanos, que son su experticia, y él no se prestó “al juego de brindarle el apoyo requerido”. Acusa a la profesora de actos racistas y xenofóbicos por declaraciones en su contra al tildarlo como una “persona fantasiosa” y “hacia las mujeres africanas, mi cultura y mi raza al decir que ´tal vez este comportamiento tuyo hacia mí como mujer sea aceptable en África, ¡pero aquí [en Colombia] No…´”. Sobre este punto, Rodríguez aclara que su interés era estudiar sobre Black feminist con el grupo de feministas negras de Purdue, y no con él. Para ella el juzgamiento de Wabgou tergiversa su recorrido académico e investigativo en el área de afrocolombianidad y la acusa, sin pruebas, del delito de racismo.
Al final, hace referencia a la tutela contra la Universidad Nacional que interpuso la profesora Rodríguez por no aplicar el enfoque de género en su caso. Wabgou dice que ella “busca más la reapertura del proceso en mi contra que verdaderamente aportar nuevos elementos a la situación vivida en la universidad”.
La comunidad académica reaccionó a este comunicado por redes sociales y a través de los correos electrónicos masivos. Algunos de los comentarios reiteran la credibilidad en Maguemati, otros cuestionan a ambas partes y piden seriedad: “Si debe haber debido proceso tiene que ser para todo el mundo y deberíamos procurar que la discusión respete ciertos niveles de razonabilidad. Si se considera que la profesora acusada no respetó esos niveles, con más razón los demás lo deben hacer”. Otros, por el contrario, mantienen el apoyo a María Luisa Rodríguez: “Veo que se repite el patrón de responsabilizar a la víctima por todo lo adverso que sucede: el deterioro de las relaciones con la universidad gringa, la reputación del profesor que escribió hoy, etc. Si la víctima se queda callada nada de esto pasa”.