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Juan Sebastián Marroquín, o Juan Pablo Escobar, hijo del capo del cartel de Medellín, Pablo Escobar, negó que su familia hiciera negocios con José Bayron Piedrahíta Ceballos, señalado por la justicia de Estados Unidos de haber colaborado con los carteles de Cali y de Medellín, y la Oficina de Envigado. Lo que sucedió, manifestó Marroquín en entrevista con La W, fue simplemente establecer un contacto entre Piedrahíta Ceballos y el abogado argentino Mateo Corvo Dolcet para concretar un negocio. (Le sugerimos: Los protagonistas de la novela de la mafia que sacude a Argentina)
Piedrahíta Ceballos es la piedra angular de un proceso en Argentina por lavado de activos y que, además de estar vinculados el hijo y la esposa de Pablo Escobar, María Isabel Santos —o Victoria Henao—, también compromete al exfutbolista Mauricio Chicho Serna. Según la propia María Isabel, y como lo ratificó un documento firmado por su hijo, Mateo Corvo Dolcet se comprometió a entregar una comisión del 4,5 % de la inversión total que Piedrahíta Ceballos hiciera en el proyecto del argentino.
En la entrevista con la emisora, Juan Sebastián Marroquín explicó que ni él ni su familia tenían conocimiento de los posibles nexos de Piedrahíta Ceballos con grupos al margen de la ley. “De ninguna manera nosotros estábamos buscando relacionarnos con narcotraficantes, al contrario, la historia misma nos ha demostrado que hemos huido de todo ese tipo de relaciones porque aprendimos las lecciones que nos dejó la vida”, manifestó.
El hijo de Pablo Escobar manifestó que, en 2007, 13 años después de que su familia permaneciera exiliada, su mamá regresó al país a un evento que contaba con la presencia de reconocidos empresarios de todo el país. Allí, según relató, conoció a Piedrahíta Ceballos, quien posó como uno de los ganaderos más prósperos del país. Marroquín detalló que el colombiano viajaba a Argentina y que enviaba grandes cantidades de dinero por circuitos financieros internacionales sin ninguna restricción.(Lea también: Versiones que la justicia argentina no le cree a la familia de Pablo Escobar)
“Como yo conocí a Piedrahita en Argentina, pues no tenía la posibilidad de regresar a Colombia, vi que era un señor que se manejaba muy distante de los estereotipos que conocemos como los narcotraficantes tradicionales o como los acostumbré a ver”, dijo Marroquín, quien agregó: “Yo no soy un hombre brillante, pero… ¿le parece que yo me habría atrevido a firmar un recibo –en el que quedó fijada la supuesta comisión– justamente a sabiendas que se trataba de un delincuente? de ninguna manera”.
Juan Sebastián Marroquín cree que las autoridades gauchas les ha dado más trascendencia a su apellido que a la justicia propia, pues desde hace varios años se habla del hijo y la viuda de Pablo Escobar como si fueran pruebas en su contra. “No hemos lavado (…) porque no tenemos dólares para lavar y no nos dedicamos a las actividades ilícitas que quieren venderle al mundo”, precisó Marroquín, quien cuestionó que las autoridades de Argentina hayan negado varias pruebas a su favor y que ni siquiera, sostuvo en la entrevista, han escuchado a José Bayron Piedrahíta Ceballos en indagatoria. (Lea también: José Bayron Piedrahíta y los socios con los que quiso triunfar en Argentina)
Marroquín, sin especificar qué entidad en concreto, dijo que acudiría a una autoridad internacional porque quiere evitar “el bullying mediático y judicial del que han sido víctimas durante mucho tiempo”. Sin embargo, será la justicia de ese país quien determine si la familia del capo del cartel de Medellín cometió alguna actividad irregular o no.