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El nombramiento del general Pedro Sánchez Suárez como nuevo ministro de Defensa causó sorpresa, especialmente dentro de las Fuerzas Militares. ¿La razón? El oficial de la Fuerza Aeroespacial lleva 34 años al servicio de la institución, un tiempo de antigüedad inferior al de una treintena de oficiales, incluidos los miembros de la cúpula militar.
Lo problemático del asunto es que, según las normas militares y en respeto a la línea de mando, el nuevo ministro de Defensa castrense no puede tener una antigüedad menor a la de sus subordinados, incluidos los integrantes de la cúpula militar que, en su mayoría, rondan las cuatro décadas de servicio.
En ese sentido, la designación del general Sánchez como ministro de Defensa y una eventual posesión en el cargo sin pedir la baja en la Fuerza Aeroespacial, obligaría al retiro de los oficiales que tienen más tiempo de servicio a las Fuerzas Militares, pero que están por debajo de él en la línea de mando.
En contexto: Presidente Petro nombró al general Pedro Sánchez como nuevo ministro de Defensa
Desde 1991 un militar no ocupaba ese cargo. El último en ostentarlo fue el general (r) Óscar Botero Restrepo, quien fue ministro durante los gobiernos de Virgilio Barco y César Gaviria. Por esa razón, este nombramiento abre el interrogante sobre qué decisión tomará el general Sánchez Suárez para asumir el cargo de ministro.
“Estamos frente a una tensión jurídica doctrinal de jerarquía; es la primera vez en la historia reciente del país, pues en las ocasiones pasadas, cuando se han nombrado ministros que vienen de las fuerzas, su antigüedad era superior a la cúpula, por lo que no generaba crisis de mando”, le dijo a El Espectador Andrés Nieto, investigador y experto en seguridad.
Los caminos del general Sánchez
En ese sentido, el general Sánchez Suárez, nombrado en la tarde del 19 de febrero como ministro de Defensa por parte del presidente Gustavo Petro, tiene dos caminos posibles para gestionar el conflicto al que se enfrenta tras esta designación.
El primero, y al cual apuntan las fuentes consultadas por este diario como la salida más correcta, es que el militar solicite la baja a la Fuerza Aeroespacial y en uso de su buen retiro se posesione como ministro de Defensa. De ese modo, no aplicaría la regla de antigüedad en la línea de mando y no sería necesario hacer cambios en la cúpula de las Fuerzas Militares.
“Quizás en cumplimiento de lo estipulado, el mejor camino sería que solicitara el retiro y al posicionarse como civil no se tendría esta disyuntiva”, explicó Nieto.
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La segunda alternativa sería posesionarse siendo oficial activo de la Fuerza Aeroespacial. Sin embargo, esto obligaría la salida inmediata de al menos 27 militares que superan al nuevo ministro en antigüedad dentro de las instituciones.
Personas cercanas a las Fuerzas Militares le dijeron a El Espectador que la toma de una decisión y la posibilidad de que el general Sánchez Suárez reviva la era de los ministros de Defensa castrenses, tiene con cierta incomodidad a los militares más antiguos.
Pero ellos no son los únicos que han mostrado su inconformidad. También los políticos han dejado ver su desacuerdo, especialmente los de la oposición.
“De un plumazo Gustavo Petro se cargó la práctica civilista de los últimos 30 años de no nombrar a un militar activo en el Ministerio de Defensa y fuerza el retiro de cerca de 10 generales en la peor crisis de seguridad de los últimos años”, escribió en redes sociales el representante a la Cámara Andrés Forero, del Centro Democrático.
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El representante liberal Juan Carlos Losada también se pronunció en contra de la decisión del presidente Petro y, de paso, criticó la gestión del exministro Iván Velásquez. En poco más de 30 meses al frente de esa cartera, el exfuncionario solo logró 49 de los 195 objetivos trazados por el Gobierno Nacional para su despacho.
“Nunca me imaginé que el primer Gobierno de izquierda de nuestra historia fuera el que regresara a un Ministerio de Defensa castrense. Romper la tradición de Ministros civiles tiene riesgos. Seguramente algunos celebrarán esta decisión a causa de la muy pobre labor del último ministro y del deterioro de la seguridad. A mí me da guayabo moral”, dijo el congresista.
Nunca me imaginé que el primer Gobierno de izquierda de nuestra historia fuera el que regresara a un Ministerio de Defensa castrense. Romper la tradición de Ministros civiles tiene riesgos. Seguramente algunos celebrarán esta decisión a causa de la muy pobre labor del último…
— Juan Carlos Losada (@JuanKarloslos) February 19, 2025
“En instituciones militares y policías la jerarquía es un asunto de importancia mayor y romper la lógica de la antigüedad como superior llevaría a quedarnos sin mandos en las distintas fuerzas. Incluso esta es una de las razones fundamentales para que en el cargo esté un civil”, concluyó el investigador Nieto.
¿Quién es el nuevo ministro de Defensa?
El brigadier general tiene una importante formación académica y ha ocupado diversos cargos dentro de la Fuerza Aeroespacial. Pero su nombre se dio a conocer aún más tras haber liderado la Operación Esperanza, en la cual fueron rescatados los hermanos Mucutuy, quienes sufrieron un accidente aéreo en mayo de 2023 y estuvieron perdidos durante 40 días en la selva amazónica.
El nuevo ministro estudió Administración de Empresas en la Escuela de Administración de Negocios (Universidad EAN) y es especialista en Seguridad y Defensa Nacional de la Escuela Superior de Guerra. Además, tiene una maestría en Pensamiento Estratégico y Prospectiva, de la Universidad Externado de Colombia, y otra en Estudios Estratégicos de la Air University de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
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Entre las distinciones que ha recibido se destacan la Medalla al Valor, la Cruz de la Fuerza Aérea al Mérito Aeronáutico en categoría Comendador y la Orden del Mérito Militar “Antonio Nariño”.
El brigadier general Sánchez dirigió varios comandos aéreos, entre ellos el de Melgar y Rionegro, y estuvo al frente del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, donde tenía a su cargo a 4.000 hombres especializados en el desarrollo de operaciones de alto riesgo.
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