Referendo: ¿Derecha o izquierda?
Da cuenta la prensa francesa del interesante debate político-jurídico que se adelanta en esa nación acerca del significado del referendo. El presidente Mitterrand ha hecho un cambio importante en la conformación del equipo gubernamental, colocando un joven primer ministro con aires de tecnócrata y con el propósito, se afirma, de recuperar para su política sectores de opinión de centro y desligarse de la participación en el gabinete de los comunistas. Igualmente, cuando la derecha opuesta al proyecto de ley educativa pedía un referendo para su adopción el presidente Mitterrand cambia de frente y propone un referendo sobre el referendo.
Diversos factores de la política han estado presentes en los acontecimientos. El proyecto de ley Savary, por el nombre del anterior ministro de Educación, sobre la enseñanza privada, despertó grandes resistencias. Se habla de una manifestación en París de más de un millón de personas que desfilaron para reiterar su apoyo a la libertad de enseñanza. Las elecciones para el Parlamento europeo en junio dieron a la mayoría gubernamental un resultado adverso, y algunos políticos se han apresurado a sostener que ella ya no es mayoría. Jugando precisamente sobre esa posibilidad la derecha oposicionista solicitó el referendo sobre la ley educativa y el presidente Mitterrand, en lo que se ha juzgado una hábil maniobra política, respondió proponiendo un referendo para que por referendo se pueda decidir un mayor número de cuestiones públicas en Francia, particularmente las que afecten a las libertades públicas.
(Vea: Falleció Jaime Vidal Perdomo)
El centro de la discusión, ahora, lo toma el mecanismo jurídico del referendo; o sea el papel institucional de la consulta para que se definan directamente por el pueblo determinadas iniciativas legislativas. El debate se desarrolla, entonces, sobre el alcance de ese pronunciamiento y su valor político. Y, naturalmente, las posiciones que los sectores políticos adquieren alrededor del mismo.
Quizás desde un principio se cuestionó sobre las limitaciones de la democracia representativa que surgió de la Revolución Francesa. El que las decisiones atinentes al Estado fueran sólo de la competencia de los representantes elegidos y que la participación popular se redujera a la elección de los representantes produjo insatisfacciones; el derecho de petición, o la posibilidad de que, ante las cámaras legislativas, se pudieran llevar propuestas para que ellas las adoptaran, permitía superar, en parte, las restricciones. Ello explica la extensión posterior de formas de democracia directa, dentro de las cuales está, en primer término, el referendo.
Francia tiene una larga tradición en estas materias. En mi libro Derecho Constitucional General he expuesto sobre las diferencias entre referendo y plebiscito, figuras que se confunden frecuentemente en Colombia, y sobre su utilización en el siglo pasado y por el general, De Gaulle, en los últimos tiempos. En una nota en este diario me referí al pequeño y rico libro en documentos sobre Referendo y Plebiscito (H. Duval P., Mindu y otros, colección Armand Colin, París, 1970) en el cual se sostiene que los referendos convocados por el general De Gaulle se tornaban en plebiscitos. Se recordaba para ilustrar la transformación la célebre frase de la época de Napoleón y una Constitución por él propuesta a la consulta popular: “¿Qué hay en la Constitución? Hay Bonaparte".
Lo que es curioso en el momento es que el referendo ha alterado sustancialmente las posiciones de los partidos. No obstante haber sido partidarios de él para el proyecto de ley Savary de enseñanza privada, los partidos de oposición ahora se ubican en su contra. Los miembros del gobierno, con el presidente a la cabeza, enemigos del sistema referendario en el pasado, son sus defensores actuales.
El comentarista de la revista Express (de 17 de agosto) mencionando el rechazo del Senado a la propuesta gubernamental de referendo sobre el referendo anota: “Divertido de ver a la izquierda celebrar las virtudes democráticas del referendo. Divertido de oír a Jean Lecanuet (oposición) denunciar la tentación referendaria que desde Jaurés y Blum habitaría en los socialistas. Divertido de oír a los herederos del golismo protestar por el poder personal y aplaudir al augusto y juicioso Senado, en otro tiempo vilipendiado por haber osado oponerse a la voluntad del general.'”
La misma revista publica un interesante editorial aparecido el 6 de septiembre de 1982 y suscrito nada menos que por el actual presidente de la República. Con el sugestivo nombre de La tarte a la crème, el editorialista de entonces se oponía a la propuesta del general De Gaulle de llevar a referendo la elección popular y directa del presidente de la República.
En todas partes se cuecen habas, dice el refrán popular. En Colombia el no funcionamiento del Congreso en estado de sitio y los amplios poderes presidenciales durante esa emergencia fueron sostenidos primero por los liberales y atacados por el Conservatismo. Más tarde, cambió la torta y las posiciones políticas variaron alrededor de esos asuntos. Volviendo a Francia, sigue siendo cierta la afirmación de que "los jacobinos ministros no son ministros jacobinos", aunque esta regla del comportamiento político se da en todas las latitudes.