Una vez más está ante los estrados judiciales el representante a la cámara, Wilmer Ramiro Carrillo. La Corte Suprema de Justicia abrió una nueva investigación en su contra y lo vinculó a través de indagatoria por los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación a favor de terceros. En el radar del alto tribunal hay pruebas sobre las supuestas actuaciones irregulares que cometió mientras fungió como secretario de infraestructura en Norte de Santander.
De acuerdo con la Corte, los hechos ocurrieron cuando el hoy congresista tramitó y celebró un contrato de suministro de materias primas para la pavimentación de una vía secundaria en el departamento, en 2009, por $4.003 millones y, además, en el mismo convenio fomentó una adición por $2.001 millones en 2010. Para el alto tribunal, el congresista pudo incurrir en una irregularidad en el trámite del convenio.
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Aunque no existe fecha programada para que Carrillo rinda indagatoria, el congresista tiene otra cita que cumplir en el alto tribunal por otro proceso que cursa en su contra. En enero de este año, la Corte lo llamó por los delitos de tráfico de influencias de servidor público, interés indebido en la celebración de contratos y peculado por apropiación.
La investigación, en este caso, se relaciona con supuestos hechos de corrupción e irregularidades en contratación de Norte de Santander durante los años 2016-2017, específicamente en negocios jurídicos del hospital regional de Abrego. Entre los hechos, se investiga si supuestamente el congresista exigía a los contratistas, a través de la gerente del hospital, el pago de un porcentaje para que les fueran adjudicados los contratos.
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El representante Carrillo nació en el municipio de Arboledas, Norte de Santander. Es arquitecto de la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga y en varias ocasiones fungió como gobernador encargado del departamento. Llegó al Congreso en 2014 y desde ese momento es considerado como uno de los legisladores más poderosos de esa región del país.
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