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Altramuz: la planta que llena el jardín de color y florece dos veces al año

El altramuz es una planta perenne muy decorativa, de fácil cultivo. Aquí le decimos como cuidarla si la tiene.

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La  Huerta
19 de septiembre de 2025 - 07:00 p. m.
El altramuz tiene altos tallos y flores que sorprenden
El altramuz tiene altos tallos y flores que sorprenden
Foto: Pixabay
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Si busca una planta que llene su jardín de color y vida, el altramuz es una opción que no pasa desapercibida. Con sus altos tallos cubiertos de racimos de flores en tonos que van del violeta al blanco, es capaz de transformar cualquier espacio en un espectáculo visual. Además de su belleza, es una especie resistente, fácil de cultivar y con la capacidad de florecer más de una vez si tiene el estímulo correcto para ello.

Conocido científicamente como Lupinus polyphyllus está una planta ornamental originaria del Noroeste de América, donde se distribuye naturalmente desde el sur de Alaska hasta el oeste de Quebec y el sur de Utah. Debido a su gran atractivo ornamental, fue posteriormente introducida en Europa y otras regiones del mundo. En la Patagonia es particularmente común, donde fue traída por los primeros colonos europeos para decorar sus jardines, aunque con el tiempo escapó del cultivo y se naturalizó en el paisaje silvestre.

Esta planta perenne tiene tallos fuertes que pueden crecer hasta metro y medio de altura y se ramifican desde la base. Sus hojas son muy decorativas, formadas por varias partes alargadas que se abren en forma de círculo. En verano produce grandes racimos de flores de hasta cinco centímetros, en colores que van del violeta y el fucsia al blanco y el amarillo.

La floración del lupino ocurre principalmente en épocas de calor, emergiendo las flores desde diferentes espigas de la planta. Tras la floración, se forman frutos en forma de vaina que contienen numerosas semillas pequeñas, típicamente entre 3 y 4 semillas por vaina. Una característica interesante es que si se realiza una poda después de la primera floración, la planta puede volver a florecer, extendiendo así su período ornamental.

Además de su uso ornamental, esta planta tiene aplicaciones como abono verde y forraje para animales de caza, lo que la convierte en una especie versátil tanto para jardinería como para usos agrícolas y cinegéticos.

Luz

  • El altramuz prospera a pleno sol, requiriendo al menos 6 horas de luz directa diarias para un crecimiento óptimo. Esta exposición solar abundante es fundamental para promover un crecimiento vigoroso, una floración óptima y desarrollar la rica coloración característica tanto en su follaje como en sus flores.
  • Aunque la planta puede tolerar condiciones de sol parcial, la reducción de luz solar compromete significativamente su rendimiento. Con menos luz, el altramuz produce menos flores, desarrolla tallos más largos y débiles, y pierde robustez general.

Clima

  • El altramuz demuestra tolerancia térmica, soportando temperaturas desde 0°C hasta 38°C, con un rango ideal entre 20-35°C. Esta resistencia le permite adaptarse a entornos con fluctuaciones significativas de temperatura, siendo una planta bastante versátil climáticamente.
  • Eso sí, durante condiciones extremas, la planta puede requerir protección adicional. En climas fríos, el acolchado ayuda a proteger las raíces, mientras que en olas de calor intenso, proporcionar sombra parcial y riego adicional previene el estrés. Los síntomas de estrés incluyen decoloración y marchitamiento por frío, o quemaduras foliares y crecimiento atrofiado por calor excesivo.

Riego

  • Prefiere un régimen de riego moderado, necesitando agua cada 1-2 semanas aproximadamente. La planta se ha adaptado bien a períodos de sequía moderada, pero su preferencia se inclina hacia una humedad consistente del suelo sin encharcamiento.
  • Es crucial evitar tanto el riego excesivo que cause encharcamiento como permitir que el suelo se seque completamente, ya que ambos extremos pueden comprometer la salud de la planta.

Sustrato

  • El altramuz requiere un suelo bien drenado con buena aireación, prosperando en una mezcla que combine tierra de jardín, arena y compost. Esta combinación mejora tanto el drenaje como el contenido nutritivo, siendo esencial evitar el encharcamiento mediante capas de grava en la base o utilizando camas elevadas.
  • El pH ideal del suelo debe mantenerse entre 6-7 (ligeramente ácido a neutro), y la planta se adapta bien a diferentes composiciones incluyendo arena, marga, arcilla y suelos calcáreos.

Abono

  • La fertilización del altramuz debe realizarse con un fertilizante equilibrado, especialmente durante el período de crecimiento activo en primavera y verano. Se recomienda aplicar fertilizantes altos en fósforo para estimular una floración robusta, utilizando aproximadamente una cucharada escasa por planta con aplicación mensual durante la temporada de crecimiento.
  • Es fundamental evitar la sobre-fertilización, ya que el altramuz está naturalmente adaptado a condiciones de baja fertilidad típicas de sus hábitats nativos. El exceso de fertilizante puede promover crecimiento de las hojas excesivo a expensas de la floración.

Poda

  • La poda del altramuz debe hacerse a lo largo de su ciclo de crecimiento, comenzando cuando aparecen los primeros brotes y continuando hasta que termine la floración. Retirar con regularidad las flores marchitas estimula que siga produciendo nuevas. Además, recortar la planta por completo después de la floración principal ayuda a que se revitalice y pueda crecer con más fuerza.
  • Los beneficios de la poda incluyen mejor circulación del aire, reducción del riesgo de enfermedades y mantenimiento de una planta ordenada y vigorosa. Durante la poda también se deben eliminar tallos muertos o dañados para mantener la salud general de la planta, promoviendo así un crecimiento más fuerte y una apariencia más atractiva.

Plagas y Enfermedades

  • Las principales plagas que afectan al altramuz incluyen orugas (que causan defoliación), insectos chupadores de savia (que crean puntos amarillos en las hojas), y hormigas de fuego (que dañan las raíces). Para el control de plagas se pueden usar métodos físicos como eliminación manual, aceites cítricos, o introducir predadores naturales como mariquitas.
  • Las enfermedades más comunes son la pudrición de hojas (causada por patógenos bacterianos o fúngicos) y problemas de marchitamiento floral. Para prevenir enfermedades es crucial mantener buena circulación de aire, evitar el riego excesivo, y usar fungicidas a base de cobre cuando sea necesario. En casos severos de infección, se debe eliminar completamente las plantas afectadas para prevenir propagación a plantas sanas.

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