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Bogotá fortalece sus coberturas verdes: Estrategia de arbolado del Jardín Botánico

“Encontrémonos en los bosques” es una estrategia del Jardín Botánico de Bogotá que promueve la apropiación, restauración y uso pedagógico de los bosques urbanos como espacios clave para la biodiversidad, el bienestar ciudadano y la adaptación al cambio climático.

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Leidy Barbosa
11 de junio de 2025 - 06:13 p. m.
De acuerdo con el Jardín Botánico de Bogotá, la ciudad cuenta con más de dos millones de árboles urbanos.
De acuerdo con el Jardín Botánico de Bogotá, la ciudad cuenta con más de dos millones de árboles urbanos.
Foto: Jardín Botánico de Bogotá
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En medio del concreto y el ruido, la capital colombiana comienza a reconocer el valor estratégico de sus coberturas vegetales como espacios de encuentro, bienestar y adaptación al cambio climático. Y es que los bosques urbanos ya no son una idea lejana o reservada para los parques periféricos; ahora buscan hacer parte del corazón de la ciudad, donde miles de personas pueden aprender, respirar mejor, proteger la biodiversidad y reconectarse con su entorno natural.

En este contexto nace “Encontrémonos en los bosques”, una estrategia impulsada por el Jardín Botánico de Bogotá que propone una transformación urbana desde lo verde. Inspirada en la figura de “bosque urbano”, incorporada oficialmente en el Plan de Ordenamiento Territorial desde 2021, esta propuesta busca resignificar espacios estratégicos sin cambiar su uso del suelo ni su propiedad. A través de una mirada integral, pedagógica y participativa, la estrategia promueve el cuidado, la apropiación y la restauración ecológica de áreas clave de la ciudad, conectando a las personas con su territorio y con la riqueza ambiental que aún sobrevive —y florece— en Bogotá.

"“Encontrémonos en los bosques” es una estrategia que propone una nueva manera de percibir, comprender y apropiarse de espacios estratégicos en la ciudad, orientándolos al fortalecimiento de la biodiversidad y la mejora de las condiciones ambientales. Surge en el marco de la conmemoración de los 70 años del Jardín Botánico de Bogotá, una institución que, desde 1955, ha liderado procesos de investigación, conservación y educación ambiental enfocados en la flora de los bosques altoandinos y del ecosistema de páramo. Esta propuesta representa la evolución natural de ese legado, adaptada a los retos actuales de una ciudad que busca reconciliarse con su entorno y ofrecer a sus habitantes espacios verdes de calidad, funcionales para el bienestar colectivo y la sostenibilidad urbana", explicó German Dario Álvarez, Subdirector Técnico y Operativo del Jardín Botánico de Bogotá.

¿De qué trata la estrategía?

Para tener un contexto más amplio, es importante saber que desde hace varios años Bogotá ha venido fortaleciendo sus bosques urbanos: coberturas vegetales multiestrato y multiespecie que conectan la biodiversidad, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático y son cuidadas por guardianes comunitarios.

Esta tarea, liderada por el Jardín Botánico de Bogotá y la Secretaría de Ambiente, ya ha permitido consolidar siete de estos espacios verdes en distintas localidades, con proyectos técnicos, educativos y de ciencia participativa que involucran activamente a las comunidades.

Los bosques ya establecidos son:

  • San Carlos, en Rafael Uribe Uribe
  • Parkway y La Esmeralda, en Teusaquillo
  • Santa Helena, en Suba
  • Arborizadora Alta, en Ciudad Bolívar
  • Brazo Salitre, en Barrios Unidos
  • Ciudad Montes, en Puente Aranda

Con esta estrategia se suman cinco nuevos escenarios verdes priorizados por su potencial ecológico y social, principalmente ubicados en el sur de la ciudad. Según Álvarez, esta ampliación responde al compromiso del Plan de Desarrollo con el reconocimiento, cuidado y gestión de los bosques urbanos:

  • Tierra Viva (Bosa): colinda con los colegios Bicentenario y Reyes Echandía, y ofrece una oportunidad única para vincular a más de 2.000 estudiantes como guardianes ambientales.
  • Parque El Tunal (Tunjuelito): un espacio vital para el descanso y la recreación que, los fines de semana, evidencia la necesidad de ampliar nuestras coberturas vegetales urbanas.
  • Parque Timiza (Kennedy): se encuentra dentro de la zona prioritaria SUMA Apogeo, definida para mejorar la calidad del aire. Allí, la vegetación se convierte en eje central de transformación ambiental.
  • Canal Boyacá (Fontibón): reconocido en el Plan de Ordenamiento Territorial y con una comunidad activa que ha asumido su cuidado como un compromiso colectivo.
  • Gran Granada (Engativá): ejemplo de gestión comunitaria a largo plazo, donde la apropiación ciudadana ha sido clave para conservar y proteger este espacio.

Esta estrategía es importante porque se articula a través de cuatro ciclos temáticos que permiten comprender y vivir la complejidad de estos ecosistemas. Más allá de ser simples zonas verdes, los bosques urbanos son espacios multiespecie, multiestrato y multiorigen, donde conviven árboles nativos y exóticos, plantas jóvenes y maduras, en una estructura vertical diversa y funcional", dijo Álvarez.

Cada ciclo representa una forma distinta de acercarse a esta riqueza natural:

  • Semillas del Saber: explora las conexiones entre los bosques urbanos y la agricultura urbana, posicionando estos espacios como laboratorios vivos de producción alimentaria sostenible.
  • Salud Vegetal: se enfoca en el estado fitosanitario del arbolado y las coberturas, resaltando la importancia de su mantenimiento para garantizar los servicios ecosistémicos.
  • Travesías Polinizadoras: promueve el conocimiento sobre jardines biodiversos y la interacción con insectos y aves que cumplen funciones clave en el ecosistema.

El cuarto ciclo de la estrategia es mas especial, pues según Álvarez, la estrategia pone en la mesa a los árboles patrimoniales, que se les ha dado un foco especial desde 2004 por parte de la institución, en donde se reconoce ejemplares arbóreos que han acompañado a la ciudad en sus transformaciones históricas, sociales y culturales. Más allá de su edad o belleza, se consideran documentos vivientes que conectan el presente urbano con el pasado colectivo.

La selección se basa en una metodología rigurosa que evalúa:

  • Su antigüedad y permanencia en el paisaje urbano.
  • Evidencia fotográfica o documental de época.
  • Su relación con eventos históricos significativos.
  • El valor simbólico y cultural que tienen para las comunidades.

Algunos de estos ejemplos de árboles que podrá ver en el cuarto ciclo de la estrategía y a la que se le ha dado un énfasis especial son:

  • Resistencia ancestral: Nogales y cedros fueron erradicados del corredor entre Santa Fe de Bogotá y Tunja durante la Colonia, por su carácter sagrado en las culturas indígenas y su valor comercial. Su eliminación obedeció a una estrategia de imposición religiosa y económica.
  • Testigos del Bogotazo: La palma de cera del Palacio de San Carlos, visible en fotografías del 9 de abril de 1948, permaneció en pie en medio del caos, convirtiéndose en símbolo de resistencia y permanencia.
  • Memoria rural en la ciudad: Palmas como las de la Carrera Séptima con Calle 72, la Calle 50 o el Instituto Caro y Cuervo, fueron parte de antiguas haciendas coloniales absorbidas por el crecimiento urbano. Hoy permanecen como vestigios del paisaje agrícola perdido.

Para recuperar la memoria de estos árboles, se implementa una metodología participativa que incluye:

  • Talleres comunitarios de investigación histórica.
  • Interpretación de fotografías antiguas y documentos.
  • Recolección de testimonios orales de residentes mayores.
  • Construcción colectiva de biografías arbóreas.

“Cada comunidad se convierte en guardiana de la historia local, usando los árboles como referencia para reconstruir su relación con el territorio y sus cambios en el tiempo. Esta estrategia permite recorrer Bogotá desde una perspectiva única, reconociendo en sus árboles las huellas de la Bogotá precolombina, colonial, republicana y contemporánea. Así, cada paseo urbano se transforma en un diálogo con la memoria colectiva, donde los árboles son bibliotecarios silenciosos que conservan las narrativas más profundas de la ciudad” aseguró el experto.

Estos ciclos no solo estructuran las actividades de la estrategia, sino que también proponen nuevas formas de apropiación y cuidado de los bosques urbanos como espacios vivos, diversos y en constante transformación.

¿Cómo puede participar en la estrategia?

La estrategia “Encontrémonos en los bosques urbanos” está diseñada para que cualquier persona pueda sumarse de manera activa al cuidado, conocimiento y apropiación de los espacios verdes de Bogotá. A través de una programación sistemática y abierta al público, se realizarán actividades semanales en diferentes bosques urbanos, todas pensadas para generar experiencias significativas que fortalezcan el vínculo entre las comunidades y su entorno natural.

Estas son algunas de las formas en que puede participar:

1. Participe en los talleres temáticos: La estrategia se articula en torno a cuatro ciclos principales, cada uno con una agenda propia:

  • Semillas del Saber es un ciclo de talleres sobre agricultura urbana y soberanía alimentaria. Incluye actividades como El aroma de los bosques (plantas aromáticas), Del bosque a tu casa (transformados alimentarios), Botiquín verde para las huertas (plantas medicinales y gastrobotánica) y Guardianes de semillas (biopreparados y conservación de la biodiversidad cultivada).
  • Salud Vegetal: Jornadas prácticas de mantenimiento del arbolado joven, control biológico de plagas y reconocimiento del estado fitosanitario de las coberturas vegetales.
  • Travesías Polinizadoras: Recorridos por jardines biodiversos, donde podrá conocer de cerca el rol de abejas, mariposas y otros polinizadores clave en la reproducción de las plantas y el equilibrio urbano.
  • Árboles con Historia: Actividades para identificar árboles patrimoniales y entender cómo estos conectan la memoria barrial con el patrimonio natural de Bogotá.

2. Viva una experiencia educativa en el territorio: Más que visitar los bosques, se trata de aprender a leerlos. En cada recorrido guiado, podrá descubrir la importancia del suelo como base del ecosistema, el papel de los árboles como refugio de aves, la función vital de los jardines polinizadores y la red de interacciones que permite que cada bosque urbano funcione como un ecosistema vivo y completo.

Los ciudadanos no necesitan inscribirse formalmente para participar en las actividades comunitarias. En las mesas locales de trabajo de cada bosque urbano reconocido y registrado ante el sistema de información de Bogotá, todos pueden participar directamente en las actividades de trabajo comunitario.

Para mayor información y participación, los interesados pueden escribir directamente al Jardín Botánico al correo arborizacionurbana@jbb.gov.co o visitar la página web oficial, donde encontrarán la agenda cultural completa con todas las actividades programadas, tanto en las instalaciones del jardín como en diferentes espacios externos de la ciudad.

El impacto esperado de estas actividades trasciende el ámbito puramente educativo para insertarse en una dimensión estratégica de adaptación urbana al cambio climático. La apropiación consciente de las coberturas vegetales que buscamos generar tiene como objetivo preparar a la ciudad y sus habitantes para los desafíos ambientales contemporáneos.

“Queremos que los participantes comprenderán que respetar y conservar las zonas verdes significa garantizar que el agua de lluvia se infiltre adecuadamente al suelo en lugar de generar escorrentías problemáticas, que las plantas retengan material particulado mejorando la calidad del aire que respiramos, y que la vegetación genere el oxígeno esencial para la vida urbana”, resaltó el experto.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com
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Pathos(78770)11 de junio de 2025 - 07:40 p. m.
Excelente idea pero q debe tener en cuenta la calidad de las especies de árboles q sean aptas para el ornato y embellecimiento del paisaje urbano porque hay algunas q quedan mejor en un potrero q en una avenida de la ciudad. Hay unas muy bellas como el liquidambar y acacias en lugar de un tipo de caucho o sangregados
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